Entre los siglos XVI y XVII surge el pensamiento político del dominico Tommaso Campanella. Entre sus obras más destacadas encontramos Monarchia di Spagna, donde defiende la necesidad del control político de España sobre el resto de Estados, estando todos sometidos a la autoridad espiritual del Papa. No obstante, su pensamiento político-religioso tuvo variaciones según obras.
Posteriormente, en La Ciudad del Sol, una obra de corte utópico y de las más destacadas en este género, describe, según su parecer, la república ideal, caracterizada por su teocratismo y su carácter comunista. En tal ciudad, el poder supremo, el Papa (Sol), albergaría tanto el poder político como el religioso, y, a su vez, contaría con la ayuda de una especie de consejeros o príncipes: uno encargado de lo militar (Potestad), otro de lo cultural y científico (Sabiduría) y otro de la reproducción, la enseñanza y lo relativo al cuerpo (Amor). Concepción del gobierno la de Campanella que deja a relucir la religiosidad del autor debido a la similitud con la idea del Dios uno y trino, por cuanto sería un sólo gobierno pero expresado mediante tres personas.
Este ideal político-religioso, al que también se le ha llamado “dictadura sacerdotal”, tendría, a nuestro parecer, influencia del pensamiento maquiavélico en lo que se refiere al pesimismo de la bondad humana, y que habría tenido una gran repercusión en el pensamiento político moderno, tal y como queda patente tras la lectura de anteriores entradas.
Y es que, según tal influencia, el hombre sería un ser egoísta, característica que desencadenaría las hostilidades entre la sociedad. Partiendo de tal idea, Campanella, que daba plena importancia a la sociedad en tanto que lugar donde el ser humano se desarrollaría en plenitud, consideraba necesario eliminar la propiedad, organizando la actividad económica según las cualidades de cada persona en beneficio de la sociedad, así como las relaciones interpersonales, basadas en la reprodución.