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Asociación Católica de Sirvientas Hijas de Santa Zita

El sindicalismo católico femenino estuvo muy extendido en el primer tercio de siglo en España. Los sindicatos y organizaciones surgieron con el objetivo de difundir los principios del catolicismo, garantizar la moral pública y defender ciertos derechos de las trabajadoras. Algunas organizaciones agruparon a mujeres que trabajaban en el servicio doméstico. Por ejemplo, en julio de 1920, la Federación Regional de los Sindicatos Femeninos, con presencia en las tres provincias valencianas, celebró su I Asamblea Regional. Demandó una regulación del descanso, un salario mínimo, condiciones dignas de vivienda y una separación de las habitaciones de criados y criadas.

En la ciudad de Alicante a principios del siglo XX existía la Asociación Católica de Sirvientas Hijas de Santa Zita, que estaba establecida en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, hoy desaparecida. Según La Voz de Alicante, organizaba actos religiosos, como ejercicios espirituales y fiestas en el día de su patrona.

Autora:

Isabel Domenech Jiménez

Fuentes y bibliografía:

Palacio Lis, Irene: Mujer, trabajo y educación /Valencia 1874-1931), Valencia, Universidad de Valencia, 1992.

La Voz de Alicante, 23-2-1906, 4-1-1908, 6-2-1909 y 22-4-1909.

Nini Haslund

Nació el 28 de junio de 1908 en la localidad noruega de Moss. Cursó estudios de Asistencia Social en Oslo y desde joven contactó con organizaciones pacifistas y progresistas, ingresando en el partido de izquierda Mot Dag. En 1934 se casó con Kristian Gleditsch, secretario del Comité Noruego de Ayuda a España. Ambos se implicaron en la solidaridad con la población civil española que sufría las consecuencias de la Guerra Civil, recaudando dinero en Noruega.

Haslund viajó a Alcoi en abril de 1937, para colaborar con la creación del Hospital Sueco-Noruego. Allí se encargó de la contabilidad del centro. También montó una biblioteca en el hospital y organizó clases de alfabetización, además de cursos de formación sanitaria, y fundó un pequeño orfanato.

Más adelante fue responsable de los centros creados por el Comité Noruego de Ayuda a los Niños, entre los que destacaron dos orfanatos y un hospital infantil en Oliva. La Oficina Internacional para la Infancia, con sede en París, le hará responsable de la distribución de alimentos y medicinas entre 300 orfanatos próximos a Madrid y Valencia. Una colonia infantil para niños y niñas refugiados situada en Biar fue denominada “Colonia Nini” en su honor.

Tras el final de la Guerra Civil, Haslund colaboró desde París en la atención a las personas refugiadas que huían de España. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, se exilió a Londres junto con su esposo.

El resto de su vida continuó implicada en la atención a la infancia, en defensa de los derechos de las mujeres y en actividades pacifistas. En 1991 se le concedió el premio Humanistprisen en reconocimiento a su labor. Murió en 1996.

 

Autora: Mónica Moreno Seco

Bibliografía:

Àngel Beneito Lloris, El Hospital Sueco Noruego de Alcoi durante la Guerra Civil española, Alcoi. Visual, 2004, pp. 97-103.

Magnhild Olsson

Nació en 1903 en Hedemora (Suecia). Entre 1926 y 1928 fue preceptora de una familia sueca en Madrid, donde aprendió español. Se formó como puericultura en Estocolmo, finalizando sus estudios en 1929, y a partir de entonces trabajó en diferentes localidades de su país atendiendo niños y niñas.

Fue directora del Hogar Sueco para Niños de Denia entre el verano de 1937 y septiembre de 1938. El centro se enmarca en las iniciativas de ayuda humanitaria desplegadas por partidos, sindicatos y organizaciones progresistas suecos. Esta labor de solidaridad, muchas veces coordinada por el Comité Sueco-Noruego de Ayuda a España, se plasmó en la apertura del Hospital Sueco-Noruego de Alcoi, el envío de ropa, alimentos y material sanitario para la población civil o la creación de hogares infantiles en Francia y España. El de Denia fue iniciativa del Comité Sueco de Mujeres, en una finca cedida por las autoridades municipales de la localidad y con material enviado desde Suecia. Se inauguró en agosto de 1937 y funcionó hasta julio de 1939. Tenía capacidad para albergar a 90-100 niños y niñas, entre 4 y 10 años.

Archivo de Magnhild Olsson (Beneito et al., 2022: 332)

En el Hogar, Magnhild Olsson coordinó el trabajo de otras tres profesionales suecas (la profesora de educación física Kerstin Palmér, la enfermera Eola Hansson y la gobernanta Frida Hylander), del médico sueco Harald Nyström, de tres maestras españolas (Pilar Torcida, Teodora Domínguez y María Concepción Marinas), además del personal local, compuesto por cocineras, criadas, costureras, jardineros, etc.

Archivo de Magnhild Olsson (Beneito et al., 2022: 32)

Esta experiencia fue recogida en el diario que Olsson escribió durante su estancia en Denia, con pasajes como el siguiente: “¿Qué traerá el año nuevo? Para España y para nosotros. Que traiga paz, felicidad y alegría después de tanto sufrimiento”, de 1 de enero de 1938 (Beneito et al, 2022: 175).

Archivo de Magnhild Olsson (Beneito et al., 2022: cubierta)

Durante la Segunda Guerra Mundial, Olsson trabajó en la acogida de mujeres, niñas y niños finlandeses en Suecia. Mantuvo el contacto epistolar con las y los acogidos en el Hogar de Denia y sus familiares, y en 1952 viajó a Madrid, donde se reunió con varios de aquellos niños y niñas. Trabajó en el bienestar infantil hasta su jubilación en 1969. También era integrante de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad. Murió en 1996.

 

Autora: Mónica Moreno Seco

Bibliografía:

Àngel Beneito Lloris, Jon Olav Myklebust y Alan Swan, L’”Hogar Sueco para Niños” de Dénia durant la Guerra Civil. El diari de Magnhild Olsson, Ajuntament de Dénia- Institut d’Estudis Comarcals de la Marina Alta, Denia, 2022.

Felisa Melendo Alonso

Militante comunista,  dirigente de la Juventud Socialista Unificada (JSU) y de la Unión de Muchachas de Alicante durante la Guerra Civil.

Nació en Buendía (Cuenca), se trasladó a vivir a Alicante. Era hermana de Ataulfo Melendo, joven responsable del PCE alicantino. En una asamblea de Unión de Muchachas en 1938 llamó a las mujeres a colaborar con el esfuerzo bélico, criticó que los sindicatos no ofrecieran una ayuda eficaz a las mujeres que se querían incorporar al trabajo, reclamó igual salario a igual trabajo y pidió ayuda al gobierno. Escribió numerosos artículos en la prensa, en especial en los periódicos comunistas Nuestra Bandera y Juventud, animando a las jóvenes a colaborar con las autoridades, a capacitarse y a incorporarse al trabajo: alabó el llamamiento del gobierno a la incorporación de las mujeres al trabajo, porque demostraba no se consideraba a las mujeres como seres inferiores a los hombres (Nuestra Bandera, 5-X-37); en otro reclamó el derecho de las mujeres a trabajar y a desempeñar cualquier profesión desde donde luchar contra el fascismo y construir una futura España (Nuestra Bandera, 11-XI-37).

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Revista Juventud

Desde la Unión de Muchachas, se interesó además por la formación intelectual, física y profesional de las jóvenes, y por la creación de casas-cuna para los hijos e hijas de las trabajadoras. En octubre de 1937 fue nombrada responsable del Secretariado Femenino de la Federación Provincial de las JSU (Juventudes Socialistas Unificadas), y fue integrante también de la Alianza Juvenil Antifascista. Intervino en mítines de la Agrupación de Mujeres Antifascistas en la provincia, animando a la lucha antifascista. Se integró en el Comité Provincial del PCE En julio de 1938, se incorporó a la ejecutiva nacional de las JSU, trasladándose a Madrid.

Tras el fin de la guerra, partió al exilio desde el puerto de Alicante en el Stanbrook y vivió en la URSS, donde estudió en la escuela Plániernaya, junto con otros cuadros políticos del PCE. Murió en 1999 en Madrid.

Autora: Mónica Moreno Seco

Bibliografía:

Base de datos de represaliados, Archivo de la Democracia, Universidad de Alicante

Silvia Ramírez Pacheco Pacheco: “Las organizaciones de mujeres durante la guerra civil en Alicante (1936-1939)”, en Instituto de Cultura Juan Gil-Albert: Ayudas a la investigación, 1986-1987, vol. V, Alicante, 1992, pp. 111-123.

Luis Galán, Después de todo. Recuerdos de un periodista de La Pirenaica, Anthropos, Barcelona, 1988.

Teófila Madroñal Iglesias

Nació en Madrid en 1905, en una familia humilde. Se casó con un comunista en 1930. Tras el estallido de la Guerra Civil, fue miliciana del Batallón Leningrado de las Milicias Populares y después de la 1ª Brigada Móvil de Choque de la 46 División, luchó en el frente de Madrid y en la batalla de Guadalajara. Alcanzó el grado de sargento: “las milicianas fueron valientes y el tiempo que permanecieron en el frente cumplieron como los hombres, en ocasiones tuvieron más arrojo que ellos. Las mujeres saltábamos las trincheras como demonios” (entrevista con Antonina Rodrigo). Herida en 1937, fue trasladada a Játiva y después a Alicante. Allí estudió en la Escuela de Enfermeras de Alicante y trabajó como enfermera hasta el final de la guerra. En 1937 en la prensa aparece su nombre en una lista de donantes para la concesión de la Cruz Laureada al General Miaja (Liberación, 11-VI-1937). Su marido murió en el frente. En marzo de 1939 salió de Alicante en el navío Stanbrook hacia el exilio. Estuvo en Orán primero en un centro de internamiento y después sobrevivió gracias a trabajos de costura. Exiliada en diversos países (Francia, Chile, Bolivia), a mediados de los cincuenta se instaló en Uruguay, donde regentó hoteles. En 1976 fue detenida y acusada de colaborar con el movimiento Tupamaro. Murió sin regresar del exilio en 1990.

Autora: Mónica Moreno Seco

Bibliografía:

Base de datos de represaliados, Archivo de la Democracia, Universidad de Alicante

Antonina Rodrigo, Mujer y exilio, 1939, Compañía Literaria, Madrid, 1999, pp. 61-74.

Silvia Ramírez Pacheco Pacheco: “Las organizaciones de mujeres durante la guerra civil en Alicante (1936-1939)”, en Instituto de Cultura Juan Gil-Albert: Ayudas a la investigación, 1986-1987, vol. V, Alicante, 1992, pp. 111-123.

FETE (Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza)

La Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza (FETE) fue la agrupación de la Unión General de Trabajadores (UGT) de docentes.

El asociacionismo de docentes en España fue creciendo en importancia a lo largo de los primeros treinta años del siglo XX, cuando la escuela pasó a depender del Estado y el personal del magisterio se convirtió en funcionario. Estas asociaciones buscaban un reformismo cultural y social, así como planteaban reivindicaciones económicas y laborales del magisterio. Las primeras agrupaciones integraban generalmente sólo a docentes de una localidad o partido judicial a causa de las pésimas condiciones laborales y económicas que soportaban maestras y maestros. A partir de 1912, se formaron la Asociación General de Maestros (vinculada a la UGT en 1919), la Unión General de Maestros y la Liga de Maestros Rurales.

En abril de 1931 se creó la FETE, a partir de la Asociación General de Maestros. En ella se afiliaron no sólo maestros y maestras socialistas sino también republicanos y republicanas de distintas corrientes. Durante la II República los sindicatos de docentes tuvieron unos objetivos administrativos y económicos comunes: la equiparación salarial con otros funcionarios, organizar actividades para los docentes…

Desde el comienzo de la Guerra Civil, todo el profesorado tuvo que afiliarse a un sindicato para pasar la depuración republicana y cobrar las nóminas. Tanto FETE como CNT colaboraron con el Ministerio de Instrucción Púbica para elaborar el Plan de Estudios para la Escuela Primaria de 1937 y presionaron para conseguir una subida de salario a los docentes dada la carestía de los productos básicos. También ambos sindicatos organizaron campañas educativas en el frente y colonias escolares en la retaguardia.

Por otra parte, a pesar de la guerra, continuaron algunas actividades de formación permanente. Organizado por la FETE se celebró en Novelda, a primeros de junio de 1937, una Semana Pedagógica y otra en Alcoy al mes siguiente.

Las maestras de la provincia de Alicante no fueron muy proclives a la afiliación sindical. Solo tenemos noticia de la integración de 21 maestras en FETE, 14 en UGT, 4 en CNT y 2 estudiantes en la FUE. El número de maestros afiliados era mayor, pero tampoco muy elevado: 79 en total, en su mayoría también a FETE.

Las maestras con alguna responsabilidad en un sindicato eran escasas. Tuvieron cargos en FETE: María Martínez Más, que fue vicepresidenta de FETE en Callosa D’Ensarriá y María Sellés Berenguer, que fue fundadora del sindicato en Alicante. Por lo dicho anteriormente se deduce que ni siquiera dentro del magisterio las mujeres alcanzaron las mismas cotas de representación ni de autoridad sindical durante la II República.

 

Autora: Isabel Domenech Jiménez

Acción Cívica de la Mujer

La Acción Cívica de la Mujer (ACM) era la denominación de las agrupaciones femeninas del partido conservador Derecha Regional Agraria durante la Segunda República. Fue muy activa en torno a las elecciones de 1933; en ese momento, entendía la participación política de las católicas como un sacrificio temporal, que les hacía abandonar sus deberes “naturales” de madre y esposa, pero muchas veces también como un derecho, en defensa de la religión, la familia y la patria frente al laicismo. La ACM publicó diversos manifiestos exponiendo sus objetivos, como el siguiente, de Cocentaina:

 

“Primero. Intervención política de la mujer: por la emisión del voto, por la propaganda, por el recurso a las autoridades, por la cooperación social, justa y legítima.

Segundo. Salvaguarda, defensa y afianzamiento de la familia y del matrimonio según las enseñanzas de la Santa Iglesia católica.

Tercero. Sostenimiento de los derechos naturales y cristianos de los padres de familia respecto a la educación, instrucción y profesión de sus propios hijos.

Cuarto. Acción moralizadora de las costumbres cívicas, particularmente sobre espectáculos, lecturas, trato social y familiar y enseñanza profesional femenina.

Quinto. Protección especial a la niñez, a la mujer que trabaja y a la pobre, desvalida o enferma.” (El Día (Alicante), 2 de marzo de 1933)

 

La ACM estaba extendida por numerosas localidades de la provincia, como Alcoi, Villena, Cocentaina o Castalla, entre otras, aunque destacó el dinamismo del grupo de Elche, dirigido por María García Ferrández desde su aparición en junio de 1932.

Las integrantes de la ACV desarrollaron numerosas actividades políticas: repartieron propaganda y organizaron conferencias para mejorar la formación política de las mujeres. Además, estuvieron presentes en mítines de la DRA, como asistentes y oradoras. También enviaron telegramas de protesta a las autoridades, en contra de la política laicista del gobierno.

En 1933, en Beniaya (del municipio de Vall de Alcalá), seis de sus militantes fueron acusadas de “proferir gritos subversivos contra el régimen” y encarceladas en Pego, al negarse a pagar las multas impuestas por las autoridades (El Día, 14 y 16-VIII-1933); entre ellas, Rosa y María Caselles, que después de ser excarceladas participaron en un mitin de propaganda política en Pego (Las Provincias, 18-X-1933). En la campaña electoral de noviembre de 1933, estalló un petardo en el local de la ACM de Elche, causando desperfectos (El Debate, 22-X-1933).

Las Provincias, 18 de octubre de 1933.

La victoria de las candidaturas conservadoras en las elecciones de finales de 1933 hizo que a partir de entonces la ACM reorientara su interés a la acción social y benéfica. Por ejemplo, en 1934 la agrupación de Villena informó de que estaba organizando clases de formación religiosa y doméstica para mujeres (Las Provincias, 14-III-1934). No obstante, a veces continuó su acción política. A finales de 1935, se celebró en el local de la ACM de Elche un acto “de afirmación derechista” (El Debate, 19-XI-1935). Dicho local fue incendiado en unos disturbios que tuvieron lugar en abril de 1936, junto con otros edificios como el casino o la sede del Partido Nacional Agrario (El Día, 1-IV-1936).

Autora: Mónica Moreno Seco

Bibliografía:

GUTIÉRREZ LLORET, Rosa Ana, “¡Hagámoslo por Dios y por la Patria! La organización de las mujeres católicas en las elecciones de noviembre de 1933”, Historia Constitucional, 19 (2018), pp. 251-285.

MORENO SECO, Mónica, “Ciutadanes: les dones durant la Segona República al País Valencià”, en Aurelio Martí Bataller (eds.), Història de la Segona República al País Valencià, Alfons el Magnànim, Valencia, 2022, pp. 311-340.

Luisa Gómez de Tortosa Navarro

Luisa Gómez de Tortosa Navarro nació el 7 de enero de 1892 en Novelda, en el seno de una de las familias más adineradas e influyentes de la ciudad.  Su padre, Antonio Gómez de Tortosa ocupó la plaza de juez en la localidad desde 1895, aunque no de manera definitiva. De hecho, desempeñó la judicatura en diferentes municipios y, en 1915, la familia estableció su residencia permanente en Madrid. No obstante, esto no impedía que los Gómez de Tortosa pasaran largas temporadas en Novelda.

En la casa familiar junto a familiares y sirvientes (Archivo Municipal de Novelda)

Precisamente, en esta ciudad es donde Antonio Gómez de Tortosa desarrolla una activa vida política en el partido liberal y, también es aquí donde la propia Luisa lleva a cabo destacadas acciones sociales favoreciendo el asociacionismo a través de la creación, en 1918, de un sindicato católico de mujeres.

En el bautizo celebrado durante los actos del Segundo Centenario de Jorge Juan, 1913 (Archivo de la Fundación Jorge Juan)

Este asociacionismo católico fue la vía a través de la cual, Luisa Gómez de Tortosa pudo impulsar la creación de este sindicato y ofrecer instrucción, asistencia y socorro mutualista a las mujeres obreras. Aunque, la formación y la educación que este tipo de sindicato podía ofrecer a las mujeres era la función más defendida por Luisa y lo que caracterizará sus acciones futuras dentro del movimiento asociativo de Acción Católica fundado en 1919.

De hecho, durante la década de 1920, fundó una residencia femenina para mujeres que no podían sufragarse sus estudios, según fuentes familiares. Más tarde donó a la Iglesia los terrenos del actual edificio del obispado, en el barrio de Altozano de Alicante, con el fin  de crear un Instituto Femenino de Cultura Religiosa.

Por otra parte, Acción Católica favoreció el activismo político y social de muchas mujeres, entre ellas, de la propia Luisa Gómez de Tortosa quien, en 1936 fue nombrada presidenta de la Confederación de Mujeres Católicas de España, cargo que ocuparía durante 17 años. Desde aquí continuó impulsando el desarrollo de actividades formativas, incluso en 1938, durante la Guerra Civil, Luisa estaba inmersa en la organización de un Curso de Formación Familiar y Especial para mujeres, según la comunicación que mantiene con el Cardenal Primado de España, en ese momento, Isidro Gomá y Tomás.

La implicación de esta mujer en el desarrollo de conferencias, seminarios y cursos formativos fue una constante en su trayectoria como presidenta de Acción Católica y así se refleja en diferentes actas, boletines y misivas.

En el Congreso Eucarístico Diocesano celebrado en Novelda en 1949 (Archivo Municipal de Novelda)

En suma, Luisa Gómez de Tortosa centró su activismo en la defensa de los derechos de las mujeres obreras y en el fomento de la educación femenina desde principios de los años 20 y hasta bien entrada la dictadura en su posición de máxima dirigente de Mujeres de Acción Católica.

Autora: Lourdes Pastor Verdú

Bibliografía:

Andrés-Gallego, José y Pazos Rodríguez, Antón M. (2007), Antonio Gomá. Documentos de la Guerra Civil, vol. 11 (julio – septiembre 1938), Ed. Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Blasco Herranz, Inmaculada (2003), Paradojas de la Ortodoxia. Política de masas y militancia católica femenina en España (1919 – 1939), Zaragoza, Prensas de la Universidad de Zaragoza.

Moreno Seco, Mónica (1999), La Diócesis de Orihuela – Alicante en el franquismo: 1939 – 1975, Alicante, Publicaciones de la Universidad de Alicante.

Pastor Verdú, Lourdes (2021), «Luisa Gómez de Tortosa. La acción católica y el compromiso social», en ESTABLIER PÉREZ, Helena y MORENO SECO, Mónica (eds.), Modernas, luchadoras y pioneras. Mujeres alicantinas en la Edad de Plata, Alicante, Universidad de Alicante, pp. 223-252.

Pellín Payá, José Luís (2007), «Un edifico, una historia», en PAYÁ ABAD, Carmen, PELLÍN PAYÁ, José Luís y MONTES VEGA, Belén Irene (Coord.), Modernismo en Novelda. El Centro Cultural Gómez-Tortosa, Novelda, Ed. Ayuntamiento de Novelda.

Archivo de la Fundación Jorge Juan. Archivo Familiar Gómez-Tortosa. Libro: Novelda en el 2º Centenario del natalicio de su preclaro hijo JORGE JUAN Y SANTACILIA, 1713 – ENERO – 1913.

Archivo de la Universidad Pontificia de Salamanca. Acción Católica Española-Mujeres de Acción Católica (AUPSA, ACE-MAC), 24/1, fols. 57-88.

Socorro Rojo Internacional

Creado en 1924, el Socorro Rojo Internacional (SRI) desempeñó tareas de solidaridad y asistencia marcadas por la política impulsada por la Comintern. Llevó a cabo una labor muy destacada durante la Guerra Civil española, en atención sanitaria, colonias infantiles, ayuda a refugiados, talleres de ropa, etc., tareas desarrolladas en buena cuenta por mujeres.

En la provincia de Alicante, numersas activistas de diferente signo político fueron integrantes de SRI, como Asunción Larios de Medrano (Alicante), Elvira Rodríguez Guardiola (Petrer) o Carmen Piqueras Campoy (Orihuela), entre muchas otras.

Autoras: Mónica Moreno Seco e Isabel Domenech Jiménez

Fuentes:

  • Ramírez Pacheco, Silvia (1992). Las organizaciones de mujeres durante la guerra civil en Alicante (1936-1939). Instituto de Cultura Juan Gil-Albert: Ayudas a la investigación, 1986-1987, vol. V, Alicante, pp. 111-123.

 

Magdalena Mallebrera Esteve

Nació en 1882. Era maestra y ejerció en Campello antes de llegar a Monóvar en 1912, donde trabajo hasta 1939. Perteneció a la Asociación Nacional del Magisterio desde su ingreso en el cuerpo y a FETE desde la fusión con aquella en 1936.

Fue presidenta de Cruz Roja en Monóvar y se afilió a Izquierda Republicana siendo la presidenta de la sección femenina de este partido, del que hacía propaganda oral y escrita, dentro y fuera de la escuela. Durante la guerra colaboró también en la requisa de objetos en viviendas particulares con el fin de organizar un museo, objetivo que no llegó a  realizarse.

Con la implantación del franquismo, sufrió un proceso sumarísimo de urgencia y fue condenada por el delito de excitación a la rebelión en julio de 1939 a 6 años y 1 día de prisión mayor. Una vez cumplida la condena en la cárcel de Adultos de Alicante estuvo primero en libertad condicional y luego definitiva en 1944. Fue separada de su cargo.

Fuentes:

-AGA  Legajo 14, Caja  (5) 1. 30 32/12 280,  Expediente 14-2

-AHPA Caja EC-G 553, Nóminas de febrero de 1939.

Autora: Isabel Domenech Jiménez