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El Remedio. Sociedad Católico-Feminista de Socorros Mutuos

El Remedio, Sociedad Feminista de Socorros Mutuos surgió en 1911 en la ciudad de Elche, en el marco del asociacionismo obrero sindical de corte católico. En abril de 1911 se aprobó su Reglamento y se presentó la sociedad en el Círculo Católico de la ciudad.  

Fuente: La Defensa, Semanario Tradicionalista (02/04/1911)

El Remedio surgió como marco de socorros y cobertura a las mujeres ilicitanas bajo la doctrina social católica, además de como respuesta al asociacionismo femenino socialista de sociedades como La Unión El Despertar Femenino, como refleja este comunicado:

Fuente: Archivo Histórico Municipal de Elche (AHME): b346 (133)

La Junta quedaría compuesta por Córdula Penalva como presidenta, quien supuestamente fundó la Sociedad, y por Mariana Rodríguez como secretaria. Sus espacios de reunión habituales fueron el Círculo Católico y el Círculo Jaimista (C/Corredera nº15, Elche). Desconocemos si hubo cambios en la composición de la junta. 

Fuente: Elaboración propia a partir de fuentes de archivo citadas

Sucesivamente, las mujeres de El Remedio se dirigieron a las mujeres ilicitanas explicando su función bajo el cumplimiento de principios cristianos, como “el amor al prójimo como a nosotras mismas”, relacionando su labor y éxitos a la gracia de Dios, de la Virgen y de la Providencia. Al mismo tiempo, exhortaron a las mujeres ilicitanas a ser socias de la sociedad para avanzar juntas en su “misión”, reconociendo la utilidad del socorro mutuo, la sindicación y, sobre todo, de organismos sociales de corte católico en la atención a las necesidades de la clase obrera.

 El año 1918 fue uno de los años en los que El Remedio tuvo mayor gasto en socorros y atención médica debido a la pandemia de gripe de ese mismo año, por lo que la tendencia del gasto aumentó notoriamente respecto a los años anteriores. En su comunicado del mismo año afirmaron ser “la sociedad de socorros mutuos que mayores reservas metálicas tiene en nuestra ciudad y por tanto, que mayores garantías ofrece a sus asociadas”. En esta línea, El Remedio expresó en los comunicados de sus balances anuales una actitud combativa frente al resto de sociedades de socorros de la ciudad, hablando en términos de “enemigos” o considerando que su labor presentaba mayor capacidad y éxito en ofrecer socorros. 

Fuente: Elaboración propia a partir de fuentes de archivo citadas

En el año 1919, El Remedio introdujo una segunda cuota complementaria y voluntaria a la de veinte céntimos semanales que pagaban sus asociadas.

Fuentes:

  • Archivo Histórico Municipal de Elche (AHME): b346 (133)
  • AHME: 50-51/1913
  • AHME: b347 (59)
  • AHME: b348 (58)
  • AHME: b349 (107)
  • AHME: b344 (96)
  • AHME: b344 (190)
  • AHME: b350 (55)
  • AHME: b352 (1)
  • La Defensa, Semanario Tradicionalista (02/04/1911). Disponible en https://aplicaciones.elche.es/hemeroteca/showfolder.aspx?id=37

Autoría: Pablo Navarro Sax

La Unión. Sociedad Feminista de Resistencia y Socorros Mutuos

Enmarcada en la experiencia del sindicalismo autónomo femenino de corte socialista, La Unión. Sociedad Feminista de Resistencia y de Socorros Mutuos fue creada en Elche en 1900, siendo la primera sociedad autodenominada feminista de la localidad. La Unión estuvo formada principalmente por obreras de la industria alpargatera ilicitana. Así, desde 1901, las primeras reivindicaciones giraron en torno a los bajos salarios, a las diferencias de estos entre unos talleres y otros, y a los malos tratos que cometían los patronos y a sus amenazas de despido ante la negativa de las asociadas de no aceptar una baja remuneración.

Compartía espacio físico con el Círculo Obrero Ilicitano, situándose su sede en el antiguo palacio del Duque de Béjar. Bajo los principios del socorro mutuo, La Unión disponía de un cuadro médico propio, así como de una escuela nocturna. Hacia 1921, La Unión contaba con personal en los barrios Centro, Arrabal y Llano, ofreciendo una cobertura médica casi total en la geografía urbana de la localidad (Semanario Trabajo, 19 de junio de 1921). A los cinco meses de su creación, la sociedad contaría con 1.200 socias.

Fuente: Elaboración propia a partir de la documentación citada

A lo largo de la existencia de La Unión, la Junta Directiva se renovó de forma recurrente de un año a otro. Distintas mujeres ocuparon los puestos de dirección de La Unión, destacando a Amalia Mendiola Blasco como primera presidenta, así como a Antonia Mendiola Blasco, María Amorós Urbán, Francisca Flores García, Amparo Ferrando Lledó, Concepción Agulló Marco, Josefa Fuentes Martínez, María García Ferrero, Asunción Campos Martínez, Teresa Porcel Sánchez o Clara Aznar Rodríguez, asociadas que desempeñaron cargos en la dirección de forma repetida a lo largo de los años.  

Las mujeres de La Unión defendieron discursos que relacionaban la doble opresión por clase y por género, haciendo hincapié en que la mejora de la condición política y económica sería beneficiosa para “el mejoramiento” de la condición de género. El asociacionismo se planteó como la base estratégica de la conquista de sus aspiraciones. Fue a partir de 1903 cuando La Unión adquirió un perfil concreto de carácter de sociedad mutualista dedicada a la cobertura sanitaria y al socorro mutuo entre sus asociadas, siempre enmarcada en los planteamientos de la ideología socialista. Durante el primer tercio del siglo XX las trabajadoras socialistas de La Unión llevaron a cabo sus reivindicaciones a partir de cuatro ejes de identidad: como mujeres, como madres, como trabajadoras y como socialistas. Siguiendo esta línea, fueron reiterativas las referencias a la mujer como persona autónoma, como sujeto de derechos que piensa por sí misma, aunque refiriéndose a sí mismas en ocasiones como “el sexo débil”, una expresión muy frecuente en la época. Así lo evidencian escritos de 1910 como el de Asunción Porcel, socia de La Unión, en un contexto en el que otros escritos como el de Manuela Barceló seguían líneas reivindicativas similares.

Asunción Porcel en Trabajo, 21/05/1910 (Izda.), Manuela Barceló en Trabajo, 10/07/1910 (Dcha.)

El 21 de octubre de 1900 se aprobaba su reglamento y se constituía oficialmente como organización, contando con estatutos propios y una primera Junta Directiva compuesta por Amalia Mendiola Blasco como presidenta, Ángela Asencio Botella como vicepresidenta y Encarnación Gómiz Ripoll como secretaria. La vicesecretaría la ocuparía Antonia Calvo Mendiola, siendo vocales Adela Martínez Quevedo, María García Ferrero, Clara Aznar Rodríguez, Remedios Torres Irles y Josefa Maciá Torres. Tras la aprobación de sus bases, el primer comunicado de La Unión apareció el 27 de octubre de 1900, tratándose de una exposición de principios dirigida a las obreras ilicitanas, que reivindicaba la importancia del asociacionismo femenino, la relevancia de las sociedades de socorros mutuos y sus derechos como mujeres y ciudadanas, recalcando la falta de atención que hasta entonces se les había prestado en espacios obreros eminentemente masculinizados. 

Primer comunicado de La Unión, 27/10/1900

En la prensa, es notable el cambio de nombre con el que la sociedad aparece, pues desde 1900 se constituyó como La Unión. Sociedad Feminista de Resistencia y Socorros Mutuos, aunque ocasionalmente se denominó “Femenina”. 

En junio de 1902, La Unión organizaba su primera huelga. Tuvo lugar en el sector del textil, dirigiéndose contra Francisco Ferrández, uno de los fabricantes más importantes de la localidad. El motivo de la huelga fue la demanda del aumento salarial. En agosto del mismo año actuaron de forma semejante ante el maltrato verbal que seis obreras sufrieron por parte de Cayetano Antón Cascales, el cual fue notificado a la Junta de La Unión, y al enterarse el patrono alpargatero de que su asunto iba a ser tratado, decidió despedir a las obreras. 

En el comunicado emitido con motivo de su segundo aniversario, se celebra el aumento de socias en la sociedad, y se reclama, apelando a los hombres “amantes del progreso”, el acceso de las mujeres a la vida pública, a la ilustración y a la educación. El comunicado concluye con una reafirmación de la importancia de los principios del asociacionismo femenino, la resistencia femenina y la solidaridad obrera. En su tercer aniversario, La Unión publicó otro comunicado en que pone el foco en el llamamiento a las mujeres ilicitanas para lograr su filiación a la sociedad. Además, por acuerdo de la Junta directiva, el 20 de septiembre de 1903, día de publicación del comunicado, las enfermas con derecho a socorro percibirían doble cuantía.  

Para septiembre de 1904, se plantea un incremento de 5 céntimos de peseta en la cuota semanal, elevándose paralelamente la cuantía a percibir por socorro. Además, se celebró una velada conmemorativa en honor al cuarto aniversario, en el salón de sesiones del Círculo Obrero Ilicitano. En 1905, La Unión comenzaba a ofrecer pensiones vitalicias por invalidez y por vejez, modificándose los estatutos para ello. Asimismo, volvieron a incidir en la importancia del asociacionismo y exhortando a las obreras ilicitanas a unirse a la sociedad. 

Al término de 1909, desde La Unión se reivindicó la importancia del asociacionismo femenino bajo principios biológicos, argumentando que la mujer “por su constitución orgánica está más predispuesta a adquirir un sin número de enfermedades que no son comunes en el hombre”, siendo el asociacionismo necesario para prevenir tales inseguridades.

A inicios de 1910 se dio una renovación integral en la composición de la Junta Directiva respecto a los años anteriores, destacando que Francisca Martínez Ibernón ocupó la presidencia, y las hermanas Teresa y Carmen Porcel Sánchez la secretaría y vicesecretaría, respectivamente. En 1910, las sociedades de obreras como La Unión El Despertar Femenino tuvieron una importante presencia en el 1º de mayo, apareciendo sus asociadas en primera fila junto a los miembros del Círculo Obrero Ilicitano. Así, el manifiesto emitido por las distintas agrupaciones socialistas y sindicatos fue firmado por Asunción Porcel en representación de La Unión, y por Francisca Amorós en representación de El Despertar Femenino.  

Fuente: Elaboración propia a partir de la documentación citada
*No se explicita en las fuentes la cifra para el capital a 12/1905; se ha mantenido la cifra anterior (12/1903) para este año

La Unión mantuvo su actividad hasta la Segunda República, funcionando junto a El Despertar Femenino como alternativa o contrapeso al asociacionismo católico que había empezado a desarrollar estrategias de socorros mutuos. 

Fuentes y bibliografía:

  • AHME (Archivo Histórico Municipal de Elche), b257: 873
  • AHME, b258: 24, 33, 81, 87, 193, 237, 334, 446.
  • AHME, b259: 451. 
  • Aguado, Ana M. (1996). Trabajo, género y clase: Mujeres socialistas, mujeres feministas. Entre la marginación y el desarrollo: Mujeres y hombres en la historia: Homenaje a María Carmen García-Nieto, 199-210.
  • Aguado, Ana M. (2010). Cultura socialista, ciudadanía y feminismo en la España de los años veinte y treinta. Historia Social, 67, 131-153.
  • Gómez Martínez, María Rosa & Monge Juárez, Mariano (2022). El sexo social, orígenes del movimiento obrero y feminista en una ciudad del Mediterráneo occidental: Elche, 1884-1903. Arenal: Revista de historia de las mujeres, 29(1), 75-96. 

Autoría: Pablo Navarro Sax

Ventura Martí Pérez

Fuente: http://www.alteamipueblo.es/personajes.php (Izq.), Revista Altea, 204, mayo 1996, p.15 (Dcha.)

Natural y vecina de Altea, nació en el año 1913. Fue cuidadora de niños y niñas refugiados en una colonia infantil y miembro de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). En sus propias palabras, se afilió al sindicato anarquista “para ayudar a los más necesitados, porque habían muchas familias que pasaban hambre”. En su militancia, llegó a desempeñar el cargo de secretaria de la sección femenina de la CNT en Altea. En sus años de juventud fue una gran aficionada del teatro y de la poesía, relacionándose con otras personas que compartían dichos gustos, con las cuales formaría un grupo artístico.

En los últimos días de la Guerra Civil, Ventura Martí marchó al exilio. La mañana del 28 de marzo de 1939 consiguió subir a un camión que recorría los municipios costeros para llevar a las personas que marchaban al exilio al puerto de Alicante. Allí consiguió embarcar en el buque británico Stanbrook a la edad de veintiséis años y estando embarazada, acarreando consigo lo puesto, una muda y unas monedas de oro. Ventura recuerda el horror vivido en aquella travesía debido a la sobrecarga del barco, a la falta de víveres y al temor de un posible ataque enemigo al barco. El destino de la embarcación fue Orán, donde llegó al cabo de un día.

Ficha de la Brigada Político-Social
Fuente: Centro Documental de la Memoria Histórica (CDMH)

Allí, las personas exiliadas fueron trasladadas a una antigua prisión convertida en albergue, siendo repartidas a los tres días en varios domicilios de la ciudad. En Orán, Ventura Martí trabajó limpiando casas y ventanas hasta que su hijo nació. Recuerda recibir las noticias de lo que sucedía en España a través de una de sus enfermeras.

Dos años después regresó a Altea, según afirmó en una entrevista, “con cierto temor a represalias y a que me metieran en la cárcel”, sin embargo, explica que recibió un buen trato a su llegada, especialmente por el alcalde de entonces, Joan Batiste Orozco, al cual conocía desde pequeño. Recuperada de las fiebres tifoideas con las que llegó a Altea, Ventura Martí completó el Bachillerato, haciéndose comadrona para asistir en los partos a las mujeres de la localidad.

Fuentes y bibliografía:

  • Martí Pérez, Ventura. Archivo de la Democracia. El exilio republicano en el norte de África. Disponible en https://archivodemocracia.ua.es/es/exilio-republicano-africa/9.- biografias-y-testimonios/m.html
  • Miralles Martínez, Alberto & Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert. (2017). Altea: la gestió d’un municipi de la rereguarda republicana en la guerra civil i el destí dels seus gestors (1936-1939). Institut Alacantí de Cultura Juan Gil-Albert. Alicante.
  • Revista Altea, 165, febrero 1993, p.13 (Archivo Municipal de Altea).
  • Revista Altea, 204, mayo 1996, p. 15 (Archivo Municipal de Altea).

Autoría: Pablo Navarro Sax

Asunción Campello Antón

Fuente: Fundación Pablo Iglesias

Natural de Elda y vecina de Elche, nació en junio de 1908.  Trabajó en la industria de la alpargata y fue propietaria de una tienda de comestibles sita en Puerta Morena, en Elche. Desde enero de 1929 formó parte del sindicato de mujeres integrado en UGT “El Despertar Femenino”, y afiliada del PSOE.

En la década de 1930 desarrolló una notable actividad en la vida social y política socialista de la ciudad, especialmente relacionada con las actividades llevadas a cabo en los locales de la Casa del Pueblo.

Fuente: Memoria Digital de Elche. Colección Livia Sempere Campello

En España, estuvo afiliada al sindicato metalúrgico, federado en la Unión General de Trabajadores (UGT). Al finalizar la guerra civil se vio obligada a marchar al exilio, siendo Orán su destino . Allí fue parte de las Secciones de UGT y PSOE en Francia y África del Norte, desempeñando la profesión de alpargatera, la misma que en España.

Fuente: Memoria Digital de Elche. Colección Livia Sempere Campello

El documento del Secretariado de UGT en el exilio muestra la voluntad de Asunción de dirigirse a Elche una vez fuese repatriada, siendo dicho documento original de 1946.

Fuente: Fundación Francisco Largo Caballero. Censo de exiliados de UGT

Marchó de Oran en enero de 1957, trasladándose a Francia. Se estableció en el departamento sureño del Alto Garona, residiendo en la ciudad de Toulouse. Permanecería en suelo francés hasta el 1968, año en el que regresó a Elche. En tiempos de democracia formó parte de la Agrupación Socialista ilicitana, vinculada al PSOE. Falleció en abril de 1998.

Fuentes y bibliografía:

Autoría: Pablo Navarro Sax