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>> la ciudad igualitaria <<

 

Hablemos de ciudad.

“Un día cualquiera en una calle cualquiera. Los peatones caminan por las aceras, los niños juegan delante de los portales, la gente está sentada en bancos y escalones, el cartero hace su recorrido con el correo, dos transeúntes se saludan en la acera, dos mecánicos arreglan un coche, algunos grupos conversan.”

Este es el comienzo de “La humanización del espacio urbano. La vida social entre los edificios”, libro escrito por el arquitecto y urbanista Jan Gehl, publicado en 1971. Y no es otra cosa más que la descripción de ciudad, un espacio en el que suceden una serie de actividades simultáneas realizadas por un colectivo de personas, donde convergen los recorridos laborales o de ocio de los ciudadanos, donde se producen pequeños espacios de encuentro fortuito y donde todos y todas hacen del espacio, un entorno amable y cómodo para su desarrollo diario. La ciudad no es sólo lo material que lo constituye, sino son las emociones, encuentros, experiencias, diversiones, relaciones que los usuarios de la ciudad, llamados ciudadanos, viven en ella.

Y es que cuando nos ponemos a hablar de ciudad igualitaria pensamos en un término que lleva adherido el concepto feminista. Pero no se queda solamente ahí. Afortunadamente hablamos de ciudad igualitaria para designar un concepto más diverso, inclusivo y complejo. El arquitecto Javier Ruiz, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, dice que la ciudad justa e igualitaria será compleja o no será (Artículo en La Arquitectura y el Urbanismo con perspectiva de género. María Elia Gutiérrez Mozo, coord., 2011). Y es que hablar de ciudad igualitaria nos lleva a tratar la sociedad con toda su complejidad, como un conjunto de diversos colectivos compuestos por niños y niñas, jóvenes, personas con diferentes capacidades, adultos, ancianos, etc.

Las teorías funcionalistas de la cultura moderna nos han dejado como herencia la simplificación del diseño de la ciudad. Convertir en una ‘máquina simple’ el complicado funcionamiento del hábitat del ser más complejo de la naturaleza, el ser humano. Y es por ello que la ciudad igualitaria no debe entenderse desde una simple sustitución funcionalista por otro más amable, sino que debe tratarse del trabajo de la diversidad ciudadana, sobre la diferencia de la sociedad. Javier Ruiz continúa diciendo en su artículo que la ciudad vista desde la perspectiva de género es un trabajo sobre la diferencia entendida tanto como valor, como proceso. La ciudad compleja es una ciudad en evolución abierta a futuros posibles, la incertidumbre como valor. Y esa incertidumbre es la que aporta el ciudadano.

En relación a la incertidumbre en la ciudad, el profesor de la Universidad de Nueva York, Steve Johnson nos habla en su libro “Sistemas emergentes. O qué tienen en común hormigas, neuronas, ciudades y software” (2001) sobre lo que ocurre cuando un sistema de elementos relativamente simples se organiza espontáneamente y sin leyes explícitas hasta dar lugar a un comportamiento inteligente. Habla de la diferencia como valor positivo de la ciudad en el capítulo ‘En la calle’ al referirse al estudio del gradiente de feromonas que las hormigas dejan en el camino hacia un montón de semillas nutritivas. Si estudiáramos a la hormiga individualmente, no podríamos entender que ese camino que realiza se debe a un esfuerzo global de la colonia para realizar una cadena de distribución masiva hacia el hormiguero. Sólo a través de la observación del sistema completo en funcionamiento se hace evidente la conducta global. Traducido a la ciudad, es lo que entenderíamos por el conjunto de individuos que engloban y definen el conjunto de ciudadanos de una ciudad, todos con sus funciones y características individuales. Es lo que llamamos desarrollo bottom-up, que describe cómo pequeños elementos, acciones y experiencias que se producen en un pequeño rincón de la ciudad, pueden desencadenar transformaciones y comportamientos ciudadanos a una escala global. Pensar en el pequeño detalle, para dar servicio a todo el conjunto de la sociedad.

La ciudad igualitaria no es más que todo ello en su conjunto. Es el pensamiento de la ciudad como un espacio habitable, que quiere decir más amable, más inteligible, más confortable y más integrador, para todos sus ciudadanos y ciudadanas, prestando atención a las diferentes necesidades independientemente de su situación o condición.

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 David Fontcuberta Rubio es estudiante de Arquitectura y becario del proyecto CAMPUS ACCESIBLE CAMPUS IGUALITARIO.

 

 

 

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¿Quiénes somos?

Espacios Igualitarios

Hablemos de espacios igualitarios. Nos referimos a igualdad en arquitectura y urbanismo, a aquellos espacios que tienen en cuanta la diversidad del conjunto  de la sociedad en el diseño.

Se trata de pasar de pensar en el estándar de la sociedad con unas medidas concretas y unos conceptos determinados, herencia de la cultura moderna, racionalista, a tratar la sociedad como el conjunto de diversos colectivos compuestos por niños y niñas, jóvenes, personas con diferentes capacidades, adultos, ancianos, etc. Se trata de entender la ciudad con toda su complejidad a través de su diseño.

Es en este contexto donde trataremos los diferentes conceptos de los espacios igualitarios en la Universidad de Alicante.

seguridadLa Universidad de Alicante se caracteriza por ser un Campus Unitario teniendo la mayoría de sus instalaciones agrupadas en un área concreta, el Campus de San Vicente del Raspeig. Se trata de un área extremadamente zonificado y con un uso horario específico. Debemos tener en cuenta el carácter diurno de la Universidad que hace que, a cierta hora de la tarde, los espacios urbanos pueden transmitir una sensación de inseguridad, no sólo por lo material (luminarias, rincones, grandes avenidas,…) sino más acentuado por la falta de otras personas en los espacios. Es por ello, que los conceptos de ‘ser visto’ y ‘ser oído’ por otras personas en nuestro alrededor nos aporta tranquilidad en un espacio por mucho que exista  una iluminación correcta. Es lo que llamamos ‘capacidad de auxilio y orientación’ de la persona que se encuentra en un espacio determinado.
movilidadCada día, más de treinta mil personas se desplazan desde diferentes puntos de la provincia de Alicante y alrededores para estudiar y trabajar en la Universidad de Alicante. Los diferentes nodos de comunicación se transforman en verdaderos intercambiadores de transportes y de personas. Entendemos la movilidad, desde la accesibilidad en todos estos puntos. La movilidad de todos ellos debe ser fluida y eficiente. La jerarquía de usos del transporte debe ser un elemento base del concepto de sostenibilidad implantado en la Universidad de Alicante (peatón, bicicleta, vehículo eléctrico, vehículo colectivo y vehículo privado).

vidacotidianaEl concepto de vida cotidiana, trata de dar servicio a todo lo necesario del ser humano en la ciudad. En términos urbanísticos se presenta como la capacidad del ciudadano de salir de casa y poder ir a pie para realizar las actividades cotidianas. En la Universidad de Alicante, los estudiantes, profesores, personas de administración y servicios e investigadores tienen unas necesidades diferentes y comunes: ocio, cultura, exposiciones, cafetería, espacios de trabajo, copistería… que pueden desarrollarse en el mismo Campus de San Vicente.

participacion

Además, estos espacios de vida cotidiana, pueden presentarse también como espacios participativos. En este apartado analizamos la participación de la comunidad universitaria y qué poder tienen los diferentes colectivos para hacerlo (colectivo de estudiantes, personal docente e investigador y personal de administración y servicios). Básicamente son los medios virtuales o no, por los que los estudiantes y trabajadores pueden mostrar su opinión y sus recomendaciones en cuanto a las decisiones en el espacio universitario. Un espacio de relación entre estudiantes y estudiantes, entre estudiantes y profesores, entre profesores y profesores, entre profesores y técnicos,… es una transversalidad universitaria y de aprendizaje.

encuentroEn la Universidad de Alicante, existen 505.324 metros cuadrados de espacios de estancia y de encuentro que  conectan los 102.644 metros cuadrados de superficie útil de equipamientos culturales, docentes y deportivos. El poder que tiene el diseño del espacio urbano y arquitectónico para atraer o repeler los espacios de relación, de estancia, de encuentro se muestran en la comunidad universitaria. Gracias al buen tiempo del litoral alicantino, muchos edificios tienen sus instalaciones al aire libre o están dotadas de espacios de acceso amplios para favorecer el encuentro y la estancia.  Un ejemplo es la Politécnica IV, el Aulario III, o en hall interior en el edificio de Ciencias Sociales. Se tratan de espacios de participación y de encuentro en la Universidad.

 

conciliacionY por último, pero que no menos importante, la conciliación de la vida laboral y personal. La Universidad de Alicante por la cantidad de trabajadores y estudiantes, se convierte diariamente en una ciudad que precisa de diferentes servicios básicos. Este concepto trata de resolver estos servicios, que pueden ser momentáneos de una persona pero comunes a todos los colectivos, como puede ser una escuela infantil para los hijos e hijas de los trabajadores y estudiantes, una parafarmacia con productos de primera necesidad, una sucursal bancaria, un pequeño centro comercial,… Son equipamientos que permiten hacer efectiva la igualdad en el espacio universitario en la vida cotidiana, la movilidad y la seguridad.

Estos son los seis conceptos que desde el proyecto CAMPUS ACCESIBLE CAMPUS IGUALITARIO tenemos en cuenta para hablar de red de espacios igualitarios: seguridad, movilidad, espacios participativos, espacios de encuentro y de relación y espacios de conciliación.

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