Gregoria Lozoya Lag

Nacida el año 1908 en Cehegín (Murcia), Gregoria Lozoya Lag fue dirigente comunista durante la Guerra Civil española en Elche y formó parte del grupo de mujeres que se integraron en el Consejo Municipal por primera vez en la historia de la ciudad, junto con otras comunistas como Josefa Pastor, las republicanas Matilde Iborra y Milagros Pelegrín o las socialistas Francisca Vázquez y Rita García.

Como consejera del municipio, Lozoya formó parte de las comisiones de Agricultura, Festividades, Beneficencia y Sanidad, y Plazas y Mercados. También tomó la palabra en los plenos del ayuntamiento para, por ejemplo, reclamar que se sancionaran duramente los robos en el campo, e intervino en actos políticos tales como una obra teatral en favor de los combatientes organizada por la Agrupación de Mujeres Antifascistas (el 29 de febrero de 1938) y a una conferencia sindical convocada por el Partido Comunista (el 17 de marzo de 1938). 

Posteriormente, el 14 de septiembre de 1938, fue sustituida en el cargo por Antonio Moll Máñez, y un mes más tarde volvía a ejercerlo formando parte de nuevo del Consejo Municipal, esta vez convirtiéndose en secretaria de organización del partido comunista tras reemplazar a José Ruiz Quirant. 

Su última intervención en un pleno ocurrió en 1939, cuando pidió la creación de comedores infantiles para los hijos e hijas de los soldados activos en la guerra y que se atendiera también a las madres que estuvieran trabajando.

Poco tiempo después, a causa del golpe de estado del coronel Segismundo Casado, algunos militantes comunistas fueron llevados a prisión y Gregoria fue uno de ellos. Posteriormente, el gobernador civil de Alicante, el socialista ilicitano Manuel Rodríguez Martínez, consiguió que dejaran en libertad a los presos y pudieron marchar al exilio en el buque Stanbrook en dirección Orán (Argelia) el 28 de marzo de 1939, lugar en el que Lozoya fallecería solo un mes después.   

Noticia de la muerte de Gregoria Lozoya en la prensa de Orán (1939). Fuente: Memoria Digital de Elche/Elx

Autora: Desirée Martínez Sánchez

Bibliografía:

Acción Cívica de la Mujer

La Acción Cívica de la Mujer (ACM) era la denominación de las agrupaciones femeninas del partido conservador Derecha Regional Agraria durante la Segunda República. Fue muy activa en torno a las elecciones de 1933; en ese momento, entendía la participación política de las católicas como un sacrificio temporal, que les hacía abandonar sus deberes “naturales” de madre y esposa, pero muchas veces también como un derecho, en defensa de la religión, la familia y la patria frente al laicismo. La ACM publicó diversos manifiestos exponiendo sus objetivos, como el siguiente, de Cocentaina:

 

“Primero. Intervención política de la mujer: por la emisión del voto, por la propaganda, por el recurso a las autoridades, por la cooperación social, justa y legítima.

Segundo. Salvaguarda, defensa y afianzamiento de la familia y del matrimonio según las enseñanzas de la Santa Iglesia católica.

Tercero. Sostenimiento de los derechos naturales y cristianos de los padres de familia respecto a la educación, instrucción y profesión de sus propios hijos.

Cuarto. Acción moralizadora de las costumbres cívicas, particularmente sobre espectáculos, lecturas, trato social y familiar y enseñanza profesional femenina.

Quinto. Protección especial a la niñez, a la mujer que trabaja y a la pobre, desvalida o enferma.” (El Día (Alicante), 2 de marzo de 1933)

 

La ACM estaba extendida por numerosas localidades de la provincia, como Alcoi, Villena, Cocentaina o Castalla, entre otras, aunque destacó el dinamismo del grupo de Elche, dirigido por María García Ferrández desde su aparición en junio de 1932.

Las integrantes de la ACV desarrollaron numerosas actividades políticas: repartieron propaganda y organizaron conferencias para mejorar la formación política de las mujeres. Además, estuvieron presentes en mítines de la DRA, como asistentes y oradoras. También enviaron telegramas de protesta a las autoridades, en contra de la política laicista del gobierno.

En 1933, en Beniaya (del municipio de Vall de Alcalá), seis de sus militantes fueron acusadas de “proferir gritos subversivos contra el régimen” y encarceladas en Pego, al negarse a pagar las multas impuestas por las autoridades (El Día, 14 y 16-VIII-1933); entre ellas, Rosa y María Caselles, que después de ser excarceladas participaron en un mitin de propaganda política en Pego (Las Provincias, 18-X-1933). En la campaña electoral de noviembre de 1933, estalló un petardo en el local de la ACM de Elche, causando desperfectos (El Debate, 22-X-1933).

Las Provincias, 18 de octubre de 1933.

La victoria de las candidaturas conservadoras en las elecciones de finales de 1933 hizo que a partir de entonces la ACM reorientara su interés a la acción social y benéfica. Por ejemplo, en 1934 la agrupación de Villena informó de que estaba organizando clases de formación religiosa y doméstica para mujeres (Las Provincias, 14-III-1934). No obstante, a veces continuó su acción política. A finales de 1935, se celebró en el local de la ACM de Elche un acto “de afirmación derechista” (El Debate, 19-XI-1935). Dicho local fue incendiado en unos disturbios que tuvieron lugar en abril de 1936, junto con otros edificios como el casino o la sede del Partido Nacional Agrario (El Día, 1-IV-1936).

Autora: Mónica Moreno Seco

Bibliografía:

GUTIÉRREZ LLORET, Rosa Ana, “¡Hagámoslo por Dios y por la Patria! La organización de las mujeres católicas en las elecciones de noviembre de 1933”, Historia Constitucional, 19 (2018), pp. 251-285.

MORENO SECO, Mónica, “Ciutadanes: les dones durant la Segona República al País Valencià”, en Aurelio Martí Bataller (eds.), Història de la Segona República al País Valencià, Alfons el Magnànim, Valencia, 2022, pp. 311-340.

Marthe Nygaard

Marthe Nygaard fue una enfermera nacida en el año 1887 en Evelrum, Noruega. Sus labores como enfermera en conflictos bélicos se remontan a la Gran Guerra, al trabajar en el Tooting Hospital de la ciudad de Londres entre los años 1916 y 1919.

En España estuvo activa como enfermera jefa en el Hospital Sueco-Noruego de Alcoi desde marzo hasta septiembre de 1937. Este hospital fue creado gracias al Comité Sueco-Noruego de Ayuda a España, que recaudó fondos para auxiliar a la población civil. Por su preparación y formación, las enfermeras escandinavas se encargaron de la supervisión de las tareas que realizaban las enfermeras españolas.

(Beneito Lloris, 2004)

Placa conmemorativa de la labor de los sanitarios escandinavos

Autor: Simón Fernández Cinnante

Bibliografía

  • Beneito Lloris, Àngel. (2004). El Hospital Sueco-Noruego de Alcoi durante la Guerra Civil española. Alcoy: Visual producciones.
  • Sistema d’Informació Digital Sobre les Brigades Internacionals. Universitat de Barcelona. Disponible en: https://sidbrint.ub.edu/ca/content/nygaard-marthe

Pilar Casasempere Juan

Pilar Casasempere Juan, originaria de Alcoi, trabajó como enfermera auxiliar en el Hospital Sueco-Noruego localizado en dicha ciudad, fundado durante la Guerra Civil gracias a las aportaciones económicas recogidas en esas naciones escandinavas. Ocupó ese cargo debido a la formación sanitaria que había recibido en un curso impartido por la Escuela de Enfermería de la Cruz Roja de Alicante en Alcoi en 1937. Sus labores en el hospital consistían en asistir en el quirófano al doctor Manuel Bastos Ansart, curar heridas, atender a los pacientes con dolores leves y mantener ordenados y limpios los espacios de trabajo.

(Beneito Lloris, 2004)

Fachada del Hospital Sueco-Noruego

Autor: Simón Fernández Cinnante

Bibliografía

  • Beneito Lloris, Àngel. (2004). El Hospital Sueco-Noruego de Alcoi durante la Guerra Civil española. Alcoy: Visual producciones.
  • Fuente de la imagen: https://jordiorts.com/tag/hospital-sueco-noruego/

Mujeres Libres

La agrupación de Mujeres Libres fue una organización anarquista y feminista que operó en el ámbito nacional desde su aparición en abril de 1936 y se circunscribió al territorio republicano tras el estallido de la Guerra Civil; contó con más de veinte mil mujeres en sus filas. Surgió a partir del debate sobre la cuestión femenina, con el auge de estas asociaciones y la toma de conciencia de las mujeres en los años treinta, lo que supuso una ruptura entre la teoría libertaria y la puesta en práctica de sus ideales, sumándose a ello la marginación de las reivindicaciones de las mujeres dentro del movimiento anarquista. Para la difusión de sus ideas y objetivos se fundó la revista Mujeres Libres, publicada entre abril de 1936 y otoño de 1938, en la que se trataban temas vinculados a las mujeres desde el punto de vista libertario.

Cubierta de la revista Mujeres Libres (núm. 6, febrero de 1937)

La estructura de Mujeres Libres quedó fijada en el primer Congreso Nacional celebrado en agosto de 1937 en Valencia, que contó con la presencia de dos grupos alicantinos (Alcoy y Elda). Dicha estructura se basó en agrupaciones locales, provinciales y regionales que respondían ante el Comité Nacional. Todas ellas se encargaron de actividades propagandísticas y educativas para alfabetizar y formar a las mujeres, así como de la incorporación de las mujeres a la producción y la ayuda a los combatientes en el frente con la confección de todo tipo de ropas.

Ruta Confederal, núm. 21, 18/12/1937

En la provincia de Alicante se establecieron agrupaciones locales en Alcoy, Alicante, Cocentaina, Elche, Elda, Monóvar, Petrel, San Vicente del Raspeig y Villena. En la revista Mujeres Libres hay menciones a varias agrupaciones de la provincia de Alicante en las que destacan las campañas de propaganda y agitación mediante conferencias y mítines y la creación de nuevas agrupaciones.

Las mujeres que integraban la organización luchaban contra la triple opresión que sufrían por el sometimiento del trabajo, la ignorancia y por ser mujeres. Para las anarquistas el trabajo tenía que garantizarse a las mujeres para su subsistencia e independencia y, al mismo tiempo, como medio para ganar la guerra. Desde Mujeres Libres se manifestó la necesidad de incorporar a las mujeres al trabajo y de ocupar los puestos que los hombres dejaban al marchar al frente ante la falta de mano de obra. Combatieron también la visión tradicional que se tenía sobre las mujeres como encargadas de las labores del hogar y como madres, cuyos objetivos eran dar a luz y criar a sus hijos e hijas. A pesar de la defensa de una igualdad entre mujeres y hombres en el mundo anarquista, algunos militantes libertarios en ocasiones se mostraron reacios a la actividad de Mujeres Libres y, de hecho, la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) se negó a reconocer a la organización.

Cartel de Mujeres Libres (1937)

En la provincia de Alicante las diferentes asociaciones femeninas de la época intentaron unirse contra el enemigo común que representaba el bando sublevado. Algunos ejemplos de unidad se aprecian en conferencias y celebraciones como el XX Aniversario de la Unión Soviética de 1937 y el acto del Teatro Principal de Alicante de 1938, a los que acudieron la Agrupación de Mujeres Antifascistas (AMA), Unión de Muchachas, Izquierda Republicana Femenina y Mujeres Libres. Ese último año también hubo un acercamiento importante en la ciudad de Alcoy entre Unión de Muchachas, AMA y Mujeres Libres, destacando el caso de estas dos últimas organizaciones, que se manifestaron conjuntamente por la unidad y la defensa de las mujeres y niños que sufrían los estragos de la guerra.

Mujeres Libres también mantuvo relaciones con organizaciones del movimiento anarquista, ejemplo de ello es el apoyo brindado por la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias (FIJL), que celebró mítines en los que llamaba a las mujeres para que se afiliaran a la agrupación femenina. Por otro lado, las relaciones con la CNT y la Federación Anarquista Ibérica (FAI) fueron cercanas, aunque no siempre favorables a las mujeres anarquistas y, en ocasiones, algunas de sus demandas quedaban eclipsadas por los intereses generales del movimiento. A finales de 1938 se convocó el Pleno Provincial de Locales y Comarcales de Levante, en el que la representante del Comité Provincial de Alicante de Mujeres Libres, María Nomdedéu, planteó que su agrupación se convirtiera en una de las principales junto a la CNT, la FAI y la FIJL, pero su propuesta fue rechazada y quedó como organización auxiliar, al considerarse que el reconocimiento pleno de Mujeres Libres supondría la separación de las mujeres de la lucha obrera.

Autor: Simón Fernández Cinnante

Bibliografía

Carmen Martí Polop

Carmen Martí Polop nació en Xátiva. En 1896 solicitó participar en unas oposiciones a escuelas elementales de niñas en la provincia de Valencia (Boletín Oficial de la Provincia de Albacete, 25 de noviembre de 1896, p. 3). En 1919 se marchó con sus padres a Denia, donde trabajaba como maestra. Según el padrón municipal de 1925, vivía en la calle Canalejas, ahora de la Mar, número 35. El 27 de abril de 1925, cuando tenía 39 años, tomó posesión del cargo de concejala del Ayuntamiento de Denia. Así, durante la Dictadura de Primo de Rivera, Carmen Martí se convirtió en la primera mujer concejala de dicha localidad. El día del acto, el alcalde, Augusto Gómez Porta, dijo lo siguiente:

«Doña Carmen Martí Polop, nuestra compañera de consistorio, la cual viene a compartir con nosotros el noble intento de contribuir a la prosperidad moral y material de la ciudad. Constituye un éxito del Directorio Militar el haber implantado una reforma tan democrática, la cual será fructífera para estas corporaciones, ya que la mujer española tiene cultura  y condiciones peculiares para entender en asuntos de economía e higiene doméstica, enseñanza, beneficencia domiciliaria, puericultura y protección a la infancia».

En el libro de actas del Ayuntamiento de Denia aparecen una serie de intervenciones de Carmen Martí. Entre ellas, podemos destacar una petición para que se atendieran debidamente a los pobres asilados en la Casa de Beneficencia Municipal o la votación a favor de la construcción de un edificio para escuelas públicas, solicitando la subvención máxima del Estado.

El 29 de noviembre de 1925 presentó su dimisión junto a otros concejales, ya que Augusto Gómez Porta había fallecido, y como alcalde había sido una especie de nexo de unión. El delegado corporativo aceptó todas las dimisiones a excepción de la de Carmen, ya que era maestra del Gobierno y estaba obligada a mantenerse fiel a los intereses de la Corporación. Sabemos por el diario republicano El Luchador (28 de diciembre de 1929, p.1), que fue elegida nuevamente a finales de 1929. Sin embargo, el 25 de febrero de 1930, cuando fue proclamada una nueva lista, Carmen no volvió a aparecer, por lo que aquí acabó su andadura como concejala.

Autora: Natalia Garis Puerto

Bibliografía:

  • Balaguer Bisquert, Vicent (2006). Dénia: Personatges Populars. Dénia: Ajuntament de Dénia.

Amalia Abad Casasempere

Amalia Abad Casasempere nació el 11 de diciembre de 1897 en Alcoi. Años más tarde, en 1921, se casó con el valenciano Luis Maestre Vidal, quien fue capitán del Ejército y con quien formó una familia junto a sus dos hijas, María y Luisa. En 1924, su marido murió en la guerra del Rif, dejando a Amalia Abad viuda. Este suceso marcó su vida, la cual consagró a la religión y a su familia, encargándose del cuidado de su padre y la educación de sus hijas.

Se afilió a Derecha Regional Valenciana, aunque también militó en Acción Católica de la Mujer. Además, estuvo presente en otras organizaciones católicas como Madres Católicas, Marías de los Sagrarios, Conferencias de Paúl y la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen. En cuanto a sus estudios, en 1935 empezó a estudiar el bachillerato con el objetivo de obtener la titulación de comadrona.

Iniciada la Guerra Civil, Amalia Abad fue detenida el 21 de septiembre de 1936 y llevada a un centro de detención instalado en el colegio de las Madres Esclavas, donde fue sometida a malos tratos. Unos días después, se notificó a su familia que iba a ser trasladada a Valencia para que declarara allí. El 26 de septiembre de 1936 fue asesinada en Benillup y su cuerpo fue depositado en una cuneta de la carretera que conecta esta localidad con Almudaina. En 1939 sus restos fueron llevados al Cementerio de San Fabián de Alcoy y en el año 1957 a la Capilla del Santísimo Sacramento de la Parroquia de San Mauro y San Francisco de Alcoy.

El día 11 de marzo de 2001, en la plaza de San Pedro de Roma, fue beatificada junto a otros 232 mártires de la Guerra Civil por el papa Juan Pablo II.

Autor: Simón Fernández Cinnante

Bibliografía

  • Gabarda Cebellán, V. (1996). La represión en la retaguardia republicana: País Valenciano, 1936-1939. Edicions Alfons el Magnànim, Institució Valenciana d’Estudis i Investigació, p. 313.
  • González Rodríguez, M.ª E. (2008). Los primeros 479 santos y beatos mártires del siglo XX en España. Quiénes son y de dónde vienen. Editorial Edice, pp. 385-386.
  • Fuente de la imagen: https://sangreredentora.wordpress.com/2021/06/29/beata-amalia-abad-casempere/

Concepción Cerdá

Concepción Cerdá nació en Alcoi en 1917 y fue una militante anarquista miembro de las Juventudes Libertarias de dicha localidad. En el año 1938 alcanzó el cargo de Secretaria femenina dentro de la organización y colaboró en Ruta Confederal, órgano de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). En uno de sus artículos, titulado “Juventud” (Ruta Confederal, núm. 16/10/1937), exalta los valores juveniles desde la óptica libertaria y hace un llamamiento a este sector de la población para que se organice contra toda imposición y continúe confrontando al enemigo en la guerra.

Ruta Confederal, núm. 16, 13/10/1937

En “Las muchachas libertarias dan el ejemplo de su laboriosidad” (Ruta Confederal, núm. 25, 15/01/1938), habla de la fundación de la Sección Femenina de las Juventudes Libertarias y de la importancia de la unidad con los hombres para unir fuerzas en su lucha por unos ideales de libertad e igualdad entre hombres y mujeres.

Aparece también en la novela autobiográfica Prisioneros de guerra de Vicente Belmonte Botella, en la que se menciona a Concepción Cerdá cuando se habla de los últimos días de la Guerra Civil, situándola en el puerto de Alicante el día 28 de marzo de 1939, del que no pudo salir, su internamiento en el campo de concentración de “Los Almendros” junto a varias mujeres y el dolor por la muerte de su compañero sentimental Silvestre Picó.

Consiguió huir a Francia y durante su exilio continuó redactando artículos para las publicaciones de corte anarquista Boletín Ródano-Alpes y Espoir, editadas en este país. Los artículos fueron publicados bajo el nombre de Conchita Cerdá.

Espoir, núm. 16, 22/04/1962

Autor: Simón Fernández Cinnante

Bibliografía

  • Belmonte Botella, V. (2007). Prisioneros de guerra. Centre d’Estudis Locals del Vinalopó.
  • Beneito Lloris, Á., Moreno Sáez, F., & Santonja Cardona, J. L. (2017). Tiempo de sombras: la represión en Alcoi desde la Guerra Civil a los años 70. Alcoi: Ajuntament d’Alcoi, p. 363.

Gabriela Abad Miró

Gabriela Abad Miró nació en Alcoi en 1913. Procedía de una destacada familia de la provincia de Alicante, pues era sobrina del escritor alicantino Gabriel Miró Ferrer, uno de los principales representantes de la generación del 14, y hermana del pintor y arquitecto alcoyano Miguel Abad Miró, quien durante la Guerra Civil puso su obra al servicio de la causa republicana con la creación de murales y dibujos propagandísticos.

En sus años de estudiante militó en el sindicato Federación Universitaria Escolar junto a sus hermanos María Luisa y Miguel y se graduó en Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid, lo que le permitió trabajar como profesora. Fue además traductora de lengua rusa y en 1938 llegó a publicar en la revista Hora de España una traducción de un relato del autor ruso Ovidii Savitch bajo el título Casa de Campo.

Su militancia destaca por la pertenencia a organizaciones como las Juventudes Comunistas del PCE y las Juventudes Socialistas Unificadas.

Biblioteca Nacional de España

Con el inicio de la Guerra Civil se volcó en los asuntos políticos participando en la actividad propagandística de la causa republicana mediante emisiones de radio y mítines en los que llamaba a la colaboración con el gobierno republicano.

Su activa participación a lo largo de la contienda se aprecia en los diferentes cargos que ocupó. Entre ellos se encuentran el de responsable de política de acción social del Comité de Madrid, responsable de acción social del 5º Regimiento entre los años 1936 y 1937 y responsable de acción social del Socorro Rojo Internacional en Madrid entre 1938 y 1939. En el último año de la guerra también fue la secretaria del comité del campo de internamiento de Chateaubriad (Francia). Otros cargos que tuvo fueron los comandante y comisario de brigada en el frente de Madrid. Durante estos años tuvo una relación amistosa con Tina Modotti, dirigente del SRI en España, y combatió junto a Vittorio Vidali, alias Carlos Contreras, comisario político del 5º Regimiento. Un documento policial sobre su hermano Santiago atribuye a Gabriela Abad Miró la pertenencia a la Comisión de Propaganda del Buró Político del PCE.

En enero de 1940, con ayuda del Comité Técnico de Ayuda a los Españoles pudo trasladarse a Nuevo Laredo en el estado mexicano de Tamaulipas como asilada política con un permiso de estancia de un año. Finalmente, falleció el 24 de enero de 1941 en Ciudad de México, aunque en algunas fuentes se menciona que su muerte tuvo lugar en la Unión Soviética.

Autor: Simón Fernández Cinnante

Bibliografía

Amalia García Miralles

Amalia García Miralles nació el 5 de enero de 1860 en Alcoi. Junto a sus hermanos gozó de una educación completa con la que pudieron aprender a leer y escribir, algo que por aquel entonces no estaba al alcance de toda la población. Con su madre se encargó de las tareas del hogar, al mismo tiempo que continuaba sus estudios, obteniendo la titulación de la carrera de Maestra Nacional. En 1881, continuó sus estudios de Magisterio como maestra de Primera enseñanza y en 1885 se graduó como Maestra de Primera Enseñanza superior.

Un año después de finalizar sus estudios contrajo matrimonio con José Vicente Carbonell Vilaplana en 1886, con quien formó una familia compuesta por sus ocho hijos, tres de los cuales fallecieron a edades tempranas. La educación musical y religiosa caló en sus hijos a la hora de elegir sus respectivas profesiones, dado que los hijos se volcaron a las artes y las hijas se dedicaron a la vida religiosa. Al principio los ingresos familiares procedían de ambos progenitores, pues García Miralles trabajaba como bordadora, en el hogar y educando a todos sus hijos, mientras que José Vicente trabajaba como oficial de escultor con su padre José Vicente.

Interesada en la formación académica y profesional de las jóvenes trabajadoras, decidió impartir clases por la noche a estas mujeres en las llamadas Escuelas Nocturnas de San José. También dirigió el Patronato Dominical de la Purísima y todos los años realizaba con sus alumnas una salida a la Font Roja, lugar en el que conoció al noble Joaquín Rovira, quien cedió la propiedad de la calle Embajador Irles, que sería la famosa Casa Doña Amalia, espacio que se convirtió en la residencia de García Miralles y el centro de enseñanza de las jóvenes. En 1907, creó el Patronato de las Obreras del Sagrado Corazón de Jesús y sus actividades se desarrollaron tanto en la escuela de la iglesia de San Agustín como en la Casa Doña Amalia. El Patronato integraba las organizaciones anteriores, el Patronato Dominical de la Purísima y las Escuelas Nocturnas de San José.

Su obra educativa y social se mantuvo gracias a la financiación de individuos relacionados con el Círculo Católico y las recaudaciones que ella conseguía a través de entidades como el Colegio de Primera Enseñanza y la Escuela Normalista para señoritas. En 1905, inauguró dicho colegio privado donde las niñas recibirían una educación básica con el objetivo de solucionar los problemas económicos derivados de la enfermedad de su marido, quien falleció en 1906 marcando la trayectoria de García Miralles, que sería la encargada de sacar adelante a toda la familia. Años más tarde, en 1908, creó la Escuela Normalista en la que se formaba a las futuras maestras.

En 1917, fundó la casa-cuna en la Casa Doña Amalia, que funcionó como una guardería en la que los hijos e hijas de las madres con escasos recursos podían comer y estudiar a cambio de un pequeño pago, y el Hospicio de San Jorge, donde se atendían las necesidades de los huérfanos y expósitos menores de 5 años. En este edificio también se estableció una residencia para ancianas sin alternativas ni recursos en la que podían residir a cambio de una pequeña contribución o limosnas.

Casa-cuna fundada por García Miralles

En su labor educativa destacó también por ser miembro de la Junta de Primera Enseñanza en 1918 y de la Junta Local de Protección a la Infancia desde 1928 hasta 1932. A ello se suman las colonias de verano organizadas por García Miralles entre 1925 y 1927, aunque ya se celebraban con continuidad desde un tiempo atrás. En ellas se realizaban actividades relacionadas con la religión y el ocio al aire libre.

Durante la II República la obra social de García Miralles fue un tema controvertido por el carácter religioso presente en algunas de las actividades. Además, el inicio de la Guerra Civil y la escasez de la época provocaron el cese de actividades de la casa-cuna, el orfanato y la residencia de ancianas. Tras la contienda, en 1939, pasó a formar parte del convento de las Agustinas Descalzas o del Santo Sepulcro de Alcoi junto a sus hijas María y Amalia, y en 1954 pudo tomar los hábitos gracias a una dispensa de la Santa Sede. García Miralles falleció el 4 de octubre de 1955 en el convento. En 1989, la calle Retor de Confrides de Alcoi fue renombrada como “Doña Amalia” en su honor.

Autor: Simón Fernández Cinnante

Bibliografía:

  • Abad Segura, R. (2002). Dª Amalia García Miralles. En: Personajes Alcoyanos (pp. 169-
    170). Cocentaina.
  • Beneyto Gómez, E. (2021). Amalia García Miralles: educación y asistencia social en el Alcoi de la Edad de Plata. En: Establier Pérez, Helena, & Moreno Seco, Mónica. Modernas, luchadoras y pioneras: mujeres alicantinas de la Edad de Plata (pp. 193-221). Universidad de Alicante y Fundación Mediterráneo.