Hoy en primera persona tenemos a la Directora de la Biblioteca Universitaria, Reme Blanes (nacida María y reconvertida por siempre jamás en Reme).
Reme es un producto original “de la casa” (entiéndase y acótese pertinentemente) ya que su vinculación a la UA se remonta a sus años de joven estudiante de Filosofía y Letras, cuyos tres primeros cursos (mediando los hippies ‘70) transcurrieron aún en aquel pionero e incipiente CEU, que luego daría paso a la universidad que hoy conocemos. Y poco se alejó de aquí…; concluidos los estudios y con una de las primeras Licenciaturas expedidas por la ya Universidad de Alicante, el panorama de oposiciones al cuerpo de docentes en secundaria no pintaba muy halagüeño y tras 2 años de preparación de oposiciones, acaba de forma accidental en la Biblioteca Municipal de Elche donde vislumbra un nuevo y atractivo ámbito profesional.
En 1982 entra ya con un contrato de Auxiliar Administrativo en la Biblioteca de Magisterio que se ubicaba en el Castillo de San Fernando, y que por entonces era conocida como la “Aneja”; lugar, ambiente y personas las que allí encontró que dejaron una importante huella (inversamente proporcional al tiempo transcurrido entonces) por las relaciones entrañables y casi familiares establecidas entre alumnos, docentes y personal de administración y servicios.
El regreso “a casa” se produce un par de años después con la plaza de Auxiliar de Bibliotecas (aunque con funciones técnicas y directivas) en Filosofía y Letras, y significó un peculiar reencuentro con el personal de administración y el profesorado desde el otro lado. Las fichas catalográficas amanuenses y los ciclostiles forman parte de esta época en la que los sistemas informatizados de gestión bibliotecaria ni siquiera existían en su forma embrionaria.
En 1992 Reme se pone a los mandos de la nueva unidad de Adquisiciones persiguiendo los efectos positivos que los cambios y los nuevos retos llevan aparejados. Poner en marcha el nuevo servicio conllevó centralizar las compras (tanto de monografías como de publicaciones periódicas) del conjunto de las Bibliotecas de Centro de la UA, manejar un presupuesto independiente y dar la bienvenida a la revolución de las TIC (que ya son, definitivamente, una realidad) y a la Biblioteca General, donde transcurre la segunda parte de esta etapa.
Y pedaleando en el tiempo llegamos al último jalón de la ruta, 2002: la Dirección de la Biblioteca Universitaria que supone, como cargo de libre designación, la puesta en valor de toda una larga trayectoria profesional y, sobretodo, el encarnar a la persona de consenso que en su momento fue la condición imprescindible a la que aspiraba el equipo rectoral para el puesto.
En esta última etapa Reme subraya el apoyo que siempre ha recibido tanto del equipo rectoral como de los compañer@s que conforman el servicio, y no duda en afirmar que ocupar la dirección es una tarea “mucho más fácil de lo que la gente pueda pensar” al disponer de un equipo humano de contrastada responsabilidad y calidad profesional al cargo (y una especial capacidad de empatía y diálogo de una mujer cuyas dos manos… son izquierdas, añadimos nosotr@s).
Momentos de menor y mayor dificultad, entre los que se encuentran la reciente reestructuración de todo un servicio que aparejó cambio de tareas e importantes remodelaciones de la plantilla en función de las mismas, que involucró a un gran número de personas, y cuyos resultados objetivos han sido más que satisfactorios.
A Reme le quedan aún 5 años antes de la merecida jubilación y nos comenta que su objetivo fundamental es seguir en la misma línea, contando con la gente para llevar a cabo los proyectos y apoyándose completamente en el personal de la biblioteca, intentando siempre transmitir y explicar las ventajas de futuros proyectos y consensuando las aportaciones para los mismos.
Pues a seguir así, jefa.