El viernes 22 de enero se publicaba en Iwetel un mensaje de Jérémy Lachal, director de la ONG Bibliotecas sin fronteras, que ofrecía un pequeño resumen de la situación de las bibliotecas en Haití tras el terremoto sufrido el pasado12 de enero.
A continuación trascribimos el mensaje:
“Tenemos contacto con Patrick Tardieu que es archivero en la biblioteca más antigua de Puerto Príncipe, Bibliothèque des Pères du Saint Esprit. Afortunadamente está vivo y voló ayer a Canadá. La primera información que tenemos es:
– Saint Martial College, donde está localizada la Bibliothèque Haïtienne des Pères du Saint Esprit se hundió.
– El edificio de la biblioteca St. Louis de Gonzague está bien aunque debilitado.
– La Biblioteca Nacional se hundió, por lo menos en parte.
– La mayoría de las bibliotecas universitarias se ha hundido también.
Esas bibliotecas conservaban colecciones muy antiguas (remontándose hasta el siglo XVI). Muchos manuscritos habían sido llevados por misioneros procedentes de Europa. Otros se habían recogido en el Caribe (especialmente publicaciones sobre las revoluciones haitianas, transcripciones de las tradiciones orales vudú, documentos personales que se remontaban al siglo XVIII).
Creemos que es urgente poner en marcha una campaña internacional para salvar estas colecciones…”
En la página web de la ONG y en su página en Facebook podéis encontrar más información y si queréis realizar una donación.
Supongo que estamos de acuerdo en que son muchas las necesidades de los haitianos, y no pocas las que resultan más acuciantes que la reconstrucción de las bibliotecas pero… sin embargo… quiero felicitar a los redactores de la noticia ya que, desde mi punto de vista, contribuyen a recordarnos la magnitud de la catástrofe… no bastará con llevar alimentos, medicamentos y ropa a los haitianos. Por desgracia ellos, que ya tenían poco antes del cataclismo, necesitarán mucha más ayuda de la que inicialmente se está mandando para poder llegar a tener la esperanza de una vida mejor… o tal vez deberíamos decir a una vida digna… en la que el acceso a los libros y al conocimiento en general no deberán olvidarse.
Mi felicitación pues a los redactores de la noticia por recordarnos que ellos (y sin duda muchos otros) carecen de bienes que nosotros parece que consideremos banales.
Creo que ahora la biblioteca es lo menos preocupante de esta situación… Empecemos por los problemas económicos y las posibles epidemias que asolarán el país..Después, lo demás.