¿Y ahora adónde vamos?
Una propuesta ingeniosa para terminar con la guerra
Un homenaje a los países que padecen los efectos de la guerra. Cine experimental, y de pocos recursos económicos y técnicos, que son la consecuencia, de un país devastado por la guerra civil, y en dónde la industria cinematográfica, prácticamente es inexistente. Echamos una mirada a este país y a su cine, y por extensión, a los países que se encuentran en una situación similar.
Sinopsis, Un cortejo de mujeres vestidas de negro se dirigen al cementerio, bajo un sol abrasador, llevando fotos de sus esposos, padres e hijos. Todas comparten el mismo dolor, consecuencia de una guerra cruel e inútil. Al llegar a la entrada del cementerio, el cortejo se divide en dos grupos: uno musulmán y otro cristiano…
Como en una fábula, para la convivencia y la tolerancia, la historia fluye entre canciones y danzas, “en un pueblo, pequeño y perdido… en dónde había una mezquita con su minarete, y una iglesia con su campanario… y en donde sus habitantes estaban en continua bronca…”
Las mujeres, se las ingenian para aminorar la “adrenalina” de sus hombres, y acabar con los enfrentamientos y las muertes, y por extensión con el odio y la guerra. Por esa razón, es una propuesta desde el origen del rencor, y desde lo cotidiano… Por supuesto, que las guerras son más complejas, pero propuestas como esta, son muy bienvenidas.
El Líbano, de ayer a hoy. Una comunidad, históricamente abierta al Mediterráneo, tierra de navegantes y comerciantes (los Fenícios), camino y cruce de culturas, en donde crece el Cedro desde la más remota antigüedad. El Líbano, en guerra civil, desde el último tercio del siglo pasado, y donde se enfrentan dos comunidades, la cristiano maronita y la musulmana.
Nos gusta esta película, esta propuesta que con pocos recursos, y que de una forma sencilla y cómica nos muestra una realidad. Esta historia, que fluye sobre este país milenario, y que aspira a poner su grano de arena, para terminar con los odios y los fundamentalismos. “Tiene que ver con la frustración de vivir en un lugar, que siempre está al borde de la guerra civil, al borde de que algo explote…“, comenta Nadine Labaki en el Festival de Cannes.
Esta película tiene ciertos componentes “berlanguianos”, tanto en los planteamientos como en la estética. Técnicamente tiene altibajos, pero no importa, así que la hemos elegido, por la idea, por la propuesta “paz desde la cercanía”, a ras de tierra… Es divertida, ingeniosa, de puro humor negro, sin complicaciones.
Segunda película de Nadine Labaki, después de haber dirigido Caramel. La directora y actriz experimenta en esta película con las canciones. Quizás, no sea lo más fuerte de la cinta, pero son divertidas y le dan un tono desenfadado…, y como asegura Nadine, “quise experimentar, y darle un tono de fábula”
La puedes encontrar en el catálogo de la Biblioteca: