Hoy es el día Internacional contra la violencia de género. Desde la BUA queremos hacer un recorrido por el artículo Novela de intriga y violencia de género, de Carmen Servén Díez (InterseXiones 3: pp.115-126, 2012. ISSN-2171-1879) y reproducir algunas de sus ideas, haciendo una selección de las obras que la autora menciona, muchas de las cuales se pueden consultar en la BUA.
La IV Conferencia Mundial de Pekín (1995) apostó por la expresión “violencia de género” para referirse a las agresiones de que son objeto las mujeres por el mero hecho de serlo. Estas agresiones están presentes en muchas obras literarias. Y también cinematográficas.
Ya en el Poema de Mío Cid (1140) hallamos el episodio de la Afrenta de Corpes, en que los condes de Carrión propinan una fuerte paliza a sus esposas, las hijas de Rodrigo Díaz de Vivar, y las dan por muertas.
(Pintura de Ignacio Pinazo, 1879)
Si pasamos a novelas más actuales, en Algún amor que no mate, de Dulce Chacón, el marido maltratador ejerce una fuerte presión psicológica sobre su espos
a, acompañada de importantes agresiones físicas. “La víctima acaba aceptando ese maltrato como forma de vida: no lucha, no odia a su opresor, no formula jamás con sus palabras un rechazo global a la situación en que está inmersa; busca explicaciones a los incidentes que relata, procura poner de su parte cuanto es posible para evitarse el dolor, siente un fuerte rechazo físico frente a su maltratador, pero no se rebela activamente, no es consciente del deterioro general a que ha sido conducida.”
Al final no encuentra salida alguna y busca la muerte como vía de liberación.
Luisa Castro en La segunda mujer narra una historia similar pero con un final bien distinto. De nuevo una relación afectiva que se deteriora y que deriva en un maltrato continuado a la mujer por parte del varón, lo que provoca una progresiva pérdida de la autoestima, hasta que la víctima consigue recuperarse y apartarse de su marido.
Cielos de barro (2000), de Dulce Chacón, o Atrapada en el espejo (2007) de Gemma Lienas, son también “relatos de intriga construidos en torno a una investigación sobre cierta muerte y que reúnen también la estructura propia de una investigación progresiva sobre el tema de la violencia de género”.
Te doy mis ojos (2003), película de Icíar Bollaín, contribuyó enormemente a sensibilizar al público español contra la violencia de género. Obtuvo siete premios Goya, junto con otros galardones cinematográficos, y consiguió amplio eco en la prensa, hasta el punto de ser considerada por algunos críticos como un filme obligado “para cualquier persona con un mínimo de conciencia social” (David Garrido en la revista La Butaca).
Si continuamos nuestro recorrido por la novela europea, Roseanna es un relato (considerado ya como un clásico) de Per Wahlöö y Maj Sjöwall, que aborda la violencia de género como crimen a investigar. Es el primero de una serie de diez novelas de misterio en torno al personaje del inspector Martin Beck.
Roseanna ha sido recientemente publicada en español, con un prólogo de Henning Mankell, que es precisamente uno de los autores suecos que ha cultivado el género de novela criminal a la vez que exploraba la violencia contra las mujeres. En su novela La quinta mujer, Mankell lleva a cabo una reflexión sobre la violencia y sus formas: fanatismo, venganza, maltrato…, con especial atención a la violencia doméstica y a sus víctimas, las mujeres.
El otro escritor sueco al que nos referimos es Stieg Larsson y su trilogía Millenium (Los hombres que no amaban a las mujeres, La reina en el palacio de las corrientes de aire y La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina), gran éxito tanto literario como cinematográfico.
La protagonista es una mujer atractiva, extraordinariamente inteligente, valiente, moderna, reservada y con una estética outsider, que ha sido repetidamente objeto de abuso o maltrato. Ella misma pone en práctica sus deseos de venganza y se encarga de aleccionar y castigar violentamente a quien la humilla o golpea. Su independencia de criterio hace que no se doblegue nunca ante sus maltratadores y el daño sufrido nunca quebranta su autoestima. Al contrario que el personaje de Dulce Chacón en Algún amor que no mate, “la protagonista de Larsson está siempre alerta y dispuesta a defenderse; nunca se deja ganar por el punto de vista de su antagonista, no comparte la perspectiva de su maltratador o atacante. Lisbeth es completamente inmune a las apreciaciones negativas de los demás, a los intentos de presión psicológica: su determinación y firmeza de carácter la convierten en un modelo de mujer inquebrantable.”
El enorme éxito de la serie Millenium y su adaptación al cine, popularizaron la figura de Lisbeth Salander. Su trascendencia social fue tal que, en España, el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género concedió el V Premio de Reconocimiento a la labor más destacada en la erradicación de la violencia de género al fallecido escritor Stieg Larsson.
Terminamos con GrafarÞögn, una novela, del islandés Arnaldur Indridason, que forma parte de una serie presidida por el inspector Erlendur Sveinsson y que gira también en torno a un caso de violencia doméstica. Tras lograr en 2005 The Golden Dagger Award (el premio más importante de novela negra en el mundo anglosajón) se convirtió en un gran éxito de ventas y fue reeditada en España con el título de La mujer de verde.
Tal vez podríamos seguir infinitamente, pero sólo queríamos (basándonos en el ya citado artículo de Carmen Servén) hacer una pequeña aportación con la cual la BUA se suma a la lucha contra ese terrible monstruo que es la violencia de género. Os invitamos, mujeres y hombres, a venir y leer estos relatos, a visionar estas películas, y a tomar conciencia de que la violencia contra las mujeres existe y que hay que decir ¡BASTA!
Muy buena entrada y muy apropiada, Pero habéis contado el final del primer libro de Dulce Chacón… ? Podéis avisar de spoiler al menos.