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La BUA en primera persona: María Játiva

Continuamos con la serie de entrevistas “La BUA en primera persona” con la directora de la Biblioteca de Filosofía y Letras.

María Játiva Miralles (Albacete, 1975) dirige al equipo de la biblioteca desde hace una década. Su formación y trayectoria profesional han ido de la mano. Doctora en Documentación, ingresó como funcionaria de carrera en la escala de Técnico con sólo 21 años (1997), siendo Diplomada, hasta obtener por concurso la subdirección de la Biblioteca de Filosofía y Letras.

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Comenzamos la entrevista preguntándole por la colección de la biblioteca, compuesta por aproximadamente 170.000 ejemplares de monografías, repartidas en grandes materias, como Filosofía, Historia, Lengua, Literatura, Arte…además de alrededor de 1.300 títulos de revista en acceso libre, y un importante fondo audiovisual de 2.500 ítems. Cuando le pedimos que nos cuente cuál es su colección favorita, María nos comenta que “por sus características en cuanto a la unidad del fondo, especialización, antigüedad y valor, es la colección de Russell Sebold -localizada en la sala homónima para personal investigador– especializada en Romanticismo y compuesta de fondo moderno y fondo antiguo, del siglo XVIII y el siglo XIX, que incluye primeras ediciones de muchas obras”.  Por otro lado, destaca que la colección más usada es la de Lengua, “porque los estudiantes, no sólo de Letras, tienen que aprender idiomas, para obtener el nivel B1 o B2”, y la de Literatura, porque “aunque somos una biblioteca universitaria, enfocada a labores de docencia e investigación, cumplimos una función social muy importante, ofreciendo literatura a cualquier miembro de la comunidad universitaria, para uso no sólo académico”. Precisamente, al preguntarle por la especificidad de la Biblioteca Universitaria frente a las bibliotecas públicas, María lamenta que la biblioteca pública está “muy infravalorada” y añade que “la Biblioteca de la Universidad de Alicante está cubriendo una serie de lagunas que la estructura bibliotecaria de la ciudad no cubre”, destacando además la Mediateca, un servicio “muy valorado y muy usado”.

De entre sus funciones como directora, se ocupa, entre otras cosas, de la coordinación de su equipo de trabajo de la 1ª planta y 2ª planta de la Biblioteca; revisar que los proyectos salgan adelante; atender al personal docente e investigador; y participar en la puesta en marcha de los objetivos y líneas de trabajo marcados por la dirección de las bibliotecas, que se resumen en: Apoyo a la docencia y la investigación, Apoyo a los usuarios, Normalización y recursos en red y Organización y gestión. De todas estas líneas, apunta, “ lo más importante es el apoyo a los usuarios. Es la función clave de la biblioteca. Toda la labor que se realiza en la biblioteca deja de tener sentido si no se atiende adecuadamente al usuario mediante los nuevos canales de comunicación que la Biblioteca ofrece o en el mostrador, que es la cara de la biblioteca”.  La persona que esté en el mostrador –añade- “debe saber canalizar el sentimiento general de los usuarios y sacarle partido”. Tal y como señala la profesora Carina Rey “una queja es un regalo” y hay que saber aprovecharla. María señala que las labores de despacho organizando y planificando son necesarias, pero “las personas que atienden los mostradores son los puntales de la biblioteca”, debiendo detectar y transmitir las sugerencias, necesidades y problemas de los usuarios.

Entusiasta e incondicional de las bibliotecas, destaca la necesidad de adaptación a la tecnología (“mucho más de lo que ya estamos”)  y que los usuarios “vean realmente cuáles son las funciones de la biblioteca”; “nos tenemos que reinventar”, añade. Comentando la importancia creciente de las publicaciones en formato electrónico, frente a las colecciones de libros en papel (“ya las revistas apenas se editan en papel”), apunta que en unos años la biblioteca “apenas comprará libros en papel”. Precisamente, como la tecnología facilitará el acceso a las publicaciones por parte de los usuarios, la biblioteca debe ofrecer otros servicios para no convertirse “en meros almacenes”. Entre estos nuevos servicios, destaca la importancia de la formación en CI2, la preservación de las colecciones y la función social y cultural.

Esta reinvención se tropieza con dificultades como el desconocimiento de los servicios bibliotecarios por parte del conjunto de usuarios: “Hay usuarios muy fieles, pero ese porcentaje no es muy grande”. Existe desconocimiento de la profesión y de todo lo que pueden ofrecer las bibliotecas pues muchas veces se usan como meras salas de estudio. En general,  “hay poca gente que se acerque a la bibliotecas a utilizar sus servicios y hay miembros de la comunidad universitaria que no sienten la necesidad de acudir a la Biblioteca. Nos tenemos que saber promocionar, y explotar la tecnología y las redes sociales”.

Aunque la biblioteca universitaria ha dado un cambio importante, ofreciendo más servicios, algunas veces se actúa “al margen de los usuarios”. Los esfuerzos empleados en los diferentes proyectos y servicios, no dan los frutos esperados porque no se tiene totalmente en cuenta, en el diseño de estrategias, las expectativas y necesidades de los usuarios.

María insiste en que “las bibliotecas han sufrido una profunda transformación, hoy en día la clave debe estar en la orientación de la biblioteca al usuario” . De esta forma, la Biblioteca de Filosofía y Letras ofrece una amplia variedad de servicios a la Comunidad Universitaria, desde los más conocidos (estudio o lectura en sala y préstamo de libros) hasta servicios menos ligados a la biblioteca tradicional. Tal es el caso de préstamo de ordenadores portátiles, préstamo de auriculares y préstamo de dispositivos para la lectura de libros electrónicos. Asimismo, ofrece 12 salas de trabajo en grupo para estudiantes y 4 salas para el personal investigador o el profesorado. La demanda de enchufes no para de crecer y uno de los servicios más demandados por el alumnado.

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 “La Biblioteca de Filosofía y Letras intenta satisfacer las expectativas de sus usuarios” y, por ejemplo, dispone de zonas de silencio para que en las épocas de exámenes el alumnado cuente con áreas de mayor concentración y tranquilidad para un mayor aprovechamiento y rendimiento. También, elabora tutoriales y guías temáticas, por ejemplo, de Lengua y Literatura y Humanidades que pretenden dar a conocer de forma sencilla  algunos recursos y servicios.

Por último, María destaca como elemento más importante de la biblioteca el equipo humano con el que “afortunadamente yo trabajo”. Se trata de formar un buen equipo, organizado y cohesionado, en el que todos sean importantes pero nadie imprescindible.

Agradecemos su tiempo y esperamos repetir en el futuro. ¡Muchas gracias!


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… la justicia, no es solo cuestión de fondo. Sobre todo, es cuestión de forma. Así que no respetar las formas de la justicia es lo mismo que no respetar la justicia. Lo comprende, ¿verdad? -Melchor no dice nada; el subinspector esboza una sonrisa tolerante-. Bueno, ya lo comprenderá. Pero acuérdese de lo que le digo, Marín: la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias.

Terra alta / Javier Cercas

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