El año 2020 ha sido declarado como el año de la enfermería por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la que profesionales de la salud y la sanidad desempeñan una importantísima labor que no siempre es visible y reconocida como se merecen. Atención sanitaria, investigación y docencia que realizan cada día contribuyendo a su valiosa aportación en el desarrollo, la productividad y la felicidad de las personas en todos los estamentos de la sociedad.
Son mujeres y hombres que consagran su vida a cuidar de los demás, realizando una serie de funciones cruciales en la prestación de servicios de salud.
Coincidiendo con el reconocimiento del año de la enfermería ha surgido la pandemia a nivel mundial denominada Coronavirus o Covid-19. Se trata de una enfermedad infecciosa causada por un nuevo virus que no había sido detectado en humanos hasta la fecha. El virus provoca una enfermedad respiratoria similar a la gripe con síntomas que van desde la tos, fiebre, cansancio… y que en los casos más graves puede derivar en neumonía.
En medio de esta situación de alarma sanitaria, todo el sistema de salud es puesto a prueba, y el papel de los profesionales sanitarios, y en especial de los enfermeros, se vuelve más imprescindible que nunca, haciendo una demostración de profesionalidad y compromiso con los ciudadanos. Cabe recalcar la labor humanitaria a la hora de acompañar a los pacientes más graves que no sobreviven al virus. Estos se sienten solos ante la falta de familiares que puedan despedirse de ellos, y el papel de los enfermeros y enfermeras pasa por darles ese apoyo y cariño en su triste despedida.
En esta crisis sanitaria es vital asegurar los equipos suficientes para garantizar la seguridad de aquellos que soportan una extraordinaria carga asistencial. Muchos de ellos carecen de los recursos necesarios para asegurar sus vidas y la de aquellos a los que cuidan, poniendo en peligro su propia salud.
Todos los sanitarios, en estos momentos de crisis, cuentan con el merecido reconocimiento de la sociedad, que se unen, cada día, en un único aplauso desde ventanas y balcones, como agradecimiento por su entrega y dedicación. Aunque ese homenaje y cariño que ha surgido a raíz de esta pandemia mundial, debería continuar y prolongarse como un especial agradecimiento futuro.
