Hoy queremos presentaros a Elisa Terroba, una joven artista que ha sido elegida para disfrutar de una de las becas de residencias de creación e investigación artísticas en el MUA. Su proyecto artístico “/bibliografía” forma parte de la muestra colectiva que es el resultado de estas residencias artísticas, que puede verse en la sala Sempere del MUA desde el 20 de septiembre hasta el 24 de noviembre de 2024.
Elisa ha trabajado unos días en la Biblioteca de Filosofía y Letras seleccionando el material que dejan los usuarios dentro de los libros (notas, marcas, papelitos, tickets, etc.) así como libros estropeados y maltratados que han servido de base a sus creaciones. Nos ha parecido muy interesante y queremos compartir con vosotros la entrevista que hemos mantenido con ella.
¿Qué formación tienes, Elisa: bellas artes, arquitectura, diseño gráfico…?
Estudié Bellas Artes en la Universidad de Cuenca y luego hice un máster en Creación e Investigación Artística en la Universidad de Pontevedra. Valoro mucho mis años de estudiante, ya que me permitieron crecer tanto a nivel personal como creativo. Lo que más aprecio de esa etapa es el ambiente universitario, rodeado de personas con intereses similares, donde siempre había espacio para el intercambio de ideas y la experimentación.
¿Eres lectora, te gusta leer libros en papel o prefieres el formato electrónico?
Soy lectora, y aunque he explorado el formato electrónico, sigo prefiriendo los libros en papel. La relación física que se establece con el libro como objeto durante la experiencia de lectura me resulta clave. Además, el formato físico también me conecta más profundamente con el libro, con su historia y su materialidad, lo cual es parte de mi propio trabajo artístico. Aunque, por practicidad, también leo en pantalla y escucho audiolibros y artículos.
¿Has sido usuaria de bibliotecas desde siempre o prefieres comprar libros o intercambiarlos en actividades como, por ejemplo, el Bookcrossing?
He sido usuaria de bibliotecas desde siempre, porque me fascina el sentido comunitario y accesible que ofrecen. Para mí, las bibliotecas son espacios que me producen felicidad, paz. También disfruto mucho comprando libros, especialmente cuando encuentro ediciones únicas, libros usados con historia o los libros a los que voy a volver una y otra vez necesito que estén en mi estantería personal. El intercambio de libros, como en actividades tipo Bookcrossing, me parece maravilloso porque añade una capa de azar y de conexión entre lectores anónimos, creando una especie de red invisible donde los libros viajan y siguen transformándose a través de cada lector.
¿Por qué has orientado tu trabajo creativo hacia los libros?
He orientado mi trabajo creativo hacia los libros porque son objetos cargados de historia, memoria y simbolismo. Me interesa cómo el libro es el contenedor por excelencia de la memoria del ser humano, y ese paradigma ha cambiado desde que llega y se consolida internet en nuestras vidas.
¿Cómo se te ocurrió elegir los libros como soporte de creación artística?
Como suele pasar con todo lo interesante e importante, fue por azar. Al reflexionar sobre los cambios en la forma en que accedemos al conocimiento y la información, me di cuenta de que estamos viviendo un cambio de paradigma, un desplazamiento entre lo físico y el entorno digital. Este tránsito me resultó fascinante, y quise explorar el libro como símbolo de ese cruce entre lo tangible y lo intangible. Los libros se convirtieron en el soporte ideal para conectar pasado y presente en mi proceso creativo. Hoy en día, mi trabajo se ha transformado en una investigación profunda sobre este medio y cómo el cambio de paradigma afecta nuestra relación con la memoria, el conocimiento y la materialidad.
¿Qué partes del libro te interesan más para llevar a cabo tu obra?
Me interesan todas las dimensiones del libro. En primer lugar, el texto en sí, ya que ofrece un punto de partida muy potente. También me gusta el formato físico: las páginas, los márgenes, el lomo, la tipografía, las capacidades del papel, su fragilidad y a la vez durabilidad, etc. Además, me fascina la estructura del libro como objeto. Pero también su capacidad de contener memoria, carga emotiva y personal, con todo lo que conlleva en términos de historia y simbolismo. Estos elementos combinan el contenido y el continente de una manera única, que me permite explorar las tensiones entre lo físico y lo mental, lo intelectual o emocional, sin dejar atrás lo estético.
¿Te ha gustado la experiencia de trabajo de campo en la Biblioteca de la Universidad de Alicante?
Sí, me ha gustado mucho la experiencia de trabajo de campo en la Biblioteca de la Universidad de Alicante. Ha sido enriquecedor explorar el entorno de la biblioteca, interactuar con su colección y observar cómo se gestionan los libros. Además, me ha permitido cumplir el objetivo de descubrir de cerca las huellas dejadas por los usuarios, como subrayados y anotaciones, lo que me ha ayudado en mi investigación sobre la relación que las personas establecen con los libros y el conocimiento. También he podido observar cómo los usuarios interactúan no solo con el contenido de los libros, sino también con el espacio arquitectónico de la biblioteca, lo que añade otra capa de significado a mi investigación. Sin duda, ha sido una experiencia muy inspiradora y útil para mi proyecto artístico.
¿Explícanos en qué consiste tu exposición en el MUA?
Lo que se puede ver en la exposición en el MUA es el resultado del proyecto /bibliografía donde investigo los libros como soportes culturales y su capacidad para conservar la memoria. Proponiendo entender el libro como un espacio-tiempo que alberga múltiples capas de información, enfocándose en los rastros dejados por los usuarios de la biblioteca (notas, marcas, subrayados, fotos, etc.) como parte de una arqueología contemporánea. Estos elementos inadvertidos construyen una narrativa intertextual que revela la forma en que los lectores interactúan con el conocimiento.
Por lo que he realizado una instalación con parte de todas las ‘cositas’ que encuentro dentro de libros, así como libros de la Biblioteca de la Universidad a modo de ejemplo para visibilizar los subrayados y anotaciones de los usuarios. En la exposición se pueden ver dos piezas que trabajan de modo visual tanto las anotaciones de los usuarios como los marcadores que se encuentran en los libros, buscando una composición y lectura poética múltiple. Además, he realizado un fanzine a modo de síntesis de la residencia artística.
El objetivo del proyecto es documentar y explorar estas interacciones, entendiendo los libros no solo como objetos de lectura, sino como espacios donde convergen el uso y la apropiación del conocimiento. Los márgenes y pliegues de los libros se conciben como lugares disidentes que fomentan la emergencia de nuevas narrativas y significados, no solo como espacios físicos, sino también conceptuales, que permiten la creación de nuevas interpretaciones.
¿Qué otros proyectos tienes?
Llevo tiempo trabajando en un proyecto que consiste en confeccionar tapices a partir de libros de arte. Utilizo la metodología del tejido, que se asocia con la labor femenina y la tradición, para abordar la ausencia de mujeres en la historia del arte. Con una estética pixel y glitch, busco generar nuevas narrativas sobre la representación de la mujer en el arte.
Pues, muchas gracias, Elisa. Ha sido una suerte conocerte y tener la oportunidad de conocer tu obra tan de cerca.
¡Hasta pronto!