
Esta es una irresistible crónica de cómo, durante más de 2.500 años, lo dulce ha transformado nuestra geopolítica, nuestra salud y nuestro medioambiente, sin que hayamos sido conscientes de ello.
El profesor y doctor en Historia Ulbe Bosma nos cuenta en este libro cómo la historia mundial del azúcar y la historia mundial del capitalismo se encuentran muy estrechamente vinculadas entre sí, más de lo que imaginaríamos.
A mediados del siglo XIX, el azúcar era lo que el petróleo sería en el siglo XX: el producto de exportación más valioso del hemisferio sur. Hoy en día, después de años de esclavitud, proteccionismo económico, política poscolonial y degradación ambiental, la industria azucarera es tan poderosa que difícilmente aceptará límites a su excesivo crecimiento.
Simplemente, las tremendas consecuencias medioambientales ya deberían hacer que nos replanteáramos todo lo referente a la producción de azúcar, pero es que además el consumo de azúcar crece de manera desaforada.
Actualmente, el consumo medio anual de azúcar y edulcorantes de una persona que vive en Europa occidental es de 40 kilos; en Norteamérica, esa cifra es de casi 60 kilos. Además, la gran mayoría de los supermercados almacenan alimentos baratos a granel que se producen explotando tanto el medioambiente como a los agricultores del hemisferio sur.
El sector azucarero, al igual que la industria alimentaria, de la que es una parte importante, tiene interés en añadir un exceso de azúcar a los alimentos, maximizando sus beneficios y trasladando los costes sanitarios y ecológicos a la sociedad en general. Por ello, prohibir la adición excesiva de azúcar a los alimentos y bebidas solo sería el comienzo de un cambio muy necesario, pero supondría una mejora monumental para la salud humana y el medioambiente, además de un gran ahorro de dinero a los consumidores.
Esta historia global del azúcar no es precisamente dulce, pero sí imprescindible para avanzar hacia un mundo mejor y más justo …
Puedes encontrarla, y llevártela en préstamo, entre las Novedades de la Biblioteca de Geografía.