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La Biblioteca de Derecho exhibe nuevos ejemplares de su fondo antiguo

La Biblioteca de Derecho acaba de renovar su muestra bibliográfica permanente de fondo antiguo. En esta segunda edición, nos descubre cinco nuevos tesoros que alberga en su interior.

En primer lugar, podremos apreciar la copia facsímil de Marca hispanica sive limes hispanicus, de Pierre de Marca, que reproduce el texto de la edición de París de 1688. En octubre de 1988, se imprimieron, en edición única, medio millar de ejemplares numerados del 1 al 500. La Biblioteca de Derecho custodia el ejemplar 236.

Pierre de Marca (1594-1662) fue un político, religioso e historiador francés. Estudió con los jesuitas y luego Derecho en la Universidad de Toulouse. En 1656, recibió la misión de formalizar el trazado de la frontera entre los reinos de Francia y España. Para ello, compiló documentos de los archivos de los principales monasterios y registros señoriales de la región y plasmó los resultados en esta obra, que sigue siendo muy utilizada por los historiadores porque la mayor parte de los documentos originales han desaparecido.

En segundo lugar, tendremos oportunidad de apreciar un ejemplar facsímil de la obra Crónica de la muy ilustre y siempre fiel ciudad de Alicante, escrita en 1876 por Rafael Viravens y Pastor, archivero municipal y cronista de Alicante. A lo largo de sus amenas páginas, Viravens relata con pluma ágil y profusión de detalles la historia de los confusos orígenes de Alicante hasta la muerte de Fernando VII, el 29 de septiembre de 1833, y las repercusiones de la luctuosa noticia en la ciudad.

Antropología criminal es la tercera obra que veremos expuesta en las vitrinas de la exposición permanente. Fue escrita en 1909 por Fructuoso Carpena Pellicer, licenciado en Derecho y notario en la localidad de Hellín (Albacete). A principios del siglo XX, abandona la profesión notarial para dedicarse al estudio de la antropología criminal, fruto del cual publica esta obra. Traducida a varios idiomas, le granjeó un enorme prestigio internacional y le valió el nombramiento como miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. Siguió dedicado a la ciencia penal y, junto a otras eminencias, fundó el Instituto Criminológico Español, del que fue presidente.

La cuarta obra que nos ocupa es Suplemento á la coleccion de pragmáticas, cédulas, provisiones, circulares y otras providencias publicadas en el actual reynado del Señor Don Carlos IV, compilado por Santos Sánchez. La publicación reúne las cédulas reales, órdenes, circulares y decretos emitidos entre 1797 y 1798. Se imprimió en Imprenta Viuda e Hijo de Marín en el año 1799. Los interesados que deseen sumergirse en sus páginas, pueden acceder a la copia digitalizada por nuestra Biblioteca Universitaria, que también se encuentra disponible en el portal de la BUA de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

Por último, pero no por ello menos importante, encontraremos un ejemplar de la Ley del Ministerio de Justicia, de 2 de marzo de 1932, relativa al divorcio. Se trata del volumen 20 de la colección Leyes de la República, publicado por la editorial Emilio García Enciso de Pamplona y que podía adquirirse por una peseta. La Ley de Divorcio de 1932 formó parte del ordenamiento jurídico español de la Segunda República y reguló por primera vez en nuestro país la disolución del vínculo matrimonial. A pesar de que España fue uno de los últimos países europeos en promulgar una ley de divorcio y teniendo en cuenta que hasta entonces la mujer casada solo podía actuar representada por su marido, esta norma fue muy avanzada para su tiempo al considerar a los cónyuges iguales ante la ley. De hecho, la Ley de Divorcio de 1932 se adoptó como modelo en muchos países europeos que contemplaban un modelo de familia que no se correspondía con la realidad social del momento.

A partir de hoy, 18 de julio, en la planta baja de la Biblioteca de Derecho, la renovada muestra bibliográfica espera la visita de toda la comunidad universitaria. Sin lugar a dudas, estas cinco joyas antiguas harán las delicias de todo bibliófilo y amante de la Historia y el Derecho.


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… la justicia, no es solo cuestión de fondo. Sobre todo, es cuestión de forma. Así que no respetar las formas de la justicia es lo mismo que no respetar la justicia. Lo comprende, ¿verdad? -Melchor no dice nada; el subinspector esboza una sonrisa tolerante-. Bueno, ya lo comprenderá. Pero acuérdese de lo que le digo, Marín: la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias.

Terra alta / Javier Cercas

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