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La Biblioteca Politécnica y Enfermería recuerda a Florence Nightingale (1820-1910) en el centenario de su muerte.

La Biblioteca Politécnica y Enfermería ha organizado una pequeña muestra bibliográfica en recuerdo a Florence Nightingale (1820-1910), considerada por muchos autores como la pionera de la enfermería moderna. En el centenario de su muerte muchos son los actos y los homenajes que se están llevando a lo largo de todo el mundo para recordar a esta mujer.

Florence Nightingale nació en Florencia (ciudad de la que toma su nombre) el 12 de mayo del año 1820 en el seno de una adinerada familia inglesa. Desde muy pequeña tuvo vocación de enfermera pero en aquella época no estaba bien visto que las mujeres adineradas se dedicaran a cuidar enfermos. Florence luchó contra las tradiciones victorianas de la época y se formó y estudió para ser enfermera a pesar de la oposición de sus padres. Visitó un gran número de hospitales, recopiló datos y aprendió mucho sobre la profesión de enfermera, la asistencia médica y los sistemas hospitalarios.

El mayor reconocimiento a Florence Nightingale vino por su labor en la Guerra de Crimea. Florence, como responsable de un grupo de 38 enfermeras, fue enviada al campo de batalla para atender a los heridos. Fue la primera vez que el ejército británico envió mujeres a un conflicto bélico. Su dedicación fue impresionante, atendió a más de 5.000 heridos, denunció a las autoridades las pésimas condiciones higiénicas en las que se encontraban los enfermos, recopiló datos estadísticos y empezó a cambiar el sistema de atención médica que hasta aquel momento se daba a los heridos. Cuidaba a los enfermos durante el día y la noche. Por la noche, siempre se dejaba ver atendiendo a los enfermos acompañada de un pequeño farolillo turco, y fue por ello por lo que comenzaron a llamarla “La Dama de la Lámpara”, término que más tarde inmortalizaría en poeta americano Henry Wadsworth Longfellow (1807 –1882) en su poema Santa Filomena

Al volver de la Guerra de Crimea, Florence fue recibida como una heroína nacional, condecorada por la Reina Victoria y  fundó, en 1860 la Escuela de Entrenamiento y Hogar Nightingale para Enfermeras en el Hospital de St. Thomas gracias a la aportación económica de la misma Reina Victoria. Esta escuela contaba con un método teórico-práctico de la enseñanza y un marco ético conceptual muy bien definido.

Florence Nightingale también destacó en el terreno de la estadística, campo en el que su padre era un experto. Fue pionera en la representación visual de la información, usando, entre otras herramientas, diagramas e histogramas circulares. En el Diagrama Nightingale o “Diagrama de Área Polar”, que envió a la Reina Victoria en 1858,  mostró las causas de la mortalidad del ejército inglés y reflejó toda la información que recopiló durante su estancia en Crimea. Florence fue la primera mujer nombrada miembro de la Royal Statistical Society y también formó parte de la American Statistical Association.

Desde 1896 hasta la fecha de su muerte en 1910, Florence cayó enferma y tuvo que permanecer postrada en cama. Su estado de salud no le impidió continuar investigando y escribió cerca de doscientos libros e informes que tuvieron importantes repercusiones en la sanidad militar, la asistencia social, los hospitales civiles, las estadísticas médicas y la asistencia a los enfermos. El Día Internacional de la Enfermera se celebra todos los años el 12 de mayo, aniversario del nacimiento de esta mujer.

Como complemento a la muestra bibliográfica, la Biblioteca Politécnica y Enfermería ha realizado una pequeña Guía de Lectura que incluye los libros que puedes consultar sobre Florence Nightingale, una selección de artículos de revistas a texto completo y de direcciones interesantes en Internet.

Guía de lectura en castellano
Guía de lectura en valenciano


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… la justicia, no es solo cuestión de fondo. Sobre todo, es cuestión de forma. Así que no respetar las formas de la justicia es lo mismo que no respetar la justicia. Lo comprende, ¿verdad? -Melchor no dice nada; el subinspector esboza una sonrisa tolerante-. Bueno, ya lo comprenderá. Pero acuérdese de lo que le digo, Marín: la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias.

Terra alta / Javier Cercas

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