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El bolígrafo de gel verde

Esta novela no ha sido galardonada con ningún conocido premio -ni siquiera con uno desconocido-, no ha sido nombrada en la lista de los mejores libros del año y tampoco ha sido elogiada ni censurada por ningún crítico literario”. Así nos anima a leer El bolígrafo de Gel Verde, su propio autor, Eloy Moreno, en la contraportada del libro. ¡Cualquiera pensaría que está desalentándonos!

Pero nada más lejos de la realidad, aunque, en efecto, esta novela no cuenta con el respaldo promocional de ningún premio, ni con ninguna campaña publicitaria dirigida por grandes editoriales. No, esta novela es el mejor ejemplo de cómo funciona el boca a boca, o el boca a “Oreja cibernáutica”, si Vds. me lo permiten, de la mano de las redes sociales.

Su pequeña historia

Eloy Moreno, informático del Ayuntamiento de Castellón, tardó más de dos años en escribirla -la acabó a mediados de 2009-. Una vez lista, él mismo se encargó de editarla y, finalmente de distribuirla. En las librerías no le tomaban demasiado en serio, comenta en su página web. Por eso, también la promocionó: pedía permiso para estar todo el día en la puerta de la librería, enseñando su novela, hablando de su “criatura” a todo aquél que entraba al recinto.”Y así, con mi insistencia y su calidad, poco a poco la situación fue mejorando. Y claro, con el aumento de ventas, comenzaron a tratarla con respeto, incluso con cariño que era más importante. Cada vez estaba más visible, en mejores estanterías y junto a mejores novelas. Tendrían que haber visto su cara el día que la colocaron junto a una de Saramago“. Por suerte, La casa del Libro de Castellón y Espasa se hicieron eco de las palabras perdidas que el viento fué llevando a oídos de los posibles lectores.

Eloy y su maleta llena de libros

Mis impresiones

El bolígrafo de gel verde es la historia de una catarsis, de una convulsión, de una necesidad de cambio. El protagonista de esta novela no se decide a romper con sus ataduras cotidianas y es arrastrado amargamente, como un velero sin rumbo por las aguas turbulentas del devenir diario. El tiempo transcurre, inexorable, implacable, como si de una losa se tratase que inmoviliza su autómata existencia. Tampoco encuentra el impulso suficiente para escapar, aunque lo desea profundamente, para romper con la inercia que ahoga su espíritu. Sólo cuando toca fondo de la mano de un hecho lamentable y no medido en sus consecuencias, pero por el que involuntariamente ocasiona daño a gente que quiere, el protagonista reacciona.

Lago de San Mauricio y Parque Nacional
de Aigüestortes, en Pirineos.

Es una novela reflexiva, profunda y emotiva. He compartido con él su desazón y sus tribulaciones “se me ha caído la vida encima”, nos dice. Te atrapa de principio a fin. No suelo leer las novelas rápidamente, me gusta reposarlas, sobre todo cuando se acerca el final. Me detengo en sus palabras. Me hace sentirme bien entender cómo ha llegado ahí el autor y me lleno de gran admiración hacia él y su historia. Para ser la ópera prima, Eloy demuestra que sabe lo que quiere y cómo contárnoslo. Muy bien escrita y narrada. Recomiendo su lectura, sobre todo para los que amen la montaña y desconozcan el porqué, entre los que me cuento.

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Cuando recuerdo la historia me viene a la mente la música de “la Antártida”, de Vangelis. Ésa es la melodía que quiero guardar en este rincón, junto a un bolígrafo adornado con gel verde.

http://youtu.be/RlQTG15kH5E

Autora de la reseña: Carmen Cano. Alacantí Cultural, música, cine, lectura, fotografía, …


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… la justicia, no es solo cuestión de fondo. Sobre todo, es cuestión de forma. Así que no respetar las formas de la justicia es lo mismo que no respetar la justicia. Lo comprende, ¿verdad? -Melchor no dice nada; el subinspector esboza una sonrisa tolerante-. Bueno, ya lo comprenderá. Pero acuérdese de lo que le digo, Marín: la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias.

Terra alta / Javier Cercas

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