Hoy charlamos con nuestra compañera Reme Nomdedeu, Directora de la Biblioteca de Ciencias, a la que pedimos que nos haga un repaso por su trayectoria en la Universidad de Alicante. Probablemente cuando se publique este post, Reme ya se encuentre disfrutando de una merecidísima jubilación.
Retrocedamos a 1969 cuando una joven de ¡¡17 años¡¡ comienza su andadura por esta casa siendo testigo privilegiado de la puesta en marcha de una, por entonces, embrionaria Universidad. De personal contratado por el CEU como auxiliar administrativa en un engranaje burocrático dependiente de la Universidad de Valencia, pasa a la secretaría de la pionera Facultad de Filosofía y Letras en 1975 (época en la que recuerda especialmente el impagable aprendizaje recibido de su primer decano y posterior primer rector de la Universidad, Antonio Gil Olcina). Ya siendo auxiliar de la Biblioteca de Económicas, vivió el traslado físico de fondos (una “mudanza” que no sería la primera ni la última). Como responsable de la antigua y desaparecida Biblioteca de Empresariales (desaparecida, por desgracia, en todos los sentidos ya que sus fondos, depositados transitoriamente en la entonces recién inaugurada Biblioteca General, se perdieron con la terrible riada de 1997), y por último, un largo tramo final de 17 años, como directora de la Biblioteca de Ciencias.
Obviamente, al compás de los años, quedan registradas la evolución del entorno laboral y sus herramientas; de la taquimecanografía pasamos a la máquina de escribir portátil, luego eléctrica y con memoria después; fichas bibliográficas amanuenses alojadas en sus correspondientes archivos por autor, título, materia, cdu…, primarios programas en dBase y finalmente sistemas integrados de gestión bibliotecaria.
De un bachiller superior, a una diplomatura, y finalmente la licenciatura imprescindible para optar al cuerpo facultativo de archivos, bibliotecas y museos (mención especial al apoyo incondicional recibido de Mª Ángeles Amorós, antigua directora de la Biblioteca de Derecho). Muchos cursos de formación y reciclaje y un Máster de Turismo. Y algo de lo que se siente especialmente orgullosa: el haber formado parte del Comité Científico de las Jornadas de Bibliosalud que se celebraron en Cádiz; una experiencia que la obligó a formarse para cumplir su cometido contando con el imprescindible asesoramiento especializado de Verónica Juan, Directora de la Biblioteca Virtual del Sistema Sanitario Público de Andalucía, que la animó para que aceptara el encargo.
Hablamos finalmente de su última etapa en la Biblioteca de Ciencias a la que recuerda, cuando se hizo cargo de ella, un poco como la “biblioteca olvidada” del campus, y por la que apostaron con fuerza tanto el equipo Decanal como el PDI de esta Facultad. Se necesitó la colaboración en equipo para poner al día sus fondos, descartar el material desfasado, recabar información de secretaría para plasmar la realidad del abanico de estudios ofertados y adecuarlos al material de nueva adquisición; y, sobretodo, trabajar para reunir la colección de revistas científicas dispersas (y en muchos casos duplicadas) por los diversos departamentos de la Facultad, y cuya ubicación lógica era la hemeroteca de la propia Biblioteca. Todo ello hasta conseguir en la actualidad una “Biblioteca pequeña pero muy bien dotada de fondo bibliográfico”.
Como colofón nos comenta que deja la Biblioteca en muy buenas manos con el actual equipo al que califica de “excelentes personas” y con formación universitaria, “gente joven con muchas ganas de trabajar”, que se esfuerza día a día en mejorar y perfeccionar los procesos y que tienen una especial conexión con el profesorado.
Y remarca que lo que da ligereza al paso del tiempo es precisamente el trato personal y la calidad humana hacia las personas que han compartido sus jornadas laborales en un ambiente agradable y colaborativo.
Reme ha visto poner los cimientos de casi todos los edificios del actual campus universitario, cinco oposiciones por medio, muchos compañeros, momentos buenos y no tanto, decepciones y tocomochos personales y profesionales de los que nos asegura (y la creemos) que siempre ha optado por quedarse con lo positivo, entre otras cosas porque “el tiempo coloca a cada cual en su sitio”.
Por último nos expresa un recuerdo sincero para los que ya no están.
Aunque un periodo nada despreciable de tiempo (47 años de servicio activo) lo ha pasado en esta universidad, aún le queda mucho para disfrutar de la cocina, el gimnasio, las manualidades, el cine y algún que otro viaje, con permiso de los nietos.
Desde estas líneas deseamos que su nueva etapa sea muy dichosa y la emplazamos para que no se olvide de hacernos alguna visita entre actividad y actividad.
¡Que lo disfrutes, Reme!
