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Silencio (2016)

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Silencio (2016)

Un viaje metafísico inquietante

El director de cine norteamericano Martin Scorsese nos presenta su última película. Silencio, una historia arriesgada y contundente, que no va dirigida al gran público, ya que no va a ser del agrado de todos, como ya veremos más adelante. Scorsese, ha querido hacer un film muy personal, en el que muestra un debate filosófico, teológico e histórico. Silencio muestra el choque que se produce en el siglo XVII en Japón entre dos religiones, la católica y la budista. Esta situación es consecuencia del desembarco del jesuitismo, propiciado por San Francisco Javier, que un siglo anterior propagó el cristianismo por las costas de Japón. La cinta plantea un debate, simplemente mostrando los hechos que acontecen en el momento álgido del choque de estas dos maneras de entender el mundo y lo trascendente. Así que, Scorsese realiza una mirada muy personal que intenta mostrar, y no demostrar, una situación y un conflicto sobre la fe, que tiene lugar a principios de la edad moderna entre dos culturas muy distintas y distantes.

El cine de Martin Scorsese

Es uno de los grandes del cine norteamericano, a la labor de dirección hay que sumar la de guionista, productor y actor. Scorsese está en la cúspide de su carrera. Tiene en su haber más de cincuenta films. En su extensa filmografía son redundantes los films de temática relacionada con aspectos diversos de la vida italo-norteamericana. A estas alturas de su vida profesional, Scorsese no tiene nada que demostrar, con lo que realiza el cine que le gusta, a pesar de tener riesgos de aceptación y de crítica. Está en la cúspide del cine, lugar que comparte junto a otros cineastas como W. Allen, S. Spielberg, o C. Eastwood.

Sobre Martin Scorsese y Silencio, he seleccionado una reseña de la revista Esquire del mes de noviembre, del artículo Who’s Bad?, de Belén Ester. En la que hace referencia al cine de Scorsese, una crítica muy acertada y que viene perfecta como punto de partida:

“…Y esa genialidad tiene una fórmula inconfundible: su intento de redimir a personajes atormentados y un impactante lirismo en sus imágenes. Sus protagonistas son seres solitarios o atrapados en un mundo (o una idea) que les apasiona: ya sea el concepto de Dios de Silencio,

la mafia de Casino o Uno de los nuestros, el Nueva York nocturno de Taxi Driver o el asfixiante ambiente de La edad de la inocencia. Scorsese intenta redimir a sus personajes, a menudo atrapados en cuerpos que les esclavizan y atormentan como en Toro Salvaje, El aviador o El cabo del miedo. Otra de sus señas de identidad es el impacto de sus imágenes. Marcadas por la plasticidad de Caravaggio, el lirismo de Fellini y el negro pesimismo de Rossellini, son bofetadas de realidad y pomposidad: perversas y hermosas por igual…”

Silencio, es una película de porte elegante. Extremadamente intensa y hasta cruel, que, además está, de forma intencionada, contada con un ritmo lento y pausado. Una reflexión compleja entre la razón y la fe, mostrada de forma contemplativa. Magníficas las localizaciones y la ambientación, así como la fotografía, sin olvidarnos del sonido que llega a tener matices minimalistas. Destacar la interpretación de Andrew Garfield (padre Sebastián Rodrigues). El guion ha sido escrito y adaptado por Jay Cocks y Scorsese, a partir de la novela homónima del japonés Shusaku Endo.

 

FOTOGRAMAS. Unas pinceladas

Japón, segunda mitad del siglo XVII. Una sociedad feudal, con unas creencias religiosas muy antiguas, unas propias y otras importadas del continente asiático.

Dos jesuitas portugueses viajan a Japón en busca de su mentor, el conocido jesuita padre Ferreira, del que hace tiempo no se tienen noticias, y del que hay rumores inquietantes…

A partir de este momento, ellos mismos verán y sufrirán las consecuencias de la situación creada en los territorios costeros de Japón, dónde el cristianismo tiene bastantes adeptos entre campesinos en las zonas más deprimidas.

La persecución de las autoridades japonesas se ha generalizado. Llegando a convertirse la situación en una auténtica tragedia. Los cristianos tendrán que superar una prueba, apostatar o morir…

Silencio, una historia demoledora y prodigiosa. Scorsese en estado puro, y con unos personajes atrapados en la creencia y en la incertidumbre de Dios, mostrada con “la plasticidad de Caravaggio, el lirismo de Fellini y el negro pesimismo de Rossellini”.

Y, como un mensaje oculto, una inquietante pregunta en todo su recorrido:

 

La puedes encontrar en el catálogo de la Biblioteca de la BUA,

 

 

 

 

 


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… la justicia, no es solo cuestión de fondo. Sobre todo, es cuestión de forma. Así que no respetar las formas de la justicia es lo mismo que no respetar la justicia. Lo comprende, ¿verdad? -Melchor no dice nada; el subinspector esboza una sonrisa tolerante-. Bueno, ya lo comprenderá. Pero acuérdese de lo que le digo, Marín: la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias.

Terra alta / Javier Cercas

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