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Centenario de la muerte de Antonio de Nebrija

Este año se cumplen 500 años de la muerte de Antonio de Nebrija (c. 1441-1522). Reconocido de forma unánime como el primer humanista hispánico y el principal introductor del Renacimiento Italiano en España, es el autor de la Gramática de la Lengua Castellana, la primera gramática de nuestra lengua. La gran importancia de esta obra radica en que Nebrija fue el primer “gramático” (como él se denominaba) que rompió la tradición de que solo las lenguas clásicas, es decir latín, griego y hebreo, podían ser objeto de estudio.

Antonio de Nebrija estudió en la Universidad de Salamanca, para posteriormente completar su formación en Bolonia durante aproximadamente 10 años. La estancia en la ciudad italiana, centro del humanismo académico de la época, fue determinante para conocer e identificarse con las enseñanzas del humanismo renacentista aplicadas al uso de la lengua.

El estudio y desarrollo de la gramática y la lexicografía serán las dos áreas principales de la obra de Nebrija desde 1481 hasta su muerte en 1522. En 1481 publica su primera obra, las Introductiones latinae, un manual para el aprendizaje y mejora del uso de la lengua latina. Esta obra está en consonancia con su idea de revivir los estudios clásicos en España, como ocurría en Italia, y mejorar la pésima enseñanza del latín en la universidad.  La obra tuvo un gran éxito, con numerosas ediciones y reimpresiones tanto en España como en ciudades europeas.

De entre las ediciones de las Introductiones, destaca la versión bilingüe de la misma, en lengua castellana y latina, llamada Introductiones latinae contrapuesto el romance al latín (ca. 1486), por encargo de la Reina Isabel La Católica. Cuando terminó la traducción es probable que comprendiera que el castellano tenía su propia estructura, diferente de la latina, y por tanto, que sería muy útil hacer una gramática de la misma, ya que no existían reglas sobre ella. Puede decirse que preparó el camino para la publicación seis años más de la Gramática de la Lengua Castellana.

El destino quiso que la publicación en 1492 de la Gramática de la Lengua Castellana coincidiera con dos hechos cruciales de la historia de España: la unidad de España con la toma de Granada y, el Descubrimiento de América y la apertura de la lengua y la cultura española a nuevos mundos desconocidos.

En el prólogo Nebrija aclara las pretensiones de esta obra: establecer unas normas para asegurar la persistencia del castellano, facilitar el aprendizaje del latín a través del conocimiento de la lengua castellana y por último, intuye la función que tendrá la lengua en la expansión del Imperio, empezando por su deseo de difusión entre los vizcaínos, navarros, franceses e italianos. Sin embargo, quizás debido a su carácter novedoso, la obra no tuvo la repercusión de su predecesora, y no llegó a valorarse y reconocerse su importancia hasta el siglo XVIII.

Junto a sus trabajos gramaticales, destacan sus trabajos lexicográficos, reconocidos tanto por sus contemporáneos como en épocas posteriores. Las principales obras son el Diccionario latino-español (1492), con múltiples ediciones, y el Vocabulario español-latino (1512), creadas ambas con la finalidad de poner al alcance de estudiantes y profesorado herramientas útiles de consulta.

También hay que señalar que Nebrija, como buen humanista, le interesan otros aspectos del saber, y publicó también obras sobre filosofía, medicina, botánica, astronomía o historia.

Todo este corpus gramatical y lexicográfico fue indispensable, y sentó las bases, para el desarrollo de la lengua castellana siendo el gran legado que nos ha dejado Antonio de Nebrija.

En la Biblioteca de Filosofía y Letras puedes encontrar ejemplares de la obra de este autor y estudios sobre su actividad lingüística.

Fuentes y bibliografía:


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… la justicia, no es solo cuestión de fondo. Sobre todo, es cuestión de forma. Así que no respetar las formas de la justicia es lo mismo que no respetar la justicia. Lo comprende, ¿verdad? -Melchor no dice nada; el subinspector esboza una sonrisa tolerante-. Bueno, ya lo comprenderá. Pero acuérdese de lo que le digo, Marín: la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias.

Terra alta / Javier Cercas

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