El premio Pritzker de Arquitectura de este año ha sido concedido al arquitecto alemán Frei Otto. El veterano arquitecto, de 89 años, no podrá recoger el Premio ya que falleció dos semanas antes de la fecha prevista para la proclamación del ganador.
El premio le fue concedido a Otto, célebre por el diseño del techo del Estadio de Múnich para los Juegos Olímpicos de 1972, en recompensa por sus “ideas visionarias, su mente curiosa, su fe en el intercambio de conocimientos e invenciones, su espíritu de cooperación y su deseo de utilizar los recursos con cuidado”, según el comité Pritzker, para quien la carrera del arquitecto alemán “es un modelo para generaciones de arquitectos, cuya influencia continuará sintiéndose”. Frei Otto no es sólo un importante arquitecto, sino también un destacado “investigador, inventor, ingeniero, constructor, maestro, colaborador, ecologista, humanista y creador de edificios y espacios memorables. Un utopista que nunca dejó de creer en que los arquitectos podrían hacer un mundo mejor para todos”, cita el documento del Pritzker.
El Jurado destaca en su comunicado oficial que Otto “toma inspiración de la naturaleza y los procesos naturales encontrados ahí (cráneos de aves, pompas de jabón y telas de araña). Descubrió nuevas maneras de usar mínimas cantidades de materiales y energía para generar espacios. Él practicó, desarrolló y avanzó ideas de sustentabilidad, antes incluso de que la palabra fuera acuñada”.
Las construcciones de Otto están en armonía con la naturaleza y siempre tratan de hacer más con menos. La falta de materiales tras la guerra, la necesidad imperiosa de vivienda y su experiencia como ingeniero militar le marcaron de por vida.
Frei Otto falleció el 9 de marzo, un día antes de que el comité del premio Pritzker, considerado el Nobel de Arquitectura, anunciase que era el ganador de la edición de este año.
A pesar de la “triste noticia” de su muerte, el jurado ha explicado que falló el galardón a principios de año y que el veterano arquitecto había sido informado de esta decisión.
Según el fallo oficial del Jurado, Frei Otto “ha producido creativos y frescos espacios carentes de precedentes. También ha creado conocimiento. En esto reside su profunda influencia: no en sus formas, que pueden ser copiadas y recreadas, sino en los caminos que se han abierto gracias a sus investigaciones y descubrimientos. Sus contribuciones en el campo de la arquitectura no sólo son expertas y talentosas, sino también generosas. Por sus ideas visionarias, su interés en compartir libremente conocimientos e invenciones, su espíritu de colaboración y la preocupación por el uso cuidadoso de los recursos, el Premio de Arquitectura Pritzker 2015 es otorgado a Frei Otto”.
A mí, que redacto esta noticia y no soy arquitecto, me han fascinado sus estructuras, así como la concepción y desarrollo de la Öko-haus; entonces encuentro esta afirmación suya y me enamoro definitivamente de este hombre: que su legado se extienda y perdure. “La buena arquitectura es más importante que la arquitectura hermosa. La arquitectura hermosa no es necesariamente buena. (…) Levantamos demasiados edificios derrochando espacio, tierra, materia y energía. Destruimos la naturaleza y la cultura”. Ojalá su legado sirva para que haya cada vez más arquitectura buena y hermosa que en lugar de destruir ponga en valor el espacio en que se desarrolla.
A continuación puedes ver algunos de sus proyectos más importantes:
Hall en la Exhibición Internacional de Jardinería, 1963, Hamburgo, Alemania. © Atelier Frei Otto Warmbronn
La Tanzbrunnen o fuente de la danza (1957), fue uno de los primeros proyectos de Otto en obtener reconocimiento popular. Diseñada para ser exhibida durante ese único año, sigue actualmente en pie.
Instituto de Estructuras Livianas, interior, 1967, Universidad de Stuttgart en Vaihingen. © Atelier Frei Otto Warmbronn
Una unidad de investigación biológica creada por Otto en 1960 desarrolló un sistema neumático de estructuras que más tarde se utilizó en los domos del Proyecto Edén, diseñado por Nicholas Grimshaw (2011).
Maqueta de “Ciudad en el Ártico”, sin construir. © Atelier Frei Otto Warmbronn
Este Pabellón cuya estructura fue prefabricada en Alemania y montada en la ciudad canadiense, fue considerado un hito de la exhibición por su gracia y originalidad.
Las cubiertas a gran escala diseñadas para el Estadio Olímpico de Múnich 1972, combinan ligereza y fuerza de una manera tan desafiante que muchos creyeron imposible que Otto fuese capaz de superar el reto que implicaba su construcción en la época.
Öko-haus
En este enlace puedes ver los documentos sobre Frei Otto disponibles en la Biblioteca POE