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El libro de la semana: Cartas de Jack Kerouac y Allen Ginsberg

Cartas. Kerouac y Ginsberg
  • La obra: La correspondencia entre Jack Kerouac y Allen Ginsberg nos muestra la relación de amistad entre los escritores más  conocidos  de la generación beat. Estas cartas se inician en 1944 y acaban en 1969 con la muerte del autor de Kerouac. Así conoceremos detalles del ambiente cultural en el que se movían y las complejas relaciones de estos dos escritores clave en la literatura estadounidense de la segunda mitad del siglo XX.
  • Extracto del libro:

Correspondencia entre Allen Ginsberg y Jack kerouac.  Hacia el 13 de octubre de 1960

Querido Jack:

Acabo de comerme un bocadillo de hamburguesa. Pete y Laf en la calle 14 ayudando a LeRoi Jones a pintar su nuevo y enorme piso. No tenía intención de deprimirte dejándote solo en un taxi y corriendo hacia el norte. Aquí tienes un poema. ¿Te encuentras bien? Tu libro [El viajero solitario] es muy bueno. Lo leí ayer de un tirón y me reí mucho en voz alta por tus frases. No sé por qué gritaba Lucien, sólo que pensaba que no deberías haber sido tan complaciente con McGraw Hill rellenando su formulario. Sin embargo, vi a Cessa anoche pendiente del debate Nixon-Kennedy, y más tarde me enteré de que estando borracho te habías puesto a contarle al hermano pequeño de Cessa lo que le pasó a Lucien en 1943, eso dijo ella al menos, les molestó a los dos, y que estuviste hablando con Lucien sobre la posibilidad de escribir un libro sobre él. Esa parte la oí de pasada, pero no supe entonces que el centro de la velada era él. Debiste llegar sobrio y haber charlado con él con serenidad, para ponerlo contento. Su biografía es una herida abierta si se la tiras a la cara, sobre todo cuando estás borracho.

(…)


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… la justicia, no es solo cuestión de fondo. Sobre todo, es cuestión de forma. Así que no respetar las formas de la justicia es lo mismo que no respetar la justicia. Lo comprende, ¿verdad? -Melchor no dice nada; el subinspector esboza una sonrisa tolerante-. Bueno, ya lo comprenderá. Pero acuérdese de lo que le digo, Marín: la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias.

Terra alta / Javier Cercas

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