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Estupor y temblores de Amélie Nothomb

Hoy os presentamos este libro “Estupor y temblores” que nos cuenta la historia de Amélie, una joven belga de 22 años que emigra a Japón para trabajar en Tokio en una de las mayores empresas del mundo: Yumimoto.

Se trata de una novela breve y autobiográfica que nos presenta a un personaje dispuesto a luchar contra su doble desventaja, ser occidental y mujer para lograr integrarse en Yumimoto y va aumentando en intensidad narrativa según se van desarrollando los avatares de la protagonista, que es destinada a trabajos cada vez más ingratos hasta terminar en un puesto como responsable de reponer el papel higiénico en el servicio de caballeros y limpiadora de retretes.

Amélie Nothomb nos ofrece una visión de la gran diferencia que hay entre las culturas de oriente y occidente, sobre todo en el mundo empresarial. Hace un análisis de la vida laboral japonesa y de los ingredientes que definen la empresa modélica: grandes corporaciones jerarquizadas, jefes absurdamente autoritarios, órdenes sin sentido y empleados sumisos que deben acatar las órdenes de sus superiores ciegamente.

En la biblioteca tienes disponible la novela en castellano y en francés.


2 Comments

  1. Me encanta esta autora! La descubrí hace poco con “Diario de golondrina”, que me enganchó y no pude soltarlo hasta que acabó, y ahora estoy con “Antichrista”. No sólo son historias entretenidas, te hace reflexionar sobre temas que nos preocupan y forman parte de nuestras vidas… como las dependencias emocionales…
    Genial!

  2. Para quien se lo esté pensando, os animo a que lo leais. Yo lo leí hace ya algún tiempo y me pareció muy bueno. Hay pasajes realmente cómicos mezclados con la critica a determinadas estructuras sociales que recorre toda la novela.
    Que lo disfruteis!

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… la justicia, no es solo cuestión de fondo. Sobre todo, es cuestión de forma. Así que no respetar las formas de la justicia es lo mismo que no respetar la justicia. Lo comprende, ¿verdad? -Melchor no dice nada; el subinspector esboza una sonrisa tolerante-. Bueno, ya lo comprenderá. Pero acuérdese de lo que le digo, Marín: la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias.

Terra alta / Javier Cercas

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