“Una de las conclusiones de esta historia consiste en la necesidad de enseñar el latín con la metodología propia de cualquier lengua extranjera, y no como una lengua que sólo pudiera ser traducida y estudiada como materia teórica. El cultivo ininterrumpido del latín durante los últimos doce siglos, el que buena parte de los autores clásicos la aprendieran como segunda lengua, el que las lenguas extranjeras no siempre sean enseñadas por profesores nativos, y sobre todo los resultados obtenidos con esta metodología prueban que el hecho de que el latín deba ser aprendido en la escuela y no cuente con hablantes nativos no constituye un obstáculo insalvable para su aprendizaje como segunda lengua”.
Joaquín Pascual Barea, en el prólogo de la obra
Wilfried Stroh o Valahfridus, gracias a la asombrosa compe
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tencia activa en esta lengua que une a un impresionante currícu
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lum investigador y docente, encarna además hoy día como nadie
al orador y al poeta antiguo, al maestro de Retórica, al músico y al
actor de teatro y televisión, habiendo interpretado además recien
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temente el papel de Mozart en la presentación de la ópera de este
en latín
Apollo et Hyacinthus
. Tuve la suerte de conversar asidua
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mente con él de julio a septiembre de 2001, y de asistir al curso
sobre los
Amores
de Ovidio que impartía en latín en la Universi
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dad Ludwig-Maximilians de Múnich, donde ha sido catedrático
de Filología Latina hasta su jubilación en 2005. Siguiendo su ejem
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plo, desde el mes siguiente y hasta hoy he procurado transmitir a
mis alumnos de la Universidad de Cádiz la idea de que el latín es
una lengua que se aprende mejor concibiéndola como tal y en la
que aún es posible comunicarse, recurriendo para ello a algunos
de los recursos que propone Stroh en esta obra (p. 349): audición de
poemas de Horacio y Catulo del disco de Novák
Schola cantans
;
representación en latín de fragmentos de comedias de Plauto; uso
hablado del latín en clases de Textos y de Poesía; e impartición de
más de diez cursos cuatrimestrales de Latín Activo siguiendo la
metodología de las lenguas modernas. Otros profesores españo
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les, sobre todo en la Enseñanza Secundaria, se han lanzado en es
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tos últimos años a conversar en latín y a seguir en clase el manual
Lingua Latina per se illustrata
de Hans Ørberg, justamente elogia
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El latín ha muerto, ¡viva el latín!
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do en este libro por enseñar el latín sin recurrir a la lengua verná
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cula. Entre otros medios, la revista
La Clave
y las emisoras de
Radio Nacional y Punto Radio se han hecho eco del creciente em
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pleo del latín hablado en nuestro país, y cada vez son más los que
se alegran de que el latín siga vivo, y reciben con los brazos abier
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tos un libro como este.