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El libro de la semana: Ciudad abierta

 

Ciudad abierta
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Julius, un psiquiatra nigeriano, como el autor del libro, pasea por Nueva York  sin rumbo fijo y mientras pasea piensa en su pasado y su  presente, sus aficiones, sus amistades, etc.

Ésta es la primera novela de su autor, Teju Cole, dónde como en un diario el protagonista plasma sus pensamientos en los que va desarrollando sus diferentes puntos de vista acerca de la realidad circundante:

las caminatas satisfacían una necesidad: eran un desahogo respecto de la estrecha regulación del medio mental del trabajo y, no bien descubrí su calidad terapéutica, se volvieron cosa normal y olvidé cómo había sido la vida antes de empezar a andar. El trabajo era un régimen de perfección y competencia, ninguna de las cuales permitía improvisaciones ni toleraba errores. Por interesante que fuese mi proyecto de investigación—llevaba a cabo un estudio clínico de trastornos afectivos en personas mayores—, el grado de detalle que demandaba era de una complejidad que excedía todo lo que había hecho hasta entonces. De modo que las calles constituían una bienvenida réplica a las horas de trabajo. Ninguna decisión—dónde doblar a la izquierda, cuánto quedarse absorto frente a un edificio abandonado, ver el sol poniéndose en Nueva Jersey o bajar por la penumbra del East Side mirando hacia Queens—tenía consecuencias, y por esto mismo cada una era un recordatorio de libertad“.

(extracto de “En la ciudad”, pp. 15-16)


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… la justicia, no es solo cuestión de fondo. Sobre todo, es cuestión de forma. Así que no respetar las formas de la justicia es lo mismo que no respetar la justicia. Lo comprende, ¿verdad? -Melchor no dice nada; el subinspector esboza una sonrisa tolerante-. Bueno, ya lo comprenderá. Pero acuérdese de lo que le digo, Marín: la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias.

Terra alta / Javier Cercas

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