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La BUA en primera persona: Lola Marset

En esta sección del blog BUA visitamos hoy la Unidad de Apoyo a la Investigación, para conocer más a fondo la peripecia profesional de nuestra compañera y Directora de la unidad: Lola Marset.

Adelantemos que la protagonista del relato pretexta acusada memoria de pez, y acude a la ‘entrevista’” pertrechada de un esbozado guión tempo-laboral (todo un detalle); pese a lo cual encontraremos en el relato algún que otro acontecimiento personal a modo de fijador de tiempo (truquillos mnemotécnicos que le llaman).

Reconoce de entrada que una vez acabados los estudios de secundaria, no se vio traspasada por ese rayo de vocación que algunas personas sienten incluso desde su más tierna infancia, y contemplaba con igual agrado los silogismos filosóficos,  las letras o los números,  aunque fue la disciplina de Hipatia la que finalmente se decidió a cursar en la Universidad de Valencia.  “Pero Tata, per a què vas a fer açò?”, le reconvenía su progenitor (los padres, esos videntes aficionados). Nuestra compañera admite que la docencia, como primera y principal salida a sus estudios, nunca le fascinó en modo ‘full time’, pero que, sin embargo, la paladea y disfruta en pequeñas dosis, y muy satisfactoriamente, desde la formación que en la actualidad ofrecen en su unidad.

Y el tiempo (como siempre… o casi) se encargaría de ir encauzándolo todo.

A la par que preparaba oposiciones a enseñanza, sin excesiva convicción, sacaba una plaza interina en la Administración General, concretamente en la Unidad de Recaudación Ejecutiva dependiente de la Tesorería General de la Seguridad Social en… ¡¡Benidorm!!

(Confieso que jamás sospeché que en Benidorm (la ciudad, junto con NYC, que jamás duerme) pudiera existir algo más allá de “guiris” y “cubalitrones”. Allí, además de pasarlo algo más que bien, conoció la necesaria tarea de fiscalización y control del empresario en el cumplimiento de sus deberes para con el trabajador.

Agonizaba por entonces la década ochentera, cuando Lola saca plaza de Auxiliar Administrativo en el Dpto. de Cirugía adscrito a la Facultad de Medicina de una joven Universidad de Alicante. A Lola se le mostró allí como avance tecnológico sin par y maravilla de maravillas, pásmese el lector actual y redoblen tambores… un FAX. Sobran los comentarios.

El ambiente galeno no sedujo en exceso a nuestra compañera, de modo que cuando se puso a tiro un destino en Bibliotecas no lo dudó en absoluto, y todo ello pese a admitir sin despeinarse:

  1. que durante sus estudios no olió, ni por error, una estantería (en su defensa alega, sin embargo, que tuvo dos citas en la biblioteca con un antiguo jugador de rugby).
  2. que de la misma manera es una rendida apasionada de la literatura.

La antigua Biblioteca de Letras fue su primer destino ‘ilustrado’ aún como Auxiliar Administrativo y a cargo de préstamo interbibliotecario; fue allí donde tuvo sus primeros contactos con el personal de bibliotecas: Reme, Mª Dolores, Ángela, Cipriano… a los que recuerda con mucho cariño,  y donde se inicia en el mundo de la catalogación, asignando esporádicamente materias al fondo de filosofía (el puzzle va encajando). En este periodo realiza un máster de más de 400 horas en Biblioteconomía y Documentación, organizado por el antiguo SIBYD, que abarcaba formación en bases de datos, estudio del formato MARC y archivística entre otros temas. Lola data estos hechos más-menos entre “antes de tener a Paula” y “cercano a la Expo”. Vosotr@s mism@s.

Del 92’ al 99’ ocupa plaza en la Unidad de Adquisiciones creada como unidad central junto a Catalogación.

En el 99 Lola se presenta a oposiciones libres  al  cuerpo de Técnico de Bibliotecas “por probar”, al tiempo que sacaba una plaza de Gestor Jefe (que jamás llegó a desempeñar) ya que prefirió  entrar por contrato en la unidad de Catalogación y continuar en el mundo bibliotecario.

Del 2002 al 2004 (en 2002 aprueba la plaza de Técnico de Biblioteca) ocupa interinamente la Dirección de Adquisiciones en un periodo de abundante actividad en la compra del fondo bibliotecario.

En un largo ciclo que va del 2004 al 2015, desempeña funciones de subdirectora en la apuntalada, pero incipiente, Unidad de Publicaciones Periódicas, obteniendo el grupo A en el año 2008.

Finalmente, con la reconversión de los servicios de la Biblioteca Universitaria y desde enero del 2015, accede a una unidad de nueva creación: Apoyo a la Investigación, en la que se confiesa encantada y cuya puesta en marcha ha emprendido desde cero, apoyada en todo su equipo y pertrechada de entusiasmo, ilusión y pasión, cualidades éstas sin las que no ha concebido emprender ningún tipo de tarea a lo largo de su carrera profesional.

De nuestra compañera destacamos su espíritu crítico pero constructivo y su empeño por extraer siempre lo positivo de personas y situaciones.

Última confesión. Lola piensa que su faceta de gestión de personal es una asignatura en continua fase beta de revisión y mejora, aspecto este que, como “jefa”, dice mucho en su favor.

Muchas gracias a Lola por habernos dejado conocerla más de cerca y recuerdos a Melquiades (ella sabe por qué).


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… la justicia, no es solo cuestión de fondo. Sobre todo, es cuestión de forma. Así que no respetar las formas de la justicia es lo mismo que no respetar la justicia. Lo comprende, ¿verdad? -Melchor no dice nada; el subinspector esboza una sonrisa tolerante-. Bueno, ya lo comprenderá. Pero acuérdese de lo que le digo, Marín: la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias.

Terra alta / Javier Cercas

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