Home »

Quiero comerme tu páncreas

MEDIATECA, Apuntes de cine

Quiero comerme tu páncreas

Un canto a la vida

Esta semana cambiamos el tercio en Mediateca, apuntes de cine, y nos acercamos al cine japonés, con una peli de animación. “Kimi no suizô wo tabetai”, cuya traducción sería algo así como Quiero comerme tu páncreas, un título más que contundente que a la vez es engañoso. No vamos a ver caníbales o zombis comiendo órganos humanos, sino a unos jóvenes que viven una amistad peculiar y cuya relación originará una trama con tintes melodramáticos. El formato de animación es ideal, ya que es una reflexión sobre la vida y la enfermedad, además de un canto a la amistad realizado con mucha emotividad y tacto. Un film que merece la pena ver.

“Lo que necesita es tener alguien a su lado que se preocupe por ella.  ¿Tú podrías ser esa persona?, ¿Qué supone Sakura para tí?”

Un camino atípico

El film Quiero comerme tu páncreas está basado en la novela del japonés Yoru Sumino, cosa muy corriente en cualquier anime, pero en este caso no fue así, ya que antes de convertirla en película de animación, fue adaptada y publicada en forma manga (cómic). Esta vez se ha seguido un camino atípico de: novela, manga, película (anime), y no el habitual de novela película, al final el resultado ha merecido la pena.

 

Algunas consideraciones

Si algo tiene “Kimi no suizô wo tabetai” es el tono justo para narrar una historia terrible como es la enfermedad cuando afecta a una persona joven. El tono es sencillo y lúcido a la vez, sin explotar la carga sentimental en exceso. A la vez lo hace con un planteamiento reflexivo, “¿que es realmente vivir?”. Incide también en la importancia que tiene en la vida cotidiana las pequeñas cosas y la amistad.

Shin’Ichirô Ushijima ha sido el encargado de realizar el guion adaptado, así como la dirección. El resultado ha sido una historia con tintes melodramáticos, muy creíble y a la vez absorbente. Destacar también el acierto en lo que concierne a la BSO, Hiroko Sebu ha conseguido en el apartado musical un complemento perfecto a la animación. Además, hace algún que otro guiño a los libros y en especial a “El Principito”. He de concluir comentando que “Kimi no suizô wo tabetai” ha conseguido en el formato de animación la forma ideal de contar esta dramática historia.

 

FOTOGRAMAS.  Unas pinceladas

Una amistad que surge de la casualidad, a partir de una agenda personal, escrita a modo de diario, que es encontrada por un chico y que pertenecía a una chica llamada Sakura Yamauchi.

Haruki es un solitario estudiante de secundaria al que le encantan los libros y la lectura, pasa casi todo el tiempo en la Biblioteca ocupado en la lectura…

Un día encuentra una agenda en el hospital titulado “Viviendo con la muerte” …

Resulta ser el diario de una compañera de clase, llamada Sakura Yamauchi, una chica muy alegre y vivaz a la que le gusta pasar el tiempo con sus amigos.

Sakura escribe en su diario que, debido a la enfermedad pancreática que padece, le quedan sólo unos cuantos meses de vida…

“Mi páncreas se muere…

Esta es mi última primavera”

Todo ello sorprende e intriga profundamente a Harakuri, ya que Sakura no ha revelado nunca a nadie su estado. A partir de aquí surge entre ellos una relación muy especial.

“Todas mis decisiones me llevan a conocerte”

A partir de ese momento compartirán vivencias intensas en las que la amistad será un pilar fundamental que convivirá con la enfermedad. Cada día será un tiempo nuevo que descubrir y disfrutar, lleno de vitalidad y alegría.

Os hemos dado unas pinceladas, ahora os toca a vosotr@s seguir esta interesante y tierna relación de amistad, entre dos jóvenes con caracteres totalmente diferentes.

“Somos polos opuestos… Eso es, polos opuestos”

 

 

La puedes encontrar en el catálogo de la Biblioteca de la Universidad de Alicante (BUA):


Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Categorías

Archivos

¿Qué estás leyendo?

… la justicia, no es solo cuestión de fondo. Sobre todo, es cuestión de forma. Así que no respetar las formas de la justicia es lo mismo que no respetar la justicia. Lo comprende, ¿verdad? -Melchor no dice nada; el subinspector esboza una sonrisa tolerante-. Bueno, ya lo comprenderá. Pero acuérdese de lo que le digo, Marín: la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias.

Terra alta / Javier Cercas

Todo en nuestra web