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Casablanca

MEDIATECA, Apuntes de cine

Casablanca

Una película de culto

Siguiendo con la sección de cine clásico que iniciamos al principio de este curso en Mediateca, apuntes de cine, esta semana elegimos todo un clásico entre los clásicos, “Casablanca”. Un drama romántico en blanco y negro, que nos sigue conmoviendo casi ochenta años después. Una historia que no ha envejecido, y que como el buen vino ha mejorado con el paso del tiempo. De la cosecha de 1942, fue dirigida por Michael Curtiz y cuenta con una pareja de actores como son Humphrey Bogart y Ingrid Bergman, que han quedado como un icono del cine mundial. Al volver a ver esta cinta, se vuelven a paladear muchos de los matices sutiles que posee, siendo los diálogos uno de ellos…

“Siempre nos quedará París”

 

Casablanca, una obra maestra

No está mal desglosar algunos de los aspectos que caracterizan a esta película considerada una de las grandes de la historia del cine, y que es además una muestra más del exitoso cine de Hollywood. Ganadora de 3 Oscars, mejor película, dirección y guion adaptado, de los 8 a los que fue nominada.

Casablanca está basada en la obra teatral de Murray Burnett y Joan Alison titulada “Todos vienen al café de Rick” y que nunca llegó a estrenarse. El éxito de Casablanca pivota sobre un magnífico guion adaptado, una soberbia dirección, unas interpretaciones memorables de los actores principales, la pareja Bogart-Bergman, y de algunos secundarios.

Una pareja unida íntimamente al film de Casablanca, Humphrey Bogart, en su madurez con 43 años, junto a una jovencísima Ingrid Bergman que en el momento del rodaje contaba con tan solo 27 años.

Además, como olvidarnos de los diálogos, cada uno por si solo es un auténtico prodigio:

1 – “¿Qué harás esta noche, Rick?”,

 – “No hago planes a tan largo plazo”.

2 – “El mundo entero se desmorona y nosotros nos enamoramos”.

3 -Louis, creo que éste es el comienzo de una hermosa amistad”.

Michael Curtiz acompañado de Humphrey Bogart e Ingrid Bergman concentrados, repasando el guion en unos de los descansos del rodaje de Casablanca, un guion que cambiaba cada día.

 

FOTOGRAMAS. Unas pinceladas

Una trama sencilla, pero que a su vez posee una riqueza de matices impresionante que termina atrapándonos. Esta pivota sobre tres aspectos: una bulliciosa urbe, “Casablanca”; un lugar “el Rick’s Café”, el sitio más conocido de la ciudad; y unos personajes que son los que crean el peculiar universo de “Casablanca”.

Casablanca, años cuarenta, como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, era una ciudad a la que llegaban huyendo del nazismo gente de todas partes. Era una urbe bulliciosa y caótica, en la que en todos sus rincones era un ir y venir de personas deambulando, los recién llegados se mezclaban con los lugareños.

Llegar a Casablanca era fácil, pero la salida era misión casi imposible, ya que la Gestapo controlaba mediante unas listas a las personas fugitivas para localizarlas y capturarlas, presionando a su vez a las autoridades francesas al mando del corrupto inspector Renault.

El Rick’s Café, el lugar con más vida de Casablanca, es un negocio regentado por Rick Blaine (Humphrey Bogart) y al que acuden a divertirse todo tipo de personas, siendo además un punto de encuentro y una tapadera para realizar algún tipo de lucrativo negocio…

“Vine a Casablanca a tomar las aguas”

-“¿Al desierto?”

-“Entonces, me informaron mal”.

Rick Blaine, un personaje polifacético, cuyas principales virtudes son el cinismo y la diplomacia, llevándolas al límite en esta especie de “Camarote de los Hermanos Marx”.

La aparición súbita de Ilsa Lund (Ingrid Bergman), una antigua amante suya que había conocido en París antes de la entrada de las tropas alemanas. Ilsa es la mujer de un importante disidente checo buscado por la Gestapo.

Os hemos dado unas pinceladas, ahora os toca a vosotr@s paladear esta maravillosa historia, un auténtico icono de la filmografía mundial.

Y terminamos, como no podía ser de otra manera, con la frase que iniciamos esta reseña

“Siempre nos quedará París “

 

 

La puedes encontrar en el catálogo de la Biblioteca de la Universidad de Alicante (BUA):


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… la justicia, no es solo cuestión de fondo. Sobre todo, es cuestión de forma. Así que no respetar las formas de la justicia es lo mismo que no respetar la justicia. Lo comprende, ¿verdad? -Melchor no dice nada; el subinspector esboza una sonrisa tolerante-. Bueno, ya lo comprenderá. Pero acuérdese de lo que le digo, Marín: la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias.

Terra alta / Javier Cercas

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