El sector editorial español cae por segundo año consecutivo. Si en 2009 la facturación cayó solo un 2,4%, en 2010 la caída fue de un 7%, lo que devuelve la industria del libro a las cifras de 2004.
Estos datos forman parte del estudio del Comercio Interior del Libro correspondiente a 2010, presentado ayer por Antoni Comas y Antonio María Ávila, presidente y director ejecutivo, respectivamente, de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), que realiza este informe con el patrocinio del Ministerio de Cultura y del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO).
La palabra clave de ese informe es descenso, y toma cuerpo sobre todo en dos aspectos clave: las ventas de libros de texto y las compras de las bibliotecas públicas. Las primeras caen un 7% y las segundas, un 43,7%.
Las esperanzas están puestas en la campaña del libro escolar de septiembre y en la de navidad, y los resultados finales de 2011 también “dependerán de los recursos que liberen la Administración central y las autonómicas” para la compra destinada a las bibliotecas.
Positivas sí son las ventas del libro electrónico, que casi se han duplicado y crecen un 37,5% respecto al 2009 con una facturación de 70,5 millones de euros. Eso sí, el 68,9% de esa subida hay que adjudicarla a materias como el derecho y la economía. Sin ellas, las cifras hubieran permanecido congeladas.
Y positivo resulta también el mercado exterior: las exportaciones del sector crecieron un 3,5% el año pasado, y México sigue siendo el principal mercado extranjero para los libros españoles.