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Pequeño país (2020)

MEDIATECA,  Apuntes de cine

Pequeño país (2020)

Un viaje al África oriental

Esta semana en Mediateca, apuntes de cine viajamos a África, a los territorios que rodean los grandes lagos, Burundi y Ruanda, de la mano del film Petit pays. Una interesante historia basada en hechos reales, y que está ambientada en el conflicto bélico que asoló a estos dos países limítrofes, y que tuvo lugar en la década de los noventa del pasado siglo. El film realiza una doble visión, por un lado, la cotidianidad de los jóvenes protagonistas, y por otro las consecuencias negativas que tiene el conflicto bélico sobre estos. Gabriel es un niño de diez años que vive feliz, en compañía de su familia y amigos, y que ve como su vida cambia súbitamente, a consecuencia de la inestabilidad que ocasiona la incipiente guerra. Merece la pena seguir la trama, que además del valor histórico que posee, elogia valores como la familia, la amistad y la concordia.

 

Un largo camino

El film “Petit pays” es una adaptación de la novela homónima escrita por Gaël Faye, que anteriormente fue la letra una canción (Pimiento africano sobre cruasán de mantequilla) escrita e interpretada por el entonces rapero Gaël Faye en 2013, cuyo tema empieza así:

“Una hoja y un bolígrafo calman mis delirios insomnes.

Lejos de mi pequeño país en el África de los grandes lagos…”

La canción habría quedado ahí en el vinilo, si no es por una editora independiente que buscaba nuevos talentos literarios, y que fue quien le animó a que plasmara en una novela las vivencias que inspiraron esa canción de rap. Lo más revelador fue que esta respondía a la verdadera historia de Gaël Faye, cuya infancia se vio marcada por la guerra y el exilio. La novela se publicó en 2016, y solamente en Francia vendió más de 700.000 ejemplares, también tuvo una buena acogida en la prensa francesa, como demuestra esta cita de Le Figaro:

“Esta preciosa novela de aprendizaje trasluce un perturbador deseo de dulzura y concordia. De ella se desprende una visión del mundo que no es política sino poética, que combina el horror y la maravilla. Gaël Faye parece decirnos que la nostalgia de la felicidad desaparecida es tan intensa que no puede ser vana. Ella, en sí misma, es una razón de esperanza.”

Con estos antecedentes el director francés Eric Barbier realizó el guion adaptado de Pequeño país, siendo posteriormente nominada a los Premios César en 2020. Hay que resaltar un aspecto que no parece menor, ya que la visión de los acontecimientos que realiza Barbier se centra especialmente en las vivencias infantiles de la guerra, y se aleja bastante de la que realizó anteriormente en 2004 Terry George en la película “Hotel Rwanda”, que ponía el foco en la recreación visual de la matanza de civiles.

Destacar la magnífica visión que plasma Barbier en la primera parte del film, a través de las felices vivencias infantiles de Gabriel, del despertar a la vida, a los juegos, la amistad, los primeros amores…, contrastando con el trágico desenlace posterior, influenciado por las duras vivencias de la guerra. Pero, bien es cierto que deja al final un resquicio a la esperanza y a la concordia.

 

FOTOGRAMAS.  Unas pinceladas

Un niño, Gabriel; un lugar, Burundi un auténtico paraíso; y un acontecimiento que marcará su vida y la de su entorno, la guerra.

Gabriel tiene 10 años, es un niño normal, que tiene una existencia feliz y despreocupada. Vive aventuras cotidianas con su hermana pequeña y con sus amigos por las calles y los alrededores de Buyumbura.

Un entorno propicio a múltiples aventuras, desde robar mangos en los huertos, fumar a escondidas o, a través de la maestra, adentrarse en el mundo de la lectura y descubrir la pasión por los libros…

 

Gabriel vive con sus padres y hermana. Yvonne, la madre, es ruandesa de la etnia tutsi, mientras Michel, su padre, es un empresario francés afincado en Burundi.

De repente, en 1993, las tensiones con el país vecino Ruanda, estallan. En el lugar de encuentro habitual, en la vieja furgoneta VW, entre la preocupación y el desconcierto, Gabriel y sus amigos son conscientes de la situación del momento,

-“¿Si quieres vivir aquí, hay que elegir uno de los dos bandos?,

¿Y si no escoges, dividir la clase en dos…?”

Una inquietud y un desconcierto que también se transmite en el seno familiar, como muestra el diálogo entre Gabriel y su padre:

-“¿La guerra entre hutus y tutsis es porque no tienen el mismo territorio?

– Tienen el mismo país, las mismas leyes y la misma religión…”

Os hemos dado unas pinceladas. Merece la pena seguir esta lúcida y absorbente historia de aprendizaje.

 

 

La puedes encontrar en el catálogo de la Biblioteca de la Universidad de Alicante (BUA):


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… la justicia, no es solo cuestión de fondo. Sobre todo, es cuestión de forma. Así que no respetar las formas de la justicia es lo mismo que no respetar la justicia. Lo comprende, ¿verdad? -Melchor no dice nada; el subinspector esboza una sonrisa tolerante-. Bueno, ya lo comprenderá. Pero acuérdese de lo que le digo, Marín: la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias.

Terra alta / Javier Cercas

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