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Tu espacio de cine: La mirada de Ulises

Con esta película, desde Mediateca, queremos hacer un homenaje póstumo al director de cine griego Theodoros Angelopoulos, fallecido esta semana.

El realizador griego se encontraba con su equipo de filmación en Atenas,  buscando ubicaciones para su próxima película “The Other Sea”, en la que muestra una visón muy personal de la crisis económica que vive actualmente Grecia, la desesperación de la gente por la perdida de trabajos y la responsabilidad de los dirigentes políticos.

Theo Angelopoulos nacido en 1935, empezó a hacer cine al final de la década de los 60. Autor comprometido, fue perseguido por el régimen de los generales. De su filmografía destacan:   Días del 36,   Alejandro el Grande,   Viaje a Citera, El apicultor,  Paisaje en la niebla, La mirada de Ulises…

Su cine tiene un sello muy personal, marcado por estructuras narrativas ambiguas, en las que prefería dejar ciertas cosas sin decir para que el espectador interprete.


“En mi final está mi principio”  (T. S. Eliot)

La película narra el viaje de un cineasta  griego (Ketel), exiliado en Estados Unidos,  a su país natal  y a varios países eslavos, con el propósito de encontrar 3 viejas cintas sin revelar de dos cineastas pioneros del cine heleno.  Este es el pretexto, para realizar un viaje desde Grecia a Sarajevo, a la vieja Europa castigada por las guerras, el olvido y la incomprensión.  Un camino muy personal, a través de su propia historia, esperando recobrar con estas imágenes olvidadas la inocencia de la primera mirada…

La película tiene intencionadamente un ritmo lento con escenas muy cuidadas y un magnífico guión en el que se nota la mano del director. Hay que dejarse llevar, como en la escena de  la estatua desmembrada de Lenin sobre el  barco que empuja, casi imperceptiblemente, la corriente del rio Danubio.

Ante la mirada del espectador aparecen y desaparecen  cuadros vivos: muchedumbres enfrentadas, refugiados vagando sin rumbo en la nieve, retratos de familia… La guerra y  los recuerdos, el presente y el pasado se mezclan y se entrelazan en este rincón de Europa.


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… la justicia, no es solo cuestión de fondo. Sobre todo, es cuestión de forma. Así que no respetar las formas de la justicia es lo mismo que no respetar la justicia. Lo comprende, ¿verdad? -Melchor no dice nada; el subinspector esboza una sonrisa tolerante-. Bueno, ya lo comprenderá. Pero acuérdese de lo que le digo, Marín: la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias.

Terra alta / Javier Cercas

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