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Corazones de acero (2014)

MEDIATECA. Apuntes de cine

Corazones de acero (2014)

¿Quién dijo que la guerra es bella?

Cambiamos esta semana el tercio cinematográfico. Nos acercamos al mundo de los conflictos bélicos y nos adentramos en los entresijos de la crueldad y el horror en la guerra. Viajaremos a través del discurrir de un carro de combate norteamericano durante la Segunda Guerra Mundial. Y, junto a sus ocupantes, como en “La Divina Comedia” con Dante y Virgilio, transitaremos a través de un infierno, donde no hay nada más que caos, desolación y sufrimiento. ¿Quién dijo que la guerra es bella?, Corazones de acero nos demuestra que por supuesto no es bella, pero tampoco es épica, y en ella se muestran los instintos más primarios, oscuros y crueles del ser humano.

“Los ideales son pacíficos, la historia es violenta”

Una película aclamada por la crítica cinematográfica, y que para muchos está a la altura de films emblemáticos del cine bélico, como Salvar al soldado Rayn, o, Platoon.

Corazones de acero hace un guiño a un film de los años setenta, que fué dirigido por Sam Peckinpah “La cruz de hierro”, aunque, en Corazones de acero, David Ayer le da a la historia un toque muy personal, forzando aún más aspectos como el dramatismo, la crueldad y la sinrazón de la guerra.

 

FOTOGRAMAS.  Unas pinceladas

El contexto histórico. Abril de 1945, la guerra está a punto de terminar. El ejército nazi está al borde de la desesperación, ya que los alemanes saben que su derrota es segura, y en definitiva está asumida. Las tropas están en retirada hacia Berlín, para participar en la defensa de esta ciudad. Hitler, desesperado, hecha mano de lo que le queda, y hasta los niños son válidos para hacer la guerra total, así prepara la resistencia, el último obstáculo para que las tropas aliadas que asedian Berlín, no entren en la ciudad.

Los protagonistas. Una brigada formada por cinco soldados norteamericanos, que avanzan en terreno abierto intentando romper las últimas líneas alemanas. El veterano sargento Wardaddy (Brad Pitt) está al frente de esta brigada, a sus miembros les une años de guerra compartidos en el campo de batalla, son como una familia, que les ha reunido la casualidad y la fatalidad.

“Yo prometí a mi equipo que los mantendría vivos”

Un novato llega de refuerzo, entre tanto veterano curtido, llega un miembro más, un pacifista, un idealista que ve la guerra con otra mirada. Puede que, otra batalla tenga aún lugar dentro de las paredes de acero del carro blindado.

Esto es la guerra

¡Chico, esto es la guerra!, hay que matar, sí, para ganar la batalla, y para que no nos maten, para sobrevivir. A partir de aquí, el grupo avanza entre la desolación y el caos del campo de batalla. Fury es el nombre del carro de combate, que se va convertir en su casa de acero y en algo más.

“- ¿Crees que puede ir a peor?

-Sí, puede ir a peor, las muertes y las matanzas, aún no han terminado”

Un pequeño oasis

En medio de tan basta desolación, tanto en el campo abierto como en las ciudades o núcleos rurales ¡hay vida! La población civil está protegida en sus casas, los más afortunados son aquellos que aún las tienen, son pequeños espacios que todavía conservan la paz y el orden cotidiano del pasado. Pero, esto puede cambiar en cualquier momento, ya que un obús puede impactar y sumirla en la desolación, y ser una parte del caos circundante.

Lo peor está aún por llegar… Os hemos dado unas pinceladas. Merece la pena acompañar a “Fury” en un viaje de fuego, muerte y desolación, una travesía llena de sensaciones de gran intensidad. Una marcha que durará algo más de 120 minutos y que te hará pensar.

 

Corazones de acero no es cine bélico convencional, ni patriótico, ni se acerca a los típicos y tópicos films de Hollywood, es algo más… que nos acerca a los horrores de la guerra y a los hombres que participan en ella, mostrando el peor lado del ser humano.

La puedes encontrar en el catálogo de la Biblioteca de la BUA,


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… la justicia, no es solo cuestión de fondo. Sobre todo, es cuestión de forma. Así que no respetar las formas de la justicia es lo mismo que no respetar la justicia. Lo comprende, ¿verdad? -Melchor no dice nada; el subinspector esboza una sonrisa tolerante-. Bueno, ya lo comprenderá. Pero acuérdese de lo que le digo, Marín: la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias.

Terra alta / Javier Cercas

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