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“Un país a 50°C” de José Luis Gallego

El 26 de marzo se celebra el Día Mundial del Clima, declarado en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático efectuada en el año 1992. Por eso hoy os recomendamos un nuevo libro para combatir el “ateísmo climático”. Se trata de Un país a 50°C, del divulgador ambiental y escritor José Luis Gallego.

La ciencia lleva más de un siglo demostrando que el calentamiento global es inequívoco y que lo hemos desencadenado nosotros con nuestra actividad diaria. Ya no quedan dudas. Hemos pasado de las hipótesis a las certezas, de los pronósticos a los testimonios. Pero vivimos una época de desprecio al conocimiento científico.

Y de nada sirven los avances que se producen para comprender la emergencia climática o la crisis del Covid-19 en la que nos hallamos y la necesidad de activar una respuesta inmediata y conjunta, si quien debe tomar la decisión final para activar dicha respuesta desde la acción de gobierno es un inepto, un egoísta o un corrupto.

El ateísmo climático, una superstición equivalente al terraplanismo, el creacionismo, la quiromancia o la astrología, propone desatender toda vía de solución para concentrarnos en la adaptación o en parches tecnológicos. No quiere oír hablar de reconvertir procesos industriales, rediseñar nuestras ciudades, impulsar la energía solar o buscar alternativas de transporte que nos permitan reducir emisiones.

Por eso es, a juicio del autor, José Luis Gallego, un movimiento ideológico involucionista que debe ser contestado con dos de las principales herramientas: la ciencia y la razón. Y a ese fin, exclusivamente, pretende contribuir Un país a 50°C.

Si te interesa, en nuestra biblioteca podrás encontrar otras obras suyas como Plastic Detox, Disfrutar en la naturaleza y más

Imagen: La Vanguardia

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… la justicia, no es solo cuestión de fondo. Sobre todo, es cuestión de forma. Así que no respetar las formas de la justicia es lo mismo que no respetar la justicia. Lo comprende, ¿verdad? -Melchor no dice nada; el subinspector esboza una sonrisa tolerante-. Bueno, ya lo comprenderá. Pero acuérdese de lo que le digo, Marín: la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias.

Terra alta / Javier Cercas

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