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530 años de la expulsión de los judíos

31 de marzo de 1492: 530 años de la expulsión de los judíos

En marzo de 1492 los Reyes Católicos firmaron la expulsión de los judíos de los territorios de la Corona de Castilla y Aragón. Este es uno de tantos movimientos forzados de poblaciones que siendo originarias de una tierra durante generaciones son expulsadas de la misma por diversas razones, ya sean económicas, políticas, sociales, religiosas o étnicas. Estas razones no suelen presentarse como únicas, sino que se van entrecruzando unas con otras. En cualquier caso, debió ser algo trágico y traumático tener que abandonar tu hogar, tus pertenencias, hacerte a la idea de no poder volver a tu ciudad, a tu pueblo. Algo, sin duda, difícil de entender.

La biblioteca de Filosofía y Letras para recordar este acontecimiento histórico, te ofrece a través de su Catálogo una selección bibliográfica sobre este tema.

Luis Suárez en su libro Expulsión de los judíos de España explica cómo era la sociedad judía a principios de la década de 1480. Para empezar y en contra de lo que pudiera pensarse, pues muchas veces se ha repetido, no estaba formada por un grupo de personas ricas que se dedicaban a oficios financieros muy lucrativos. Existían desde luego, personas que se dedicaban a arrendamientos, recaudaciones y otros negocios, pero era un pequeño grupo o élite, si se quiere, que además se ocupaban de estas tareas porque no tenían muchas más posibilidades de trabajo, ya que había limitaciones en el abanico de profesiones al que podían acceder. El resto de la población judía estaba compuesta por pequeños comerciantes, ropavejeros, zapateros, joyeros a veces y también prestamistas con cierta frecuencia. Todo esto se hallaba muy alejado del mundo de los banqueros de la Corte que se codeaban con reyes y nobles. Por otro lado, entre los bienes mencionados en el momento de la expulsión encontramos huertas, tierras de cultivo de cereales, bodegas y pequeños rebaños. No parecen muestras de gran riqueza.

Finalmente sólo hacer mención de todos los miles y miles de refugiados que han sido expulsados, no necesariamente a través de un decreto como los judíos del siglo XV, pero sí a causa de guerras, por situaciones de pobreza o por persecuciones de todo tipo, políticas, religiosas, etc. Muchas de estas personas malviven en campos de refugiados o en el mejor de los casos viven como ilegales, al menos durante un tiempo (a veces años) en diferentes países de acogida. Y cuando hablamos de acogida hablamos de una gran variedad de situaciones. No hay que olvidar que el no reconocer al otro como un semejante y la hostilidad que a veces despiertan aquellos que consideramos diferentes, son tan viejas como la historia misma de la humanidad.


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… la justicia, no es solo cuestión de fondo. Sobre todo, es cuestión de forma. Así que no respetar las formas de la justicia es lo mismo que no respetar la justicia. Lo comprende, ¿verdad? -Melchor no dice nada; el subinspector esboza una sonrisa tolerante-. Bueno, ya lo comprenderá. Pero acuérdese de lo que le digo, Marín: la justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias.

Terra alta / Javier Cercas

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