IV Dia d’ATENEA ’12 (15 de juny de 2012)
Institut de Ciències de l’Educació
Universitat Politècnica de Catalunya
Educación abierta para la mejora del aprendizaje
Faraón Llorens Largo
Universidad de Alicante
Aprendizaje. Hoy en día, en gran parte por el uso de las tecnologías digitales, se están produciendo grandes avances en el conocimientos de cómo funciona el cerebro humano y su capacidad de aprender. Y la aplicación de esos conocimientos nos debe permitir avanzar en la gratificante labor de enseñar, ya que no existe enseñanza si no hay alguien que aprenda. El aprendizaje es una actividad vital del individuo y el modelo de aprendizaje debe sustentarse en el papel activo del aprendiz en un entorno colaborativo de interacción con otros. Además, en el mundo actual, en constante evolución y cambio, que podíamos etiquetar con versiones, es imprescindible asumir una espiral continua de aprendizaje, desaprendizaje y reaprendizaje, y esto sólo es posible si preparamos a nuestros titulados para asumir un aprendizaje autónomo y a lo largo de la vida. Y en todo esto, las tecnologías de la información son nuestras mejores aliadas.
Tecnología. Las tendencias tecnológicas que ya están aquí, la accesibilidad y la ubicuidad, la convergencia de dispositivos, la computación en la nube, las nuevas interfaces de acceso a la información en función del contexto (el perfil del usuario y su geolocalización) y el cambio de paradigma de la propiedad intelectual, indiscutiblemente aportan múltiples beneficios. Pero los distintos actores universitarios con su uso adecuado deben extraerle su jugo. Los tecnólogos deben asumir los principios de simplicidad, invisibilidad, facilidad de uso y sensación de integración. Y los especialistas en educación deben facilitar indicadores y estudios que nos permitan medir el impacto de estas tecnologías en la docencia. Los equipos directivos diseñando políticas institucionales claras, sostenibles y compartidas tiene que conseguir implicar a toda la comunidad universitaria. De esta forma las universidades podrán combinar lo existente con lo nuevo, equilibrar la clásica torre de marfil con el bullicioso bazar de la educación abierta.
Educación abierta. No se trata tanto de centrar el aprendizaje en una herramienta tecnológica como de proporcionar una diversidad que facilite y permita que cada profesor encuentre y cree un entorno de aprendizaje que se adapte a su forma de enseñar. Por eso suelo referirme a un ecosistema tecnológico de aprendizaje. Generar recursos educativos ricos, que aprovechen todos los sentidos, y líquidos, para que se adapten a distintos contextos y soportes, y difundirlos en distintos portales y plataformas es relativamente sencillo en estos momentos. Debemos repensar y ampliar el concepto de aula, concibiéndola como esos nuevos espacios educativos, que no tienen paredes físicas (en cualquier lugar y momento) y que en otros casos son paredes trasparentes (en acceso abierto) que nos permiten ver lo que ocurre dentro, y que incorporan tanto los espacios personales de aprendizaje como los institucionales de enseñanza. Y en esta nueva ágora digital, la interacción debe ser la clave.