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Reflexiones sobre qué podemos considerar innovación docente

El viernes pasado coincidí en la mesa redonda de las Redes UA con mi buen amigo Joe Miró. Y a la salida de la misma, en conversación informal, la Vicerrectora Cecilia Gómez nos preguntó si se sabía qué era la innovación docente. Como es habitual en Joe, la pregunta se le quedó rondándole en la cabeza y a los días nos envío un correo con unas reflexiones, que paso a transcribir. Como siempre Joe tan acertado.

Texto del correo de Joe Miró:


Este es un chiste que nos contó el cura (vasco) de nuestro colegio mayor:

– Patxi, para! ¿qué haces? ¿Por qué pegas a ese hombre?
– (con acento muy cerrado) Déjame. Es un judío! Los que matarón a Jesús!
– Eso fue hace 2000 años
– Pero yo me enteré ayer…

Cuando se habla de innovación docente, muchos lo contemplan desde un punto de vista individual. Por ejemplo, el puzzle de Aronson es una técnica de los años ’70. Gente que lo descubre 30 y 40 años más tarde y lo aplica en su aula cree que ha hecho innovación. La palabra adecuada en este caso no es innovación, sino “aprendizaje”: el profesor ha aprendido una técnica y la ha añadido a su arsenal.

Un caso muy típico es la introducción de tecnología. Algunos profesores creen que llevar sus apuntes a copistería es “lo de siempre”, pero colgarlas del Campus Virtual, es una innovación. Es como si escuchar “Yesterday” en vinilo no es una innovación, pero escucharlo desde un fichero MP3, sí. No es una innovación, es un cambio de medio.

Me acuerdo de un congreso de docencia de hace más de 10 años en el que un profesor explicaba como innovación su uso de transparencias. Este profesor explicaba la misma asignatura que yo, usaba el mismo libro que yo y sus transparencias eran los mismo diagramas que los que usaba yo. La única diferencia era que yo lo dibujaba en la pizarra y él los proyectaba en una pantalla. No veía la innovación en ninguna parte. Si hubiera aprovechado las nuevas posibilidades que le ofrecía el PowerPoint para crear nuevos diagramas, por ejemplo con animaciones, entonces sí que se podría considerar una innovación. Pero no lo hizo.

Un nuevo medio, aunque abre el camino a la innovación, no es en sí mismo una innovación.

Una innovación no es algo que sea nuevo para el individuo, ha de ser nuevo para la comunidad. Por lo tanto para que alguien pueda decir que ha hecho una innovación ha de estar al tanto de lo que pasa en la comunidad. Estamos muy acostumbrados a esto en la investigación: en la introduccción o en un capítulo aposta en cualquier artículo o en cualquier tesis hay que hacer una revisión del “estado del arte” del campo en cuestión. Estamos muy acostumbrados a hacer esto en todo… menos en docencia. Raramente una innovación es un cambio total, algo absolutamente nuevo. En general son alteraciones y novedades sobre algo existente. Pero es igualmente raro que algo se copie sin que precise alguna pequeña adaptación o novedad. ¿Cuándo deja de ser algo una “pequeña adaptación” y se convierte en una “innovación”?

Esto es subjetivo, pero también estamos muy acostumbrados en la universidad a esto: en las revisiones a artículos casi siempre hay un apartado en la que se pide al revisor valorar si lo que se aporta es suficientemente nuevo. Y no es raro que los revisores no coincidan.

Siendo prácticos, ¿cómo podemos establecer si una propuesta docente es una innovación? Se podrían exigir estos dos puntos:

– Debe haber un estudio detallado del estado del arte. Y este estudio debe englobar necesariamente lo que se ha hecho en el entorno directo del campo donde se va a actuar. Un artículo sobre una innovación en matemáticas de biología en la universidad española puede estudiar cuáles son las tendencias generales del estudio de las matemáticas a nivel mundial, pero debe describir qué se ha hecho en matemáticas de biología, o al menos en matemáticas en ciencias, en la última década y en España. Y uno debe desconfiar mucho cuando se dice que no hay ningún precedente o se omite la cuestión.

– Si la innovación se basa en un cambio de medio o el uso de una nueva tecnología, debe describirse qué posibilidades introduce esta nueva tecnología y cómo se ha hecho uso de ella. Salvo en el caso de que la tecnología en cuestión sea muy nueva y rompedora, el simple hecho de usar un nuevo medio raramente puede considerarse una innovación.

Si exigimos esto a los que solicitan un proyecto de innovación o escriben un artículo o ponencia sobre innovación ayudaremos a los profesores que quieren realizar una innovación a enfocar mejor sus esfuerzos, a los lectores de los artículos a entender el avance del área y a los administradores a asignar mejor los escasos recursos que tienen disponibles y así dirigir mejor su institución.

XX aniversari de la Xarxa Vives d’Universitats: #ExperiènciesVives

XX aniversari de la Xarxa Vives d’Universitats

#ExperiènciesVives

Un instrument idoni per a la internacionalització de les universitats i per a reforçar les identitats locals i minoritàries
Faraón Llorens

És una xarxa d’universitats que comparteixen una espai cultural i lingüístic comú. Però tot i que la llengua catalana siga el motiu de la unió, la col·laboració i les actuacions conjuntes arriben a totes les activitats universitàries: docència, recerca, transferència i extensió universitària.

En aquesta societat global, les aliances tenen un valor estratègic. I la Vives és una xarxa d’aliances entre universitats de l’arc mediterrani. A ella pertanyen institucions publiques i privades, la qual cosa li dóna riquesa. I amb institucions de diferents països europeus, la qual cosa reforça la identitat europeista. Per tant, la XVU és un instrument idoni per a la internacionalització de les universitats pertanyents, però també per a reforçar les identitats locals i minoritàries, tan importants en un món global que ha de vetlar per la pluralitat i la diversitat, per a mantenir tota la riquesa creada al llarg de segles de cultura.

La meua experiència a la Xarxa va ser molt gratificant. Atesa la meua procedència del món de la tecnologia, una xarxa basada en la llengua em semblava una cosa llunyana. Però com a president de la Comissió de Llengua, vaig aprendre moltíssim dels tècnics lingüístics de les universitats de la xarxa. Em va obrir la ment a aquest món i augmentà la meua estima per la llengua valenciana, valorant-la més si cap, i transcendint l’àmbit familiar i emocional, per a adonar-me que té molt a dir en el món universitari.

Flipped Classroom

A new method of teaching is turning the traditional classroom on its head.

What’s a flipped classroom — and why now?

Flipped Classroom

Created by Knewton and Column Five Media

Conclusiones. “¿Es la Universidad Digital un concepto diferente de la universidad tradicional?”

Seminario Bienal “La universidad digital“, 2013/2015
1ª jornada: ¿Es la universidad digital un concepto diferente de la universidad tradicional?
14 de noviembre de 2013

Conclusiones

Tan importante como encontrar la respuesta correcta es hacerse las preguntas adecuadas. Es por ello que las conclusiones de esta primera Jornada del Seminario Bienal “La Universidad Digital” están conformadas por muchas preguntas y pocas aseveraciones.

La universidad digital ¿es una parte de la universidad?, ¿es una dimensión más de la misma? o ¿es una nueva concepción integral de la universidad? En cualquier caso, sea la universidad digital una vista de la universidad tradicional o sea una concepción holística de la misma, ¿tienen las universidades una estrategia frente a estos cambios?

Hace ya muchos años que existen universidades a distancia y basadas en internet, así que la universidad digital ¿es un problema particular de todas y cada una de las universidades?, ¿sólo de unas cuantas? o ¿debe abordarse desde la perspectiva del sistema universitario en su conjunto?

La universidad siempre ha evolucionado a lo largo de los siglos en un intento de dar respuestas a las demandas de la sociedad de cada tiempo. Sin embargo, la celeridad y la entidad de los cambios actuales en torno a la sociedad digital y conectada nos lleva a plantearnos si ¿estamos hablando de una suave evolución o de un cambio disruptivo? De si ¿es la universidad digital un concepto diferente de la universidad tradicional?

Estos cambios vienen dados fundamentalmente por el avance tecnológico, pero las decisiones clave no implican exclusivamente a los tecnólogos. Las Universidades ¿disponen de las infraestructuras adecuadas?, ¿estas son gestionadas eficientemente? y, finalmente, ¿existe un buen gobierno de las TI? Es decir, ¿está alineada la estrategia de las TI con la estrategia del negocio? Es más, la universidad digital, ¿es una mera acumulación de tecnologías de moda o existe un modelo que la defina y sustente?

Las tecnologías de la información y la comunicación nos permiten saltarnos las barreras del tiempo y del espacio, y concebir una universidad global. Pero la universidad digital ¿dispone de paradigmas formativos que permitan atender la heterogeneidad de los estudiantes? Las TI ayudan a la masificación pero también a la personalización y la adaptabilidad, pero ¿son estas tendencias contradictorias en la formación?, ¿se impondrá una sobre la otra? o ¿se complementarán? La universidad digital ¿ayudará a la proyección internacional de las universidades? ¿será suficientemente flexible el modelo formativo para atender las necesidades de los nuevos estudiantes? o ¿se tratará únicamente de una componente de la “burbuja educativa”?

Las respuestas a estas preguntas configurarán la futura universidad. Y aquellas universidades que sepan anticiparse a las respuestas se situarán en una posición privilegiada. Se puede ser conservador y reactivo, y esperar a ver qué pasa para ir a remolque de las universidades innovadoras y proactivas, pero esto es muy peligroso en una sociedad en la que “el ganador se lo lleva todo”.

En resumen, a la pregunta de si ¿es la universidad digital un concepto diferente de la universidad tradicional? , creemos firmemente que sí. Aunque aún no tenemos la respuesta a cómo será esa nueva universidad, seguimos buscándola y vamos a trabajar para hacerla realidad. Debemos pasar de la palabra a la acción. A ello vamos a dedicar las siguientes jornadas de este Seminario Bienal “La universidad digital”. ¿Nos acompañáis en este viaje?

La evolución futura del cerebro: aprendizaje y videojuegos

En primer lugar voy a justificar el título de esta entrada, que seguro que en una primera lectura parece “chocante” e incluso pretenciosa.

Como ya he comentado en una entrada anterior, estoy leyendo el libro Los dragones del Edén de Carl Sagan, subtitulado especulaciones sobre la evolución de la inteligencia humana, y cual ha sido mi sorpresa cuando en el penúltimo capítulo, titulado La evolución futura del cerebro, he encontrado argumentos para el tema al que estoy dedicando últimamente la mayor parte de mi tiempo, trabajo e investigación: los videojuegos y el aprendizaje.

También me ha llamado la atención, que precisamente para un tema que considero de rabiosa actualidad, haya encontrado justificación en un libro, que aunque esté leyendo ahora (2013) y compré (y empecé a leer) en 2006 (fecha en que apareció la edición de bolsillo), su primera versión en castellano es de 1993 y la versión original de 1977. Esto me ha recordado la entrada que escribí este verano en las reflexiones estivales a bote pronto y que titulé arqueología docente, en la que planteaba recuperar libros escritos hace años y entresacar ideas y fragmentos que permanezcan vigentes. En este caso hay que reconocer la enorme capacidad predictiva de Carl Sagan.

En 1997 los videojuegos eran algo realmente novedoso. Recordemos que el Pong pertenece a la primera generación de videoconsolas, y Sagan ya dice en el libro “existe ya un juego muy popular que simula, en el marco de una pantalla de televisión, el bote de una pelota perfectamente elástica entre dos superficies o demarcaciones. Cada jugador dispone de un mando que le permite interceptar la pelota con una “raqueta” móvil. Si aquél no intercepta la pelota suma un cierto número de puntos negativos. Se trata de un juego muy interesante y su práctica entraña el aprendizaje de la segunda ley de Newton sobre el movimiento lineal. Jugando al “tenis”, el sujeto obtiene un profundo conocimiento intuitivo de la más simple física newtoniana”. Resalto las palabras profundo conocimiento intuitivo. Y sigue diciendo: “Esta especie de acumulación de información es precisamente lo que llamamos juego, con lo que se nos revela la importante función que éste desempeña: la obtención, ajena a toda consideración de índole práctica, de una visión global del mundo que es a la vez complemento y preparación para ulteriores actividades de orden analítico. Los computadores permiten el juego y el recreo en medios que de otra manera serían completamente inaccesibles a la mayoría de estudiantes”. Destacar la definición de juego y su utilidad en el aprendizaje, complementando las actividades habitualmente etiquetadas como académicas.

Esta idea es afianzada en párrafos posteriores. “Ambos pasatiempos, el “tenis” y la “guerra en el espacio”, sugieren una elaboración gradual de diagramas computerizados, con lo que se obtiene un conocimiento experimental e intuitivo de las leyes de la física. Éstas se formulan casi siempre en términos analíticos y algebraicos, es decir, con intervención del hemisferio izquierdo. Por ejemplo, la segunda ley de Newton se escribiría F=M a, y la ley de gravitación F = G M m/r2. Estas representaciones analíticas son de extrema utilidad y es realmente notable que el universo esté concebido de tal forma que el movimiento de los objetos pueda definirse mediante leyes relativamente sencillas. Sin embargo, estas leyes no son más que abstracciones de la experiencia. En esencia, no pasan de ser simples ardides nemotécnicos para recordar con facilidad un gran número de casos que sería muy difícil retener uno por uno, por lo menos tal como el hemisferio izquierdo concibe la memoria. Los diagramas de computador proporcionan al físico o al biólogo un amplio campo de experiencias respecto de los casos recapitulados por las leyes de la naturaleza, pero tal vez su función más importante sea la de permitir al profano captar de manera intuitiva, aunque no por ello menos profunda, el contenido de las misma.” En la enseñanza debemos dirigirnos tanto a la parte izquierda como a la derecha del cerebro del aprendiz.

Y le augura al uso de la tecnología en la enseñanza un futuro prometedor e inimaginable. “La elaboración de nuevas vías para el aprendizaje mediante computadores interactivos no conoce otros límites que el grado de inventiva de los programadores, y en este terreno es muy difícil avanzar conclusiones”. Resalto la importancia de la interactividad en el aprendizaje: aprendizaje mediante computadores interactivos.

Pero evidentemente no todo son ventajas, ni todo lo antiguo es malo. “La única objeción de que tengo constancia acerca del uso generalizado de calculadoras de bolsillo y computadores de pequeño tamaño es la de que, si los niños aprenden a manejarlos a una edad temprana, no asimilan como es debido la aritmética, la trigonometría y otras operaciones matemáticas que la máquina está en condiciones de realizar con mayor rapidez y exactitud que el alumno”. Estoy de acuerdo con la objeción, hay ciertas actividades de aprendizaje (memorístico y algorítmico) que deben continuar haciéndose, pero sabiendo que su importancia no es tanto por sí, si no como ejercicio de la mente para mantenerla en forma.

En cualquier caso, no hay que alarmarse, la historia se repite una y otra vez. Comenta que “es esta una controversia que se ha suscitado ya en otras épocas” y trascribe un fragmento de Fedro de Platón sobre la crítica a la invención de la escritura (diálogo entre los dioses egipcios Toth y Amón):
“Tu hallazgo fomentará la desidia en el ánimo de los que estudian, porque no usarán de su memoria, sino que se confiarán por entero a la apariencia externa de los caracteres escritos y se olvidarán de sí mismos. Lo que tú has descubierto no es una ayuda para la memoria, sino para la rememorización, y lo que das a tus discípulos no es la verdad, sino un reflejo de ella. Serán oyentes de muchas cosas y no habrán aprendido nada; parecerán omniscientes, y por lo común ignorarán todo; será la suya una compañía tediosas porque revestirán la apariencia de hombres sabios sin serlo realmente.”

Esto sí que es verdadera arqueología docente. Quien me iba a decir a mi que defendería la bondad de los videojuegos en el aprendizaje utilizando un texto de Platón (370 a. C.).

Más reflexiones sobre los MOOC

El tema de los MOOC sigue acaparando las jornadas de innovación y educación y conforman conferencias inaugurales y talleres. Es más no hay evento relacionado con tecnología y educación que se precie que no trate este tema. Hay mucho escrito, pero acabo de leer dos entradas en blogs, que me han llegado a través de Miguel Zapata-Ros (gracias Miguel), y que me han resultado muy elocuentes. Las referencio y entresaco lo que más me ha llamado la atención.

La primera está escrita por el propio Miguel en su blog Redes Abiertas, y se titula “MOOCs ¿Ha llegado el momento para conocer lo que está pasando y reflexionar?“. Comparto su interés por los adaptativeMOOCs (interesante la taxonomía de Clark). Muy ilustrativo el concepto de “MOOCs de bazar chino”, es decir “MOOCs de bajo coste, que como casi todos carece de diseño instruccional (eso no es novedad), pero además impartidos por profesores noveles o meritorios, y con videos “busto-parlante” mirando de reojo a las diapositivas”. Y me hago su misma pregunta:
¿nadie va a decir nada sobre lo que está pasando?

La segunda es de Will Oremus y se titula “Forget MOOCs. Free online classes shouldn’t replace teachers and classrooms. They should make them better“. Y me gusta especialmente el juego de palabras y la definición de SPOCs, que aunque no es algo nuevo, va en la línea que siempre he defendido y que me gusta llamar aprendizaje mejorado con tecnología, convirtiendo a la tecnología en un gran aliado del profesor en sus clases, llevandolas más allá de las aulas y dejándole las manos libres para utilizar la presencialidad para actividades más interactivas, para plantear preguntas y para la crítica y el debate. Copio un fragmento del mismo:
“One of those experiments is what UC–Berkeley professor Armando Fox calls SPOCs—“small private online classes,” as opposed to massive open ones. The approach is also known, less acronymically, as “hybrid” or “blended learning.”
The basic idea is to use MOOC-style video lectures and other online features as course materials in actual, normal-size college classes. By assigning the lectures as homework, the instructors are free to spend the actual class period answering students’ questions, gauging what they have and haven’t absorbed, and then working with them on projects and assignments. In some cases the instructors also use some MOOC-style online assessments or even automated grading features. But in general they’re free to tailor the curriculum, pace, and grading system to their own liking and their own students’ needs.”

El profesor emprendedor

El profesor emprendedor
Faraón Llorens Largo
Departamento de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial
Universidad de Alicante
La firma invitada
Los Encuentros de Política Universitaria de Benicàssim

Dado que debemos formar en el emprendimiento a los titulados universitarios, no basta con unas horas dedicadas a ello. Deberán estar inmersos en un entorno en el que el emprendimiento sea la manera habitual de hacer las cosas. Como sabemos que los discursos son más fáciles que las acciones, los profesores debemos predicar con el ejemplo.

Primera aproximación a la definición de profesor emprendedor: “aquel profesor que utiliza innovaciones tecnológicas y las convierte en innovaciones educativas”.

Segunda aproximación a la definición de profesor emprendedor: “aquel profesor que con su trabajo diario y mediante el ejemplo impulsa la trasformación de la docencia universitaria, aunque en algunos momentos tenga que ir contracorriente”.

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Escarmentar de la experiencia

Esta es mi (pen)última entrada de este mes de agosto, y por tanto será una especie de reflexión final, que recoja e integre todas las ideas plasmadas en las entradas de este mes.

Escarmentar de la experiencia es el título que le puse al apartado de conclusiones del artículo “La tecnología como motor de la innovación educativa. Estrategia y política institucional de la Universidad de Alicante” ya que cuando lo estaba escribiendo oía la canción de Antonio Flores “No dudaría”. Hay quien a las conclusiones finales les llama “lecciones aprendidas”. A mi me gustó el término “escarmentar de la experiencia” ya que de alguna manera da a entender que deberíamos aprender de los errores, nuestros y de los demás, para no volver a cometerlos. Así que he decidido retomar este título y ponérselo a esta entrada resumen de las reflexiones estivales a bote pronto 2013.

La profesión de profesor se puede (y se debe aprender), pero también hay mucho de actitud, de forma de entender la educación, de saber cómo aprendemos las personas, para de esta manera buscar la mejor manera de enseñar. Hay que tener en cuenta que cada persona tenemos un estilo de aprendizaje, unos somos más visuales, otros más textuales, y además existen distintas dimensiones de la inteligencia (la cognitiva, la emocional, la intuitiva, la espacial…), que aunque debemos cuidarlas todas, cada persona tiene más desarrollada unas que otras. Además, bien concebida y diseñada, la enseñanza es una labor muy gratificante, tanto para el que enseña como para el que aprende, ya que al aprender nuestro cerebro nos recompensa, porque somos “homo sapiens” y lo llevamos en nuestros genes. Pero lo más triste del caso es que todo esto se sabe desde hace mucho tiempo. Hay distintas corrientes pedagógicas, metodologías desarrolladas, estudios sobre educación, que es conveniente que conozcamos los profesores para aprender de ellos al desarrollar nuestra labor. Pero lo bueno es que ahora gracias a las tecnologías de la información es más fácil llevar al aula estas teorías. Hacer realidad una enseñanza más personalizada y autónoma. Existen ecosistemas tecnológicos de aprendizaje, que integran distintas herramientas y plataformas que nos pueden ayudar al profesor en la labor de enseñar y a todos en el objetivo de aprender. Podemos además recoger todos los datos que generan estas herramientas tecnológicas y mediante técnicas de inteligencia artificial sacar información relevante que nos permita reconducir el proceso de aprendizaje, sin tener que esperar a la evaluación final, cuando ya poco se puede hacer. Disponemos de gran cantidad de recursos educativos digitales en abierto. De forma que el papel del profesor debe ir cambiando para no limitarse a la transmisión del conocimiento y ser más un director del proceso de aprendizaje del propio alumno, que al fin y al cabo es él el que debe aprender (no lo podemos hacer los profesores en su lugar). Y lo mejor del caso, para mi, es que estamos transitando un territorio inexplorado, con lo bueno y lo malo que tiene, pero que para la persona que tiene iniciativa, le gusta experimentar con cosas nuevas, que no le tiene miedo a la tecnología, pero que sí que tiene muy claros los principios educativos, son momentos muy apasionantes. Nuestros jóvenes son lo mejor que tenemos, el valor más preciado y por ello tenemos que invertir (no solamente dinero) en ellos.

¡Con la educación no se juega!

Innovación educativa de frontera

Este título tiene doble sentido. Por un lado la acepción frontera como de ciencia en el límite del conocimiento. Por otro lado la acepción de frontera como lugar de transición a tierras inexploradas, tipo salvaje oeste americano. Voy a explicar cómo se me ha ocurrido esto.

Hoy me he comprometido con mi hijo Diego en llevarle a ver la película “El Llanero Solitario”. Y ello me ha hecho pensar en la entrada que ahora voy a escribir. Mi generación crecimos con las películas del oeste y jugando a indios y vaqueros. Una de las series de esa época y temática fue la del llanero solitario, personaje que, junto a su inseparable compañero el indio Toro, cabalgaba a lomos Silver, su caballo blanco, para enmendar injusticias. El Llanero Solitario me trae a la mente el Salvaje Oeste y el tipo de vida en la frontera. Son los tiempos de los pioneros y las personas con iniciativa, de las grandes aventuras y de los riesgos asociados, del inicio de las grandes fortunas pero también de las grandes frustraciones. En la literatura especializada en innovación educativa basada en tecnología se llama llanero solitario al profesor que a nivel individual aplica iniciativas docentes innovadoras en sus clases, independientemente y más allá del apoyo institucional. La primera vez que vi (leí) este término utilizado en este sentido fue en el libro de Tony Bates “Cómo gestionar el cambio tecnológico. Estrategias para los responsables de centros universitarios” (2001). En el tema de la innovación educativa utilizando tecnología nos encontramos en una situación similar a la descrita para el salvaje oeste, en la frontera como tránsito entre dos culturas, en una transición entre un mundo analógico y el nuevo mundo digital que se nos abre, y en el que la reglas y las normas de comportamiento aún no están claras, ya que se están definiendo “sobre la marcha”. Pero no hay que caer en la tentación de pensar que en la frontera todo vale, y que por tanto cada uno puede hacer lo que le venga en gana (lo que se dice “hacer la guerra por su cuenta”). Otro error en el que no debemos caer es en pensar que el hombre blanco que va a colonizar los nuevos territorios (léase el profesor) puede despreciar al indio nativo de estos territorios (léase los estudiantes, nativos digitales).Tuvo que pasar mucho tiempo (y ya era mayor por entonces) para ver una película (Bailando con lobos) que trataba a los indios de manera diferente, como personas con su cultura y sus ideas y que de pronto se vieron ”atropellados” en su propia casa por extraños con extrañas costumbres, y algunos de ellos con malas intenciones. En mi opinión, la innovación educativa, cuyo motor actual son las tecnologías de la información, está viviendo tiempos de frontera, en los que debemos apoyar a los pioneros que van explorando los nuevos territorios, pero que no siempre tienen porque ser tierras mejores. Como ya comenté en la entrada “Los MOOC ¿son una moda o un cisne negro?”, me sorprendió (y me alegró) mucho que de más de una hora de conversación con Sonia, haya destacado el tema del no dejarse impresionar por la novedad y enviar exploradores. La apuesta por la innovación educativa en las universidades es una apuesta a largo plazo. Y para ganar la guerra algunas veces hay que perder alguna batalla y sobretodo no hay que intentar conquistar todos los territorios. Seleccionar dónde invertir los esfuerzos es básico para una política universitaria correcta. Uno de los primeros libros que me compré, y por supuesto leí, al acceder a mi primer cargo directivo universitario fue el “Arte de la guerra” de Sun Tzu.

El otro sentido de la expresión innovación educativa de frontera tendría en cuenta el término frontera tan de moda actualmente: en la frontera del conocimiento. ¡Qué bien suena! Y así surgen premios y webs con este título. Pero ¿qué significa? En mi opinión creo que con ello se quiere significar el avance del conocimiento, representado visualmente como un territorio que linda con la ignorancia y el desconocimiento, con fronteras que se van moviendo entre lo que es conocido y lo que no, en cada momento. De esta manera las fronteras del conocimiento no desaparecen nunca, y los investigadores deben moverse en estos territorios inhóspitos de la frontera. Y los verdaderos avances se dan cuando se juntan investigadores de distintos campos y comparten sus ideas. La transferencia de soluciones e ideas de un ámbito a otro suele aportar la mayoría de las innovaciones. En este sentido, que trabajen conjuntamente pedagogos y tecnólogos, junto con los profesores, especialistas de cada campo, traerá consigo las mejores innovaciones educativas aplicadas al aula.

Otra paradoja del profesor: hacerse prescindible

Están en casa mi cuñado con mis sobrinas. Y esta mañana hemos dedicado nuestro par de horas al estudio y repaso veraniego. Como siempre Berta y Diego supervisados por mi, mientras iba haciendo otras cosas, y mis sobrinas bajo el control de mi cuñado sentado a su lado. Viendo nuestro comportamiento, se me ha ocurrido esta entrada.
En cualquier trabajo, el objetivo de una persona es hacerse imprescindible, para su jefe o para sus clientes, de forma que se asegure su trabajo (que no le despidan, que vuelvan a comprarle a él…). Por el contrario, un buen profesor debe trabajar con sus estudiantes para, poco a poco, hacerse prescindible, y que ellos aprendan por sí mismos. No para tener que estar siempre a su lado. Un profesor sabe que únicamente están a su disposición por un tiempo limitado (un curso académico). Al año siguiente vendrán otros, pero esos estudiantes ya deberán, en lo relacionado con su materia, funcionar solos. Por un lado esto hace que los profesores tengan una sensación constante de vuelta a empezar (de estar atrapados en el tiempo). Pero esa misma limitación le debe hacer reflexionar, y en lugar de querer influir únicamente en el tiempo que pasan juntos, pensar que es más efectivo dejar una huella que perdure y que se extienda más allá del tiempo que compartieron en el aula. Retornando al principio, si se acostumbran a trabajar únicamente cuando les estás mirando, cuando dejes de hacerlo, dejarán de trabajar. Si conseguimos que acudan a ti únicamente cuando tienen dudas y les damos autonomía, trabajaran incluso cuando no estemos delante. Evidentemente esto debe hacerse progresivamente.
En cierta ocasión me contaron algo que nunca he olvidado. En relación a nuestros hijos, los padres tenemos que perseguir tres objetivos. Uno: que puedan volar libres. Dos: que quieran volar libres. Y tres: que cuando vuelen libres nos lleven en el corazón. Esto es directamente trasladable a la labor de un profesor. El primer aspecto parece ser el que tenemos más claro, y para ello les preparamos para que se enfrenten a su futuro y puedan desempeñar una profesión y ganarse la vida. El segundo no lo tenemos tanto en cuenta, pero ya empezamos a hablar de emprendurismo en la universidad, no únicamente haciendo referencia a montar una empresa, sino en el sentido más amplio de tener iniciativa y valerse por sí mismos. Y el tercer aspecto está muy relacionado con lo que no me cansaré de defender: que el aprendizaje es una de las tareas más gratificantes que existen (el cerebro nos recompensa por ello) y no entiendo como podemos hacer que los estudiantes se aburran. Por supuesto que hace falta esfuerzo y constancia (pensemos en el deporte), pero tampoco podemos olvidar que debe ser una experiencia gratificante y que queramos repetir (la repetición es otra de las claves del aprendizaje).
Nuestro sino es que para nuestros estudiantes llegue un momento en que no nos necesiten, en que seamos totalmente prescindibles, y por y para ello debemos trabajar día tras día, para que nos abandonen. Si lo hacemos bien, volverán a nosotros porque somos un referente para ellos y nos llevan en el corazón.