Mi experiencia con la IA generativa en mis clases de lógica: útil pero no fiable
Faraón Llorens Largo, Universidad de Alicante.
La Inteligencia Artificial y su aplicación en la práctica profesional
Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Alicante
Docentes y Profesionales de la Cultura
www.cdlalicante.org
Boletín Edición Alicante
2º semestre 2024, nº 44
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La IA generativa
Desde la aparición de ChatGPT en noviembre de 2022, la IA generativa ha captado la atención de todos, especialmente en el ámbito educativo, que está siendo convulsionado. La capacidad de crear (generar) textos nuevos, basados en todos los que ha leído (con los que ha sido entrenada), pero distinto a todos ellos, pone en solfa los trabajos académicos que nuestros estudiantes nos entregan. La evaluación académica basada en productos entregables se sustenta en dos pilares: la calidad del trabajo presentado y su autoría. Esta doble componente se hizo evidente durante la pandemia, en la que perdimos la seguridad sobre la autoría de los trabajos realizados.
Ahora, la IA generativa desafía la autenticidad de todo. ¡Ya no podemos estar seguros ni de lo que vemos!
Para ilustrar el impacto de la IA generativa en el entorno educativo, me centraré en algunos experimentos que he realizado en mi asignatura de Lógica, en el primer curso del Grado en Ingeniería en Inteligencia Artificial.
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Poniendo en valor las preguntas y el diálogo
Considerar que ChatGPT lo sabe todo es no solo un error, sino también una actitud peligrosa y temeraria. Sin embargo, como herramienta, la IA generativa es extremadamente potente. Utilizar estos sistemas para corregir automáticamente ejercicios académicos no resulta recomendable, ya que la precisión y la claridad de las respuestas dependen en gran medida de cómo se plantean las preguntas. De ahí surge un nuevo perfil: la ingeniería de prompts.
Pero una de las aplicaciones más interesantes en el ámbito educativo es emplear la IA generativa como un medio para fomentar la interacción y el pensamiento crítico. En lugar de tomar sus respuestas como verdades absolutas, debemos utilizarlas como punto de partida para entablar un diálogo reflexivo sobre el tema en cuestión. Asumir la IA como un oráculo infalible es un grave error. Utilizarla como compañera de discusión siguiendo el método socrático puede ser seductor.
Estas consideraciones nos llevan a reflexionar sobre la evaluación del aprendizaje de nuestros estudiantes, sugiriendo que debemos transitar de una evaluación centrada en productos finales y respuestas correctas hacia una evaluación basada en el proceso y caracterizada por la capacidad de hacerse preguntas.