Esta mañana he estado en la presentación de UniMOOC Aemprende en mi Universidad. Me parece una excelente idea (ya he escrito en el blog antes sobre este proyecto y felicitado a su ideólogo Andrés Pedreño), pero tras las intervenciones en la presentación y conduciendo el coche mientras volvía a mi casa me han surgido un par de preguntas. Tengo clara la apuesta por los MOOC, son una tendencia y no una moda pasajera, y me parece una verdadera innovación disruptiva en la innovación educativa (que tan necesitados estamos) que transformará el mundo del aprendizaje y reinventará la educación superior.
Para que no hay duda de mi apoyo a estos proyectos, copio aquí un párrafo que acabo de escribir en el Informe Tendencias Universidad. En pos de la educación activa de la Cátedra UNESCO de Gestión y Política Universitaria de la UPM que en breve verá la luz:
“Lo anterior tiene su relevancia en la clave de estos tiempos, que combinan estos tres términos: aprendizaje (learnnig), abierto (open) y digital (e). Como muestra de ello están proyectos educativos como los Recursos Educativos Abiertos (OER en sus siglas en inglés – Open Educational Resources), es decir, la provisión de materiales y contenidos educativos ofrecidos de manera libre y con licencias abiertas (tipo creative commons), con propuestas tan interesantes como los OCW (OpenCourseWare) o los repositorios universitarios. Otra propuesta actual son los MOOC (Massive Open Online Courses), evolución de la educación a distancia, basada en la tecnología y en formato abierto, con una participación masiva a escala global. De esta filosofía forman parte apuestas tan arriesgadas, y que se están demostrando exitosas, como Coursera, Udacity, edX o la propuesta española de UniMOOC.
Estos proyectos generan beneficios como la formación abierta y continua, el estímulo al aprendizaje a lo largo de la vida, el aprendizaje informal, la utilización de metodologías activas, la participación de los alumnos en la construcción del conocimiento, la incorporación de innovaciones a la tarea educativa, los modelos de enseñanza entre pares y el aumento de la visibilidad de los profesores y de las instituciones participantes. Una de las tendencias que marcan las tecnologías es la desintermediación, difuminándose el modelo tradicional de profesor-alumno y abriendo al estudiante nuevos caminos para el diseño de su aprendizaje. El futuro debe ser construido integrando los mejores logros del pasado con las nuevas iniciativas. La diversidad de los métodos educativos es la respuesta certera.”
Dicho esto aquí van un par de preguntas que reflejan mi contradicción (paradoja) y dudas (paranoia):
- Los MOOC que han surgido en las universidades, ¿serán el fin de las mismas?
- Los MOOC que reivindican la democratización de la educación, ¿acabará favoreciendo a una élite de profesores y acabando con la mayoría?
Voy a intentar responder, de forma positiva, a ambas preguntas y a argumentar de dónde surgen mis “neuras”.
Soy un acérrimo defensor de la educación abierta y la difusión del conocimiento de forma libre. De que las ideas cuando se comparte crecen y se enriquecen. Y como profesor de una universidad pública difundo en abierto todo el trabajo que hago (basta mirar este blog para acceder a todas las charlas que imparto y a las presentaciones de las clases que doy y en RUA se puede acceder a mis trabajos de investigación). Pero seamos realistas, esto lo hago porque tengo un sueldo fijo como profesor universitario. Sueldo soportado mayoritariamente con fondos públicos (y en una parte por las matriculas que pagan los estudiantes de la Universidad de Alicante). Y por tanto creo que es mi obligación devolver a la sociedad lo que está invirtiendo en mi. Pero ¿qué haría si no tuviera este trabajo?
Está claro que los MOOC comportan un nuevo modelo de negocio para las universidades. Pero al poder acceder de forma global a los cursos, ¿la “selección natural” hará que únicamente sobrevivan los mejores? ¿estaremos creando una élite de profesores y haciendo desaparecer la “clase media” de profesores/cursos? Me parece bien que los malos profesores se caigan con el cambio, pero el status de la clase media es un indicador de la calidad y la estabilidad de un modelo. Veamos el ejemplo del futbol, por si nos va a ocurrir a la universidad lo mismo. Existen los “galácticos” que cobran cantidades obscenas y escandalosas, a los que todos siguen (Cristiano Ronaldo, Messi, …), pero los domingos al campo del “Collao” (el campo de fútbol de mi equipo el C. D. Alcoyano) no sube “ni dios”. Está claro que me gustaría recibir clases de Messi, pero esto está acabando con los futbolistas profesionales medios (os recuerdo que los tres equipos de futbol grandes de mi Comunidad Autónoma van a ser rescatados con fondos públicos). Si puedo ver gratis (jejeje, eso es lo que nos creemos) por la tele sentado cómodamente en el sofá de mi casa con una cerveza (en el campo no puedo consumir alcohol) el partido del Real Madrid – Barça, ¿voy a pagar y pasar frio en el campo de futbol de mi equipo local? Y esto ¿es bueno? ¿es sostenible? No tengo respuesta (de ahí el título de la entrada al blog: paradoja y paranoia).
Pero tengo claro que hay que apostar por los MOOC y estar pendientes de lo que está cociéndose. Las experiencias de MOOC que más me gustan están basadas en un modelo que podríamos llamar mixto. Los cursos online coindicen, en contenido y en el tiempo, con los cursos presenciales. De esta manera los estudiantes presenciales se convierten en tutores de los alumnos online. Y esto me parece muy interesante, tanto para los estudiantes presenciales como los a distancia. Experiencias como los MOOC harán que la universidad se reinvente y la educación se replantee. Pero no podemos matar ni dejar morir a la universidad pública.