Pedagogía universitaria y e-learning
Del 23 de febrero al 1 de abril de 2015
Experto Universitario en Formación Online
Universitat Politècnica de València
http://poliformat.upv.es
Faraón Llorens
Tarea 1. Detectar problemas y deficiencias en la docencia universitaria
T1.1. Cada alumno debe enumerar los tres principales problemas/deficiencias que considera tiene la docencia universitaria. Una etiqueta (máximo de tres términos) y una breve descripción (máximo tres líneas).
Fecha inicio: 27 febrero.
Fecha entrega: hasta el 3 de marzo.
T1.2. El profesor ha recogido todos los problemas planteados, creando una lista. Habéis realizado la tarea 22 de vosotros, lo que hace un total de 66 problemas/deficiencias propuestos. Como algunos han sido comunes, los he agrupado quedando finalmente una lista de 30, menos de la mitad. Esto significa que habéis coincidido en bastantes deficiencias. Pero aún así, hemos obtenido 30, lo que significa que los problemas en la docencia universitaria son muchos y variados. En una primera clasificación, encontramos 7 relacionados con las políticas educativas, 7 con el modelo educativo, 6 con la organización y los planes de estudio, 5 con los profesores y 5 con los estudiantes. Estos son algunos de los problemas, pero seguro que existen muchos más. Y evidentemente todos son importantes, pero no se pueden abordar todos a la vez. Imaginad que tenéis que preparar un proyecto de mejora de la docencia universitaria y que debéis focalizarlo en cinco déficit actuales. Y que queréis obtener el mayor impacto posible sobre la mejora docente ¿Cuáles empezarías a abordar? Cada alumno del curso disponéis de 5 puntos, para asignar a los cinco problemas de la lista que en vuestra opinión son los más importantes. Se ha preparado un sondeo para recoger vuestras votaciones.
Fecha inicio: 5 de marzo.
Fecha de entrega: hasta el 9 de marzo.
Con las puntuaciones obtenidas el profesor generará un ranking y una nube de etiquetas.
Lista obtenida:
POLÍTICAS
1. Infravaloración de la docencia: Actualmente la labor docente no tiene ningún reconocimiento a nivel institucional, ni a la hora de promocionar al profesorado. La acreditación valora muy poco la docencia y mucho la investigación por lo que el esfuerzo en mejorar la docencia es casi baldío comparado con el esfuerzo que se pueda dedicar a la investigación y el beneficio que se obtiene. Eso lleva a que muchos docentes consideren una pérdida de tiempo el realizar tareas de innovación y mejora educativa. Se decía que era difícil medir la calidad y el esfuerzo en la docencia universitaria. Ahora, ya a nivel institucional, se nos dice definitivamente que lo único que vale es la investigación. Mejorar la docencia se convierte únicamente en una cuestión de amor al arte y pura vocación. La renovación de las pautas docentes, la investigación en este campo, etc., se limita al interés personal del profesor. Si queremos que el profesorado se involucre más en la docencia y no sea sólo una obligación a la que dedicar el menor tiempo posible, ha de ser valorada.
2. Escasa consideración al profesorado: Poca consideración por parte de la administración del papel del profesorado. No se da la importancia por parte de la administración de la misión del profesorado universitario y lo que puede influir en conseguir un país basado en la I+D que pueda generar los mejores profesionales para el crecimiento del país.
3. Inestabilidad: Cambio continuo de los planes de estudio, de la carrera docente, decisiones políticas polémicas y no consensuadas en educación… En un entorno volátil es difícil planificar algo de modo eficiente, proporcionado una visión borrosa hacia alumnos y personal docente y sin que se dé el tiempo necesario para evaluar los resultados del cambio propuesto con anterioridad. Un pacto educativo entre las principales fuerzas políticas pondría un poco de racionalidad en estos temas.
4. Problemas de adaptación al EEES: El cambio de las estructuras organizativas y funcionales desde el actual sistema educativo al nuevo EEES, requiere de una adaptación gradual para introducir, por ejemplo, las Competencias Transversales en todo el sistema educativo. Esto va a requerir un cambio de mentalidad profundo sobre lo que debe ser la universidad de hoy en día. En la UPV este proceso no ha hecho más que empezar, y ya se han evidenciado las resistencias del sistema al mismo.
5. Resistencia estructura docente: Las estructuras organizativas y de docencia de las escuelas, departamentos y, sobre todo, del profesorado, todavía no han asimilado en su totalidad el nuevo paradigma de la educación colaborativa y el uso de nuevas tecnologías. Todavía existe un mentalidad muy arraigada en la enseñanza tradicional, de aprendizaje superficial y basada en la lección magistral en aula. Se va a necesitar tiempo y esfuerzo para que la inercia docente de muchos años evolucione hacia un nuevo marco de enseñanza colaborativa y aprendizaje profundo.
6. Dependencia económica de la universidad: Mientras el número de alumnos sea el único parámetro para conceder créditos, grupos en los grados y no se tenga en cuenta la calidad de la enseñanza, y de verdad se empiecen a evaluar las competencias de nuestros alumnos, creo sinceramente que la docencia estará estancada, eso si, utilizando las últimas tecnologías.
7. Poca inversión pública en investigación: La inversión en investigación ha sido relegada a un tercer plano, haciendo que se produzca una gran fuga de investigadores al exterior y provocando que eso afecte a la docencia.
ORGANIZACIÓN-PLANES DE ESTUDIO
8. Tamaño excesivo de los grupos: Para poder utilizar metodologías activas y prestar una atención individualizada adecuada a cada alumno, el tamaño de los grupos debe ser reducido. Los grupos muy numerosos dificultan el seguimiento del aprendizaje del alumno. En grupos grandes se puede hacer pero el efecto es mucho menor y puede exceder a las capacidades del docente. En general, los grupos son demasiado grandes, lo que imposibilita la realización de ciertas tareas en clase supervisadas por el profesor. Si hay alguno que no está haciendo nada durante la actividad, no puede controlarlo. Aulas masificadas que promueven el anonimato, dificultan la relación profesor-estudiante y el seguimiento del trabajo del alumno, así como la necesaria retro-alimentación en su proceso de aprendizaje. Los estudiantes se encuentran a su llegada a la Universidad con un escenario que no les resulta familiar.
9. Coordinación asignaturas: Con el cambio de sistema educativo/evaluativo derivado de la implantación de los planes Bolonia, los alumnos ya no hacen exámenes, sólo acumulan tareas. El problema no es el tipo de actividad (tarea vs examen) sino el exceso de tareas planteadas en todas las asignaturas. Existe una solución sencilla: coordinación de tareas entre las distintas asignaturas. Existe una falta de coordinación entre asignaturas de una misma titulación, estando muy desconectadas las unas con las otras. Faltan herramientas “oficiales” que ayuden a integrarlo todo. El individualismo del profesor universitario (y también de los españoles?), hace que, aunque en general los profesores universitarios son muy buenos trabajando solos, cuesta que colaboren entre ellos, quizá no mucho dentro de una asignatura, pero sí entre varias asignaturas. ¿Cómo se pueden entonces coordinar?
10. Escasez de tiempo: Las horas asignadas a cada asignatura, muchas veces son insuficientes. La falta de tiempo, impide abordar ciertos temas mediante actividades dirigidas en clase.
11. Conocimientos previos: En ocasiones nos encontramos con problemas de base. Antes de iniciar la asignatura los alumnos presentan un nivel muy bajo relacionado con ciertas competencias, a menudo de las denominadas básicas o transversales. Actualmente es altamente probable encontrar alumnos que llegan a la universidad sin capacidades y conocimientos básicos fundamentales (baja comprensión lectora…). En mi opinión, este déficit procede de la enseñanza preuniversitaria.
12. Coherencia de temarios y planes de estudios: La mayoría de los planes de estudios de las universidades son el reflejo del poder que tienen ciertos departamentos en la universidad más que el reflejo de una reflexión profunda de lo que los alumnos necesitan y de la colaboración interdepartamental. Por ello no suelen ser coherentes y no hay coordinación entre los temarios que se imparten. A veces los alumnos comentan que algunos contenidos se repiten entre asignaturas y otros no llegan a darse durante la carrera. Esto no es solo en la UPV sino en la UV y otras con las que he tenido ocasión de hablar con alumnos.
13. Conexión con la sociedad: En muchas ocasiones, en titulaciones técnicas, veo planes de estudio y contenidos de materias obsoletos, poco conectados con la realidad profesional. Relacionado con este mismo problema, considero que hay un exceso de titulaciones universitarias sin atribuciones profesionales concretas. Exceso de teoría y desconexión del mundo real y de la actividad profesional.
MODELO EDUCATIVO
14. Demasiada burocratización: Parece que vamos cambiando el modelo y las metodologías docentes a golpe de modas (ahora toca competencias transversales, luego flip teaching, moocs,…). Hay un afán por parte de la administración (de la UPV, en este caso) para que esté todo bonito y justificado en los papeles, sin importar demasiado si las cosas funcionan realmente en el aula.
15. Enseñanza basada en el saber y capacidades caducas: La educación hispana está muy centrada en la capacidad cognitiva del alumno y sobre todo en la sabiduría del alumno. Muchas pruebas de evaluación ponen énfasis en el conocimiento del alumno. La educación anglosajona pone algo más de énfasis en la resolución de problemas, es decir en la utilización de los conocimientos. Con el advenimiento de Internet y la cantidad de información presente y disponible universalmente, la enseñanza debería poner también énfasis en los caminos al saber, es decir, las fuentes y las maneras de encontrar el conocimiento necesario para aplicarlo. Las nuevas tecnologías están generando una sociedad con poca capacidad de memorizar, casi sin capacidad de mantener la atención un tiempo continuo, pero en cambio los individuos tienen mucha más capacidad de inventar, de adaptarse, de generar nuevas ideas. Los profesores no estamos acostumbrados a estas nuevas competencias, sino que seguimos valorando las primeras.
16. Educación en valores: La educación en valores brilla por su ausencia. La universidad es la fuente de la que se nutren muchos de nuestros futuros políticos, empresarios, etc. Por ello, creo que uno de sus objetivos debería ser su implicación en la educación en valores de los alumnos. No se debería considerar una banalidad ni algo que deban hacer otros.
17. Metodologías centradas en el profesor: Salvo algunas excepciones, se siguen utilizando metodologías de enseñanza-aprendizaje que conceden excesivo protagonismo al profesor, al estudiante no se le anima a participar y, en el caso de que lo haga, no se le valora.
18. Evaluación: Problemas de evaluación formativa en los planes actuales (muchos alumnos, muchas tareas que corregir). Es necesario comprobar que se evalúan todos los objetivos de la planificación y dar indicaciones a los alumnos para mejorar sus resultados.
19. Medidas de Calidad: No hay unos estándares de medida ni un control para valorar la docencia excelente ¿porque una docente imparte una buena docencia? Las encuestas de los alumnos pueden dar una visión no real, además de que es solo una medida.
20. Universidad digital (equipamiento tecnológico): Pienso que hay muchos medios tecnológicos que bien usados podrían llevar a que los alumnos estuvieran más motivados y que su participación en la docencia fuera mayor, y que, probablemente por motivos económicos, no se desarrollan o no se ponen en marcha.
PROFESORES
21. Desmotivación del profesorado: Debido a la situación actual (económica, de promoción, actitud de algunos alumnos…), hay muchos profesores que no desarrollan su actividad con la suficiente “profesionalidad” porque no están motivados y eso hace que la docencia universitaria no sea todo lo buena que debería ser. La dependencia del número de egresados con la “calidad de la enseñanza” y que recaiga todo el peso del aprendizaje del alumno en el docente. El firmar un contrato-programa con el número de alumnos que “aprobarán” la asignatura te plantea la siguiente cuestión ¿quieren que apruebe ese número de alumnos independientemente de que hayan alcanzado las competencias?
22. Formación pedagógica del profesorado: La mayoría de los profesores universitarios no pasamos por ningún curso en el que se nos enseñe algo de pedagogía en la Universidad. Falta de recursos dedicados a la formación pedagógica del profesorado universitario. A pesar de todos los esfuerzos que se hacen creo que falta formación pedagógica en los profesores universitarios. Los cursos son voluntarios por lo que la mayoría de los profesores no los hacen.
23. Formación tecnológica del profesorado: El profesorado universitario no está acostumbrado mayoritariamente a las nuevas metodologías, porque no las comprende y porque le supone un salto generacional muy grande. Los nuevos nativos digitales han nacido con la tecnología bajo del brazo, en cambio, al profesorado en general le cuesta adaptarse a estos cambios e incluso en algunos casos, hasta los rechazan.
24. Falta investigación docente: No se valora el que realicemos investigación relacionada con la docencia.
25. Precariedad: Gran proporción de contratos temporales y sin perspectivas lo que desmotiva a mejorar en la docencia e innovar.
ESTUDIANTES
26. Heterogeneidad en la formación previa de los estudiantes: Hoy en día accede a la universidad un alumnado muy diverso y con distintos niveles. Sus conocimientos previos son inadecuados o nulos, en algunas materias, lo que provoca la dificultad de adaptación y del seguimiento del ritmo normal de las clases. Algunos proceden de Bachiller, otros de FP y otros son mayores de 45 años. La formación que han recibido cada uno de ellos es muy distinta, por lo que algunos podrían ir más rápido en ciertos aspectos mientras que otros necesitan más refuerzo en ciertas áreas. Diferencia de niveles de los estudiantes. Enseñanza a una sola velocidad.
27. Desmotivación y actitud del alumnado: Hay alumnos que tienen mucho interés y que participan en el desarrollo de la docencia, pero hay muchos que vienen a cumplir un expediente y no ponen el interés necesario para poder llevar a cabo una docencia con las suficientes garantías para tener una buena preparación una vez finalizado los estudios. Muchos de los alumnos con que nos encontramos, a pesar de lo que nos esforzamos a la hora de plantear las tareas (objetos de aprendizaje, screencast, videos docentes….), carecen de motivación para llevar a cabo la mayoría de las mismas, quizás por la gran cantidad de facilidades que les ofrecemos para recuperarlas, quizás porque el contenido de las tareas no sea suficientemente atractivo, quizás por el negro futuro que les espera cuando terminen la carrera… Con la llegada de los medios basados en internet y la conexión no simultánea, es clave la motivación de los alumnos. Con las nuevas metodologías los alumnos pasan a tener un rol activo, deben querer aprender. La falta de interés por aprender, viene acompañada de preguntas como “para que estudiamos esto”, “¿esto me va a servir?” Si en la enseñanza presencial tradicional, la motivación queda en segundo plano ante la ‘obligación’ que supone la asistencia y la necesidad de entendimiento simultáneamente cuando el profesor da la clase. En la enseñanza online es fundamental y una posible forma de conseguirla es trasladar responsabilidad de aprendizaje a través de tareas, problemas etc. que le supongan un reto y su consecución una recompensa no solo inmediatamente académica sino también en su CV y sus expectativas de trabajo. En todos los niveles educativos de la enseñanza en España esta competencia ha sido poco desarrollada y por lo tanto los alumnos cuando llegan a la Universidad siguen siendo elementos pasivos y siguen esperando a que el profesor les indique que deben aprender. Para que la educación sea buena, ambas partes deben compartir el mismo fin. Es importante captar la atención de los alumnos en clases numerosas y estimular la reflexión de los alumnos de los contenidos vistos y plantear el contenido de la asignatura de modo que despierte el interés de los alumnos, lo cual es difícil en ocasiones. No tienen una motivación clara ni un objetivo por el que quieran sacar partido al periodo de estudiante y las materias de su carrera. No asumen con responsabilidad su carrera, esperan que se lo den todo hecho.
28. Absentismo del alumnado: Muchas veces, los alumnos dejan de ir a clase. ¿Cuál es el motivo? Quizás es que disponen del material (transparencias, problemas resueltos,…) de la asignatura en las plataformas y piensan que con eso es suficiente. Muchos de ellos, dejan de asistir a clase si no se trata de sesiones obligatorias.
29. Resistencia al cambio del estudiante: Se ha evidenciado que los estudiantes universitarios, acostumbrados a la aplicación de la ley del mínimo esfuerzo, ofrecen una resistencia al cambio en su método de trabajo, de forma que lleguen a adaptarse a una metodología de enseñanza más colaborativa, donde el trabajo en grupo y, sobre todo no presencial, constituye un aspecto clave en la aplicación real del EEES. Se va a necesitar tiempo y esfuerzo por parte del profesorado para tratar de conducir al alumnado hacia este tipo de paradigma en la educación superior.
30. Bajo rendimiento académico: Por distintos motivos, algunos expuestos en esta lista, muchos son los alumnos que no alcanzan los niveles mínimos para superar las asignaturas. Es verdad que con la llegada del Espacio Europeo de Educación Superior los rendimientos han mejorado notablemente, pero aún así y todo, siguen siendo bajos.
[…] Aquí está la lista del curso anterior, por si se quiren hacer comparaciones: https://blogs.ua.es/faraonllorens/2015/03/04/pedagogia-universitaria-y-e-learning-detectar-problemas-… […]
[…] Se puede ver el listado en https://blogs.ua.es/faraonllorens/2015/03/04/pedagogia-universitaria-y-e-learning-detectar-problemas-… […]