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Tendencias TIC para el apoyo a la Docencia Universitaria (Introducción)

Tendencias TIC para el apoyo a la Docencia Universitaria
UNIVERSITIC 2012
Serie Tendencias TIC
Comisión Sectorial de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (CRUE-TIC)
Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE)

También disponible en RUA (Repositorio Institucional de la Universidad de Alicante):
http://hdl.handle.net/10045/24789

INTRODUCCIÓN
Faraón Llorens
Secretario Ejecutivo de la Comisión Sectorial TIC de la CRUE y Vicerrector de Tecnología e Innovación Educativa de la Universidad de Alicante

Vayan por delante dos ideas que fundamentan todas las argumentaciones posteriores:

  • No debemos hablar únicamente de nuevos recursos educativos sino de un entorno educativo tecnológicamente enriquecido.
  • Primero tendremos que definir el modelo educativo y posteriormente elegir la tecnología que nos puede ayudar en esa tarea.

La tecnología no es incumbencia exclusiva de los tecnólogos. Estos desarrollan las herramientas pero el verdadero sentido se adquiere con su uso. Las tendencias tecnológicas que ya están aquí, la accesibilidad y la ubicuidad, la convergencia de dispositivos, la computación en la nube, las nuevas interfaces de acceso a la información en función del contexto (el perfil del usuario y su geolocalización) y el cambio de paradigma de la propiedad intelectual, indiscutiblemente aportan múltiples beneficios. Pero los distintos actores universitarios con su uso adecuado deben extraerle su jugo. Las universidades deben combinar lo existente con lo nuevo, equilibrar la clásica torre de marfil con el bullicioso bazar de la educación abierta. Los equipos directivos diseñando políticas institucionales claras, sostenibles y compartidas tiene que conseguir implicar a toda la comunidad universitaria. Los tecnólogos deben asumir los principios de simplicidad, invisibilidad, facilidad de uso y sensación de integración. Y los especialistas en educación deben facilitar indicadores y estudios que nos permitan medir el impacto de estas tecnologías en la docencia.
Posiblemente hoy en día, en gran parte por el uso de las tecnologías digitales, los avances científicos más importantes se están produciendo en el terreno de la neurociencia, de forma que cada vez conocemos mejor cómo funciona el cerebro humano y su capacidad de aprender. Y la aplicación de esos conocimientos nos debe permitir avanzar en la gratificante labor de enseñar, ya que no existe enseñanza si no hay alguien que aprenda. El aprendizaje es una actividad vital del individuo y el modelo de aprendizaje debe sustentarse en el papel activo del aprendiz en un entorno colaborativo de interacción con otros. Además, en el mundo actual, en constante evolución y cambio, que podíamos etiquetar con versiones, es imprescindible asumir una espiral continua de aprendizaje, desaprendizaje y reaprendizaje, y esto sólo es posible si preparamos a nuestros titulados para asumir un aprendizaje autónomo y a lo largo de la vida. Y en todo esto, las tecnologías de la información son nuestras mejores aliadas.
Es por ello que me gusta utilizar el término “aprendizaje mejorado con tecnología”, en el que el foco está en el aprendizaje y la tecnología es un valor añadido de mejora. No se trata tanto de centrar el aprendizaje en una herramienta tecnológica como de proporcionar una diversidad que facilite y permita que cada profesor encuentre y cree un entorno de aprendizaje que se adapte a su forma de enseñar. Por eso suelo referirme a un ecosistema tecnológico de aprendizaje. Generar recursos educativos ricos, que aprovechen todos los sentidos, y líquidos, para que se adapten a distintos contextos y soportes, y difundirlos en distintos portales y plataformas es relativamente sencillo en estos momentos. Debemos repensar y ampliar el concepto de aula, concibiéndola como esos nuevos espacios educativos, que no tienen paredes físicas (en cualquier lugar y momento) y que en otros casos son paredes trasparentes (en acceso abierto) que nos permiten ver lo que ocurre dentro, y que incorporan tanto los espacios personales de aprendizaje como los institucionales de enseñanza. Y en esta nueva ágora digital, la interacción debe ser la clave.
En fin, debemos evolucionar de las TIC a las TAC, dejando de centrarnos en los medios (la información y la comunicación) y poniendo el énfasis en el objetivo a alcanzar (el aprendizaje y el conocimiento). En estos momentos somos incapaces de predecir cómo será la docencia universitaria en el futuro y cómo cambiará con el uso de las tecnologías de la información, pero lo que está claro es que no podemos quedarnos quietos, porque aunque nosotros no nos movamos, el mundo está continuamente cambiando a nuestro alrededor. Y si bien no hay un camino trazado, como dijo el poeta, se hace camino al andar.

 

Nota: TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y TAC (Tecnologías del Aprendizaje y del Conocimiento)


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