Estos días he estado leyendo el libro de Garr Reynolds “Presentación Zen” y en el mismo hace referencia al libro de los hermanos Chip y Dan Heath “Made to Stick“ (tiene versión en castellano, “Pegar y Pegar“), que espero comprarme pronto y leerlo (si lo veis referenciado en el blog, es que lo he conseguido).
Me ha gustado mucho lo que llaman la “maldición del conocimiento”, es decir, utilizando sus palabras, “consiste en que entre más sabes acerca de algún tema, es más difícil para ti imaginarte lo que es no tener ese conocimiento. Es difícil ponerte dentro de la mentalidad de tu audiencia”. El término es muy elocuente e ilustrativo.
Yo quiero hacer la reflexión sobre el papel del profesor. La maldición del conocimiento es muy habitual, ya que los profesores universitarios somos expertos en nuestros campos (algunos incluso “los más expertos del mundo”). Y en muchos casos estamos explicando conceptos complejos y especializados, por lo que utilizamos términos abstractos y jerga profesional. Hay que saber ponerse en la piel del receptor del mensaje, si es que queremos que el mensaje le llegue. Lo que a una persona le parece sencillo y obvio, no tiene porque serlo para todos. Hay que conocer el grado previo de conocimiento de nuestros alumnos. Bajar hasta el nivel de nuestros estudiantes y acompañarlos en el proceso de aprendizaje. Los profesores debemos ser capaces de recordar como era nuestra “cabeza” cuando no lo sabíamos e intentar partir de esa posición para poder explicar lo que ahora conocemos a la perfección.
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