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La vorágine de los MOOC

En la entrada del 8 de agosto dije que hablaría de los MOOC en las reflexiones estivales, aunque ya he escrito en otras ocasiones sobre ello en el blog (MOOC), pero esta vez lo voy a hacer siguiendo el estilo de las “reflexiones estivales a bote pronto”.

Vorágine: (Del lat. vorāgo, -ĭnis).
1. f. Remolino impetuoso que hacen en algunos parajes las aguas del mar, de los ríos o de los lagos.
2. f. Pasión desenfrenada o mezcla de sentimientos muy intensos.
3. f. Aglomeración confusa de sucesos, de gentes o de cosas en movimiento.
(Real Academia Española)

Si excluimos la primera acepción (remolino de agua) y nos quedamos con las otras dos, esto es lo que ha ocurrido en relación a los MOOC en este último año: una pasión desenfrenada, en una mezcla de sentimientos (no tanto de razones) muy intensos, formando una aglomeración confusa de sucesos, en constante movimiento, de forma que no se sabía muy bien adónde se iba ni porqué, pero que criticaban a quien se quedaba parado reflexionado sobre el tema y levantaba alguna voz crítica (constructiva, por supuesto) al respecto.

Me explico. Hace apenas poco más de un año, ocupaba el cargo de Vicerrector de Tecnología e Innovación Educativa de la Universidad de Alicante, y hacía pocos meses que había dejado de ser el Secretario Ejecutivo de la Comisión Sectorial TIC de la CRUE, y por tanto mi obligación en esos momentos era estar atento a estos temas, pero apenas se empezaba a hablar de ello. Conocía las distintas iniciativas, Coursera, Khan Academy y otras por el estilo. Pero este año académico 2012-2013 (afortunadamente para mi, yo ya no tenía responsabilidades directivas) ha sido una locura en relación a los MOOC. Quién no conocía ni hablaba de los MOOC no estaba a la moda, y el profesor que no tenía uno (o estaba preparando uno) no era nadie en su ámbito. Y no digamos de la Universidad que no tenía su plataforma. He visto MOOC que eran una mera colección de vídeos y en plataformas tecnológicas que no aguantaban tanto tráfico, sin modelo pedagógico que los sustentara, ni profesores que podían atender/supervisar los mismos. Pensaba que estaba perdiendo el pulso al no defender apasionadamente los MOOC y ser, en ciertos aspectos, crítico con ellos. Pero hace poco empecé a leer posturas parecidas, como la de Albert Sangrá en el País en su artículo “MOOCs: ¿Ángeles o demonios?”. Opino como Ángel Fidalgo, y de todo ello, cuando pase esta etapa de euforia inicial, quedarán aquellos MOOC/profesores que realmente hagan un uso adecuado del modelo de aprendizaje cooperativo.

Afortunadamente las aguas están volviendo a su cauce y las cosas se han calmado. Y parece ser que esto es lo normal. En la excelente conferencia inaugural de las JENUI que impartió Andrés Marzal titulada “Próxima Estación: MOOC” puso una gráfica de Gardner que lo explicaba. Pongo la entrada del blog de Jordi Adell que lo explica muy bien y en la que aparecen estas gráficas (“MOOC: ¿el abismo de la desilusión?“).

Parece que por fin, ya estamos en la fase en la que, pasada la vorágine inicial, sobrevivirán las buenas prácticas y los cursos que hagan un uso adecuado de nuevas metodologías innovadoras de aprendizaje. O al menos eso es lo que espero.

(Continuará…)

Analíticas de aprendizaje

Ayer hablé sobre las plataformas para el aprendizaje. Y uno de los grandes valores de estas plataformas tecnológicas es la cantidad de datos que pueden recoger y el conocimiento que podemos extraer de ellos.
En el informe “Horizon Iberoamérica 2012” plantea las analíticas de aprendizaje en una perspectiva de implantación de cuatro a cinco años: “Las analíticas de aprendizaje consisten en la interpretación de un amplio rango de datos producidos y recogidos acerca de los estudiantes para orientar su progresión académica, predecir actuaciones futuras e identificar elementos problemáticos. El objetivo de la recolección, registro, análisis y presentación de estos datos es posibilitar que los profesores puedan adaptar de manera rápida y eficaz las estrategias educativas al nivel de necesidad y capacidad de cada alumno”.
Junto a esto, hay un campo que puede aportar mucho a este tema, Educational Data Mining: “Educational Data Mining is an emerging discipline, concerned with developing methods for exploring the unique types of data that come from educational settings, and using those methods to better understand students, and the settings which they learn in. Whether educational data is taken from students’ use of interactive learning environments, computer-supported collaborative learning, or administrative data from schools and universities, it often has multiple levels of meaningful hierarchy, which often need to be determined by properties in the data itself, rather than in advance. Issues of time, sequence, and context also play important roles in the study of educational data.”
Nosotros, de alguna manera, llevamos tiempo trabando en ello. Para poder realizar analíticas del aprendizaje necesitamos:
– Plataformas tecnológicas para la recogida automática de los datos. Del uso de la tecnología para la mejora del aprendizaje he escrito mucho en este blog (y en otros lugares), pero en estos momentos estamos trabajando en el videojuego como plataforma de aprendizaje y de recogida de datos. Las plataformas de aprendizaje clásicas, como meros gestores de contenidos (ver entrada de ayer) y plataformas administrativas tiene una información que nos parece poco útil: número de accesos, de descargas, tiempo de conexión… En cambio si diseñamos un videojuego para ello, tenemos muchísima información sobre la que trabajar.
– Técnicas de inteligencia artificial para obtener conocimiento que sirva para la toma de decisiones. Con técnicas estadísticas podemos comprobar si nuestras hipótesis son adecuadas o no (que ya es bastante). Pero podemos utilizar técnicas de minería de datos para buscar relaciones que no son evidentes o que no se nos había ocurrido explorar.
– Gestión del conocimiento. Pasar de datos a información, y de esta a conocimiento es el objetivo final. Definir unos indicadores adecuados no es tan sencillo. Y mostrarlos en un cuadro de mandos útil para la toma de decisiones es una tarea que necesita de expertos en el tema. Además se ha avanzado mucho en la representación gráfica de la información (infografía). Me parece un campo muy atractivo.
De cualquiera de estos temas ya he escrito y hablado por separado. Aquí he pretendido dar una visión integral. Hace escasamente un mes se defendió un DEA (Diploma de Estudios Avanzados) que lo integra todo (Un videojuego como sistema predictivo de aprendizaje), y esperamos que sea el germen de una tesis doctoral y de futuros trabajos de investigación. Me parece un campo con muchas e interesantes expectativas y que nos permitirá avanzar hacia un aprendizaje verdaderamente personalizado, hacia lo que he definido como “docencia líquida”.

Plataformas docentes: evolucionar de gestores de contenidos a gestores de metodologías

Hace tiempo que vengo abogando por una evolución de las plataformas tecnológicas de aprendizaje monolíticas hacia un ecosistema tecnológico de aprendizaje, en el que de manera sencilla se puedan integrar nuevas plataformas y aplicaciones tecnológicas, de forma que tanto el profesor como el estudiante puedan tener un entorno de aprendizaje personalizado, y se vayan incorporando de manera rápida y fácil nuevas herramientas tecnológicas que puedan surgir y que puedan ser útiles en la labor docente.
Pero en conversación con mi compañero Fran Gallego, me aportó una nueva idea, complementaria a esta, y a mi entender verdaderamente innovadora y revolucionaría: las plataformas docentes como gestores de metodologías.
Hasta el momento, las plataformas tecnológicas de apoyo a la docencia (o las plataformas de e-learning, término que no me gusta) son gestores de contenidos, es decir, permiten gestionar documentos, presentaciones, vídeos… , ordenarlos, clasificarlos, etiquetarlos… Pero al fin y al cabo, lo que ofrecen al profesor y al estudiantes es una gestión de los recursos docentes. De forma que las asignaturas en una plataforma de docencia virtual (término que aún me gusta menos que el de e-learning) se parecen enormemente unas a otras. Es más, si existiera un modelo pedagógico de docencia virtual claramente definido, aún tendría su valor, pero sino se convierten en una colección de recursos docentes. Esto me recuerda algunos MOOC que he cursado, pero de eso hablaré en otras entradas estivales.
La propuesta es que las plataformas tecnológicas permitan la gestión de metodologías docentes, de forma que cada profesor personalizaría su asignatura en función de la metodología docente que use. Incluso, yendo un poco más allá, cada estudiante podría seleccionar la metodología que mejor se adapte a su estilo de aprendizaje. Son conceptos de los que se lleva mucho tiempo debatiendo en el ámbito educativo (enseñanza personalizada, inteligencias múltiples…), pero que la tecnología junto con técnicas de inteligencia artificial pueden hacer realidad.
Todos estos conceptos e ideas formarían parte de lo que he denominado docencia líquida.

Dieciocho años no es nada

Tras la reflexión de ayer en la que comenté que enseñaba matemáticas en niveles no universitarios, hoy he recordado que escribí mi primer artículo en una revista hablando de ello. Y gracias a Internet hoy lo he encontrado. El artículo se titula “Las matemáticas en la educación de adultos” y se publicó en la revista SUMA (Revista para la Enseñanza y el Aprendizaje de las Matemáticas), ISSN 1130-488X, Nº 20, 1995, págs. 37-40. Se puede acceder al texto completo en la dirección http://revistasuma.es/revistas/20-noviembre-1995/las-matematicas-en-la-educacion-de.html.

Lo bueno de este artículo es que lo escribí por puro placer, ya que publicar artículos no formaba parte de la labor del profesor en el nivel educativo en el que trabajaba. Y creo que eso se nota: es un artículo escrito para que se entienda, que pretende transmitir una experiencia y que tiene frescura y no está sometido a las restricciones de las “publicaciones académicas serias y de prestigio”, por no hablar del “índice de impacto”.

Hoy lo he vuelto a leer, y me ha gustado. Pero lo que más me ha sorprendido es que han pasado 18 años pero sigo pensando igual. Suscribo este artículo al cien por cien, y aunque en él hablaba de matemáticas y de educación de adultos, lo mismo lo podría decir ahora hablando de informática y de la universidad.

Es curioso que la estructura del artículo sea: el escenario del crimen, la víctima inocente, el arma utilizada, el asesino reincidente y resolución del caso. Y que el último curso que he impartido en el ICE de la UA se titulase “Contar historias digitales“. Sigo pensando que la mejor manera de trasmitir un mensaje es a través de una historia.

Otra cosa que me llama la atención son las conclusiones, lo que llamé Resolución del caso, que voy a transcribir y que sigen vigentes (lo que está encerrado entre corchetes es de ahora y lo incorporo para que se entiendan mejor):
“El escenario del crimen [los distintos niveles educativos] debe ser mejorado por la Administración (¡eso espero!). La víctima inocente [los estudiantes], no es tan inocente; aprovechemos su experiencia y convirtámosla en el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje. El arma utilizada [las matemáticas] tienen doble filo: no nos empeñemos en cortar por la parte fría, abstracta e inaccesible de las matemáticas; utilicemos la otra más agradable, interesante e igualmente útil. Por último, ¿deberemos encarcelar al asesino reincidente [el profesor]? De momento no, démosle otra oportunidad. No debemos cruzarnos de brazos pensando que las matemáticas son “el coco” y no se puede hacer nada. Queda todo por hacer, el verdadero crimen sería desperdiciar todo el potencial de las personas que se acercan a nuestros centros tímida y temerosamente, pero de manera voluntaria y con muchas ganas de aprender”.

Pero lo que más me alegra de todo es que los vicios de la Universidad no han conseguido cambiarme en dieciocho años. Y ahora a la vejez será muy difícil.

Aprender jugando, pero no jugar con el aprendizaje

Hace unos días, con motivo del premio AENUI, le pidieron a mi compañero, y pese a ello amigo, Rafa Molina, que me definiese como profesor. Y utilizó una frase que me gusta mucho y que he copiado: aprender jugando, pero no jugar con el aprendizaje. Creo que con este juego de palabras Rafa ha recogido perfectamente dos principios básicos en los que en mi opinión se sustenta la labor del profesor: que los estudiantes disfruten con el aprendizaje y que es una labor muy seria. Aunque parezca que me contradiga, no es así, y ahora voy a intentar argumentarlo brevemente.

Aprender jugando.
Desde le principio de mi carrera docente, cuando daba clases de matemáticas en enseñanzas no universitarias, utilizaba los juegos, los problemas de ingenio, las paradojas…, sacados de pequeños libros (¡Aja!, El hombre anumérico…) de grandes matemáticos (Martin Gardner, John Allen Paulos, …). Posteriormente al impartir lógica en la Universidad utilicé de nuevo las paradojas, los puzles, los chistes… El filósofo Wittgenstein decía que era posible escribir una obra filosófica buena y seria compuesta enteramente por chistes, ya que si se entiende el chiste, se entiende el argumento implícito. Y posteriormente Fran Gallego me introdujo en el mundo de los videojuegos. Y ahora los utilizamos de tres formas distintas. Una, los videojuegos como proyectos complejos y modulares que nos permiten utilizar la metodología de aprendizaje basado en proyectos en las ingenierías informática y multimedia; dos, el diseño y desarrollo de videojuegos educativos para el aprendizaje de conceptos y habilidades (minijuegos conceptuales); y tres, la aplicación de los principios del diseño de videojuegos al diseño de la propuesta docente (gamificación de una asignatura).

Con el aprendizaje no se juega.
La labor del profesor es una de las más difíciles, pero de las más gratificantes. No existe un libro de recetas que diga cómo enseñar. Cada septiembre, al iniciar el curso, vuelves a enfrentarte a los mismos problemas que el año anterior, teniendo la impresión que estás atrapado en un bucle sin fin, al estilo del “Día de la Marmota” de la película “Atrapado en el tiempo”. Pero como en la película, el profesor debe evolucionar y aprender del pasado. En la pared de mi despacho tengo pegada una postal que me regalaron el Día del Padre que dice “convertirse en padre no es difícil, ser padre sí”. Al igual que tener hijos no te convierte en (un buen)padre, tener alumnos no te convierte automáticamente en un buen profesor. No es sencillo, pero si se toma en serio la labor docente es más fácil de lo que parece, siempre que se aplique el sentido común y se lea todo lo que se pueda sobre el tema.

Iatrogenia docente

Acabo de dar por finalizada la lectura (y anotaciones pertinentes) del libro El Cisne Negro de Nicholas Taleb. Como digo en la entrada que he puesto en el blog con referencia a este libro, es uno de los ensayos que he leído en los últimos años que más me ha gustado y que más ideas nuevas me ha aportado. Una de ellas es la de iatrogenia.

El término iatrogenia hace referencia al estudio del daño ocasionado por el sanador (significado literal ‘provocado por el médico’: iatros significa médico y génesis crear), no siendo un vocablo muy extendido y rara vez utilizado fuera del campo de la medicina. Pero ahora voy a aplicarlo al ámbito de la educación. En este sentido hablaríamos de iatrogenia en educación como el estudio del daño ocasionado por el profesor en el estudiante (aprendiz). No voy a entrar aquí en la cantidad de matices que tiene el término, ni en analizar en detalle todos los aspectos del mismo (error médico, procedimiento inadecuado, diagnostico erróneo… pero no mala praxis o caso fortuito). Únicamente me hago la pregunta de si los profesores pensamos alguna vez en el daño que podemos producir en nuestros estudiantes con nuestras acciones y si valoramos adecuadamente el beneficio de no hacer nada (dejar que el estudiante aprenda por si mismo). No abogo tanto por una papel pasivo del profesor sino por una personalización de la enseñanza y un papel activo del aprendiz.

Taleb también aplica el concepto a otro aspecto, especialmente interesante en el mundo de la educación: iatrogenia de los reguladores. Y cito textualmente:
“Desgraciadamente, el llamamiento a una mayor regulación (incondicional) de la actividad económica parece haberse convertido en una respuesta normal. Mis peores pesadillas han tenido que ver con los resultados de la obra de los reguladores. Fueron ellos los que promovieron el recurso a las calificaciones de las agencias de crédito y a la “medición del riesgo” que contribuyó a fragilizar el sistema cuando los banqueros lo utilizaron para construir y afianzar posiciones que acabaron echándose a perder. Pero cada vez que se presenta un problema, hacemos eso tan soviético-harvardiano que es pedir más regulación”
¿Se darán cuenta los políticos que cambiando las leyes educativas, de forma tan rápida y frívola, por cuestiones puramente ideológicas (de partido), están haciendo más daño al sistema educativo, y desde luego que no están solucionando el problema?

A enseñar se aprende enseñando

Ya estoy a punto de finalizar el libro “Las ardillas de Central Park están tristes los lunes” de Katherine Pancol, último título de la trilogía que forma junto con “Los ojos amarillos de los cocodrilos” y “El vals lento de las tortugas”, que leí en julio. Aunque la novela no tiene nada que ver con mis intereses profesionales, siempre encuentro frases e ideas que rápidamente transfiero a mi campo. Aquí va una de ellas:
“Tocando se aprende a tocar. Olvídate del solfeo y de las clases, parte tu corazón en dos, expándelo sobre el piano, haz llorar a las cuerdas. En el piano, no son los dedos los que cuentan, no son los ejercicios que te obligan a hacer cada día, es el vientre, las tripas… Podrías tener diez dedos en cada mano, que si no tienes el corazón dispuesto a sangrar, dispuesto a susurrar, dispuesto a estallar, no sirve de nada tener técnica… Hay que razonar, hay que suspirar, hay que dejarse llevar, hay que hacer bailar el corazón con los diez dedos. ¡No ser bien educado! !Nunca ser bien educado!”.

Y ¿por qué me ha llamado la atención? Porque estoy dándole vueltas al artículo que con motivo del premio AENUI a la Calidad e Innovación Docente tengo que escribir para la revista de investigación en Docencia Universitaria de la Informática ReVisión. Y en él voy a hablar de la labor del profesor y posiblemente lo titularé “El profesor y los sentidos”, ya que un profesor debe sentir su profesión. Claro que debe conocer las técnicas, leer mucho sobre el tema y conocer experiencias de compañeros, pero al final debe ser él mismo el que aprenda a través de su experiencia propia. Parafraseando la primera frase que he entresacado, a enseñar se aprende enseñando, y para ello hay que utilizar, también, el corazón.

Reflexiones estivales a bote pronto

Voy a intentar escribir una entrada en el blog (casi)todos los días del mes de agosto. Serán reflexiones a bote pronto, ideas que rondan en mi cabeza pero que aún no están maduras, reflexiones a raíz de las lecturas que esté haciendo, adelanto de ideas que reflejaré en futuros trabajos…

Además de descansar y disfrutar de mi familía, lo que voy a hacer este mes de agosto y que pueden ser el origen de estas reflexiones es:

  • Preparar el curso “Gamificar una propuesta docente. Diseñando experiencias positivas de aprendizaje” organizado por el ICE de la Universidad de Alicante y que impartiré junto a Fran Gallego a principios de octubre.
  • Preparar el artículo para la revista de investigación en Docencia Universitaria de la Informática ReVisión, que con motivo del premio a la Calidad e Innovación Docente tengo que escribir.
  • Los distintos libros que vaya leyendo, aunque en agosto me gusta más leer novelas, ya que el resto del año leo sobretodo libros técnicos y ensayos.

“Hay jóvenes que valen pero que no pueden estudiar por falta de dinero y eso no lo podemos permitir”

Faraón Llorens Largo
Profesor de la Universidad de Alicante, Premio a la Calidad e Innovación Docente. Abandonó hace un año el cargo de vicerrector para recuperar su antiguo puesto e investigar, por lo que el galardón de la Asociación de Enseñantes Universitarios de Informática le ha hecho especialmente feliz. Crítico con los recortes en investigación, reclama un pacto contra los cambios de planes educativos cada legislatura y es totalmente partidario de la universidad pública.

http://polop.cpd.ua.es/dossierua/REPOSITORIO/29-07-2013/INFORMACION/Faraon%20Llorens.jpg

La inteligencia artificial nos educará

Diario Turing

Entrevista a Luis von Ahn: La inteligencia artificial nos educará

Creador del CAPTCHA, este investigador guatemalteco, pionero del crowdsourcing, nos habla de sus creaciones: reCAPTCHA y Duolingo.

Según von Ahn, veremos más plataformas de educación guiadas con técnicas de inteligencia artificial y alimentadas por redes sociales.

http://www.eldiario.es/turing/entrevista-educacion_0_156434379.html