Arquitecturas del disfrute: Un mundo material en construcción
Este curso continúa la investigación sobre la urbanización de la costa mediterránea que, en cursos anteriores, nos ha llevado a trabajar con migrantes residenciales, aprendiendo sus formas de habitar y con su “sueño mediterráneo” que ha configurado las infraestructuras y formas urbanas que ahora habitamos en el sureste ibérico.
En ambos casos, la costa y su reconstrucción enfocada al disfrute, sirvió como excusa para hacer Experimentos con el oficio. En el primero, para ensayar formas de diseño que usaran la observación participante y en el segundo para trabajar con formas alternativas de planificar el territorio desde dentro. Este año seguiremos haciendo Experimentos con el Oficio en este lugar pero, esta vez, trabajando directamente con los materiales y sus flujos.
Lo haremos movidos por una reflexión sobre la práctica profesional moderna de la arquitectura y el urbanismo y las formas de urbanizar físicamente el terreno. En el paradigma moderno incluimos las prácticas ecológicas que también son herederas del ideal nacido en la ilustración con la ciencia y los estados modernos. Una de sus claves, tanto en los planes urbanísticos como en los ecológicos, es que tratan de fijar los flujos de materiales del terreno, el agua y el clima para poder describirlos y manipularlos. Sin embargo, estos flujos nunca se detienen.
Es por ello que, para los arquitectos e ingenieros, sigue siendo difícil encontrar maneras prácticas de diseñar y construir que trabajen en correspondencia con estos flujos. Comparando las prácticas de los habitantes de la misma línea de costa (por ejemplo, un mapa de escalada del Peñón de Ifach) con las propuestas, incluso, de los arquitectos más radicales (por ejemplo, el From A to B de Archizoom) vemos que el espacio virtual en que trabajamos desde fuera es el que nos hace fijar el espacio, aunque sea con información e infraestructura.
Así que este años vamos a empezar al contrario, de lo material a lo virtual. La pregunta que intentaremos responder es:
¿Cómo podemos trabajar con cosas vivas si seguimos deteniendo el mundo en el espacio virtual en el que practicamos nuestro arte?
Y vamos a disfrutar haciéndolo. Como el sociólogo marxista Lefebvre cuando fue invitado por Gaviria al sureste, vamos a meternos dentro de los flujos de agua, aire y arena para construir colectiva y activamente auténticas arquitecturas del disfrute. Pues, como explica Lefebvre, el disfrute no puede ser pasivo ni individual, el disfrute es un trabajo. En la práctica eso significa que, además de leer a Lefebvre, a principio de curso iremos de excursión activa por la línea de costa: con nuestras gafas de snorkel, nuestros pies y manos a escalar, bucear y surfear.
En esta excursión vamos a buscar los materiales con los que trabajar: hormigón, plástico, algas, acero, arena, raíces y veremos qué más. Pero antes repasaremos los porfolios para encontrar las obsesiones materiales de cada alumno. Es decir, vamos a comenzar diseñando y experimentando con materiales, conociendo y habitando el lugar a través de nuestros propios diseños y propuestas, lo que Ingold llama “diseñar relaciones ambientales” (2013). Alineándonos con las propuestas de diversos científicos sociales (Vannini, Thrift, Pink) que nos enseñan a hacer análisis no-representacionales, es decir, análisis que no buscan describir un lugar sino transformarlo, intentaremos superar aquello de “analizar para luego actuar”. Pondremos en acción nuestra más preciada habilidad como arquitectos: hacer propuestas arriesgadas de futuro. Y en este caso, desde lo material y lo técnico.
Esta primera parte del semestre culminará con la realización performativa de lo que Altés y Liebermann llaman intraventions: la construcción material de acciones temporales en los intersticios del paisaje.
A continuación seguiremos trabajando en las técnicas, no en el sentido de dibujar detalles constructivos convencionales, sino buscando nuevas maneras de trabajar con los materiales, nuevas formas de “simpatizar con las cosas” como propone Spuybroek (2012) y nos muestra el artista Andy Goldsworthy.
Inspirados por el filósofo de la técnica Gilbert Simondon, aprenderemos de los tecnólogos que viven entre los individuos técnicos con los que trabajaremos, diseñaremos sistemas que nos permitan imaginar maneras alternativas de urbanizar y de trabajar a escala territorial a través de la construcción y el diseño en una especie de “computación material” (Spuybroek 2012) que, como proponía C. Price, nos permita imaginar sin planificar urbanísticamente.
Durante el curso, nos organizaremos en grupos para hacer una biblioteca colectiva de materiales y técnicas, leeremos a arquitectos, filósofos, sociólogos y antropólogos sobre las relaciones materiales, la tecnología y sus nuevas propuestas para reconstruir la tierra. Cada alumno llevará un vídeo-blog de sus experiencias de trabajo con su material y finalmente, cerrando el círculo de nuevo hasta el disfrute propuesto por Lefebvre, desarrollará un kit de herramientas para disfrutar activamente la costa a través de la arquitectura.
En resumen, del cuerpo relacionándose activamente con los materiales de la costa pasaremos a hacer propuestas territoriales. Lo que buscaremos son maneras de diseñar no cómo se diseña para la línea de ensamblaje, con todas las piezas preparadas y en un espacio indefinido, sino como se diseña un nido de pájaro: en un árbol concreto y con los restos que se encuentra alrededor. Al contrario que el pájaro, nosotros necesitamos volver a desarrollar formas de práctica, configuraciones y sistemas que permiten darle forma al territorio en el tiempo e imaginar sus posibles futuros estados “metaestables”.